La construcción de un saber popular
Por Juan Manuel Ciucci
APU: En principio, que nos comente el origen y propuesta de este encuentro dl que estamos participando.
Marcelo Otero: Este es un encuentro que organizamos a raíz de los 10 años del grupo de Memoria Histórica del MOCASE. La idea es contar, dialogar, traer el camino por el que ha circulado el grupo en este proceso de contar la memoria histórica del movimiento. Y también juntar a distintos grupos de investigadores, espacios de arte, de comunicación, que hace un trabajo en relación con las organizaciones sociales, con los movimientos sociales, para contar sus experiencias y encontrar un camino que nos permita trabajar la relación con los movimientos sociales desde estos espacios autogestivos, en estos momentos tan críticos que vivimos hoy.
APU: Esta presente una idea de investigador popular, ¿cómo piensan eso?
MO: Le pusimos ese título de investigadores populares, porque nosotros nos asumimos ahí, pero la idea es que no sea solamente eso. Con la idea de que también los grupos que trabajan distintas formas de la comunicación (video, fotos, etc) están construyendo un saber desde esos espacios. Y cuando se relacionan con organizaciones, están construyendo un saber popular. Por eso más allá de que formalmente no se reconozcan como investigadores, no se piensen como investigadores, hay un trabaja allí de profundización sobre saberes que hay en el monte, en la villa, en el barrio, en esos campos populares que están un poco en disputa.
APU: ¿Cuál es la actualidad del MOCASE – Vía Campesina?
MO: Hoy sigue creciendo, y al mismo tiempo siguen multiplicándose los desafíos. Como sabrán, en estos meses se han sucedido los conflictos en el Bajo Hondo, una zona cercana a la ciudad de Quimilí, donde el empresario Orlando Canido dueño de la gaseosa Manaos le está disputando un gran territorio a un montón de familias. Y donde se han desarrollado distintas acciones con grupos paramilitares. Los compañeros en el territorio están defendiendo eso, y se han realizado acciones de protesta y visibilización del conflicto en todo el país. La defensa del territorio se está dando en distintos conflictos en distintos lugares, en la provincia. Y al mismo tiempo, se sigue creciendo como organización, mostrando firmeza y solidez. Como puede ser esta lugar, la UNICAM, la Universidad Campesina, que empezó sus cursos con jóvenes que siguen aquí sus estudios. Se sigue creciendo en todos los ámbitos, el productivo, el de la comercialización, en un trabajo amplio que tiene que ver con el crecimiento a nivel de la organización, y no solamente en la defensa, sino en la apuesta de una construcción de identidad y autoafirmación.
APU: ¿Qué es la Vía Campesina?
MO: Es un conjunto de organizaciones, una organización de organizaciones de todo el mundo, que trabaja fundamentalmente con pastores, pescadores, campesinos, productores rurales; que trabajan la relación de los seres humanos con la tierra, con sus organizaciones, sus formas políticas, la construcción de procesos democráticos. No la vía hacia el socialismo, porque las organizaciones cada una tiene su mirada, sus lógicas, y hay un respeto a esa multiplicidad. La referencia es el respeto a la identidad de los pueblos, la soberanía alimentaria como paradigma, la construcción de poder alimentario en las distintas zonas donde las organizaciones participan. Y la reforma agraria integral, en la idea de una distribución de los territorios, que es asimismo democrática, por eso es integral, no es una reforma desde el Estado, sino una forma de pensar el territorio desde los que lo habitan, y construir una propiedad comunitaria de la tierra, y al mismo tiempo una definición de gobierno sobre esas tierras. Esa es la Vía Campesina, una multiplicidad de espacios que dialogan y tratan de construir a nivel mundial una idea de cómo defender este espacio cada vez más amenazado que es la humanidad productora de alimentos.
APU: ¿Cómo MOCASE – VC cómo ven la actualidad de la Argentina y del Continente?
MO: Es complicado, hay una ofensiva triunfante del capitalismo y del neoliberalismo, de grupos dominantes que se han reagrupado, y han encontrado en distintas expresiones, a través de golpes de estado o por la vía democrática, la forma de llegar al gobierno y de reforzar sus políticas de transferencia de ingresos a los sectores dominantes. Eso es una derrota en todas las líneas, es una situación compleja, en la que entendemos que hay que seguir batallando, es una derrota en una batalla pero no de la guerra. Nos presenta un nuevo desafío, y las crisis son un momento de discusión, de repensarse, y de encontrar las fortalezas que faltan. No es un momento para desmoronarse, al contrario: es un momento para pensar cuál debe ser el próximo paso, cuales son las situaciones que estamos viviendo, y encontrar la manera de construir los procesos de lucha que van a acabar con esos adversarios, y nos van a impulsar más adelante en el camino de la construcción del campo popular.