Tigre: el policía que golpeó a un trabajador ya había matado por gatillo fácil
Por Campaña Nacional contra la Violencia Institucional
La información está confirmada. Héctor Eusebio "El Paraguayo" Sosa, inspector del COT que ayer atacó a un repartidor de harina es el mismo que en 1999 mató a Víctor “El Frente” Vital, y tiene al menos otras dos muerte más en su haber. Además de ser responsables por dotar de uniforme a un asesino, las autoridades del municipio de Tigre deben informar cuáles son los criterios y filtros que utilizan para nutrir a sus patrullas locales.
En el video que se viralizó ayer se puede ver a Jorge Ojeda (57) en el piso, atacado por personal del Centro de Operaciones de Tigre (COT). El que lo agarra del cuello mientras lo mantiene en el piso es el conocido asesino. El repartidor de harina fue una nueva víctima de su uso irracional y desmedido de la fuerza, al recibir un culatazo que le rompió la cabeza y una golpiza que le quebró la pierna, por haber pedido que corrieran el móvil municipal del espacio donde necesitaba estacionar su camioneta para descargar la mercadería.
La mamá del Frente Vital está consternada y merece explicaciones urgentes. “Como está con el pelo ya bastante blanco yo no me di cuenta. Pero después me empezaron a llamar las chicas y los chicos, y mi familia", cuenta Sabina Sotelo. "Parecía que le daba placer ver la sangre de ese hombre que estaba ahí inmovilizado, que no representaba un peligro para ellos. Y ellos como COT están para prevenir las cosas acá del municipio. Ellos tienen que llamar a la ambulancia, son viales", dice la mujer que se convirtió en referente social de la lucha contra el "gatillo fácil" y el abuso policial.
Al Frente Vital, hoy convertido en santo pagano del cementerio de San Fernando, lo venían persiguiendo dos patrulleros. Y él se resguardó en su barrio. El 6 de febrero de 1999, en el móvil 12.179 iban el sargento Héctor Eusebio Sosa, alias “El Paraguayo”, y los cabos Gabriel Arroyo y Juan Gómez. Y en el 12.129, el cabo Ricardo Rodríguez y Jorgelina “La Rambito” Massoni. En un pasillo conocido, en una casa amiga, se refugió abajo de la mesa, como jugando a las escondidas, tenía 17 años. “El Paraguayo” entró adelante con su pistola 9 milímetros. Pateó la mesa con la punta de fierro de su bota oficial; la dejó patas arriba en un rincón. Víctor alcanzó a gritar:–¡No tiren, nos entregamos!
Fueron cuatro los disparos contra Víctor Manuel Vital, que se tapó la cara con las manos. Una bala le entró por el pómulo, otra en la mejilla, dos en el hombro. Murió casi en el acto. En la causa judicial el Paraguayo Sosa declaró que Víctor estaba parado y con un arma en la mano. La Asesoría pericial de la Corte Suprema corroboró la escena tal cómo la recordaban las personas del barrio. La historia del asesinato del Frente Vital fue retratada en el libro "Cuando me muera quiero que me toquen cumbia", de Cristian Alarcón, quien también logró documentar el circuito por el que los mismos agente reclutaban mano de obra juvenil para robar chalets y después los ejecutaban.
A Jonathan Lorenzo (19) y Jorge Andrés Martínez (24), el mismo policía los asesinó en 2006. Durante la gestión de León Arslanián Sosa habría sido exonerado de la Policía Bonaerense. Por eso habrá sido pastor de una Iglesia, donde fue oportunamente escrachado por la familia del Frente Vital, para sorpresa de los fieles. El gobierno de la Provincia de Buenos Aires debe detallar la relación que Sosa mantiene con su policía.
“Yo no sé cómo el municipio puede tomar una persona sin ver cuál fue su historia", remarca Sabina Sotelo. Es necesario que las autoridades provinciales y municipales expongan la documentación que pruebe si Sosa sigue cobrando algo como funcionario de alguna fuerza. Es urgente saber cuáles son los criterios por los que se contrata a personal para esta patrulla de prevención, denunciada de forma recurrente por sus detenciones arbitrarias y golpizas a jóvenes de los barriadas más humildes del distrito, como si ese gesto diera mayor seguridad a los habitantes de los countries donde se lavan las regalías del narcotráfico grande.
La Campaña Nacional contra la Violencia Institucional acompañará a Sabina Sotelo en todas las instancias necesarias para que conocer la Verdad, para que haya Justicia, y para mantener viva la Memoria de todas las víctimas.
Exigimos que se despida a Sosa de forma inmediata.
Si no hay Justicia, seguirá habiendo escrache.