Los olvidados: sobre El caído del cielo, de Modesto López
Por Pablo Russo
En definitiva, fueron los santiagueños de Pozo Hondo quienes redimieron esta historia y los primeros en convertirla en memoria. Tal vez sin saberlo, e incluso sin quererlo. En este pueblo limítrofe con Tucumán fue arrojado Tomás Francisco Toconás desde un helicóptero del Ejército Argentino en 1975. Y allí mismo fue que le dieron sepultura anónima y lo transformaron en santo, un santo guerrillero. El hachero y cortador de cañas, abanderado de la Compañía de Monte del Ejército Revolucionario del Pueblo, convertido en un ser sagrado por la religiosidad popular. El caído del cielo, dirigido por Modesto López, es un documental realizado con pocos recursos, que rescata del olvido una historia recóndita del interior del país: la de aquellos luchadores del pueblo que fueron duramente castigados por el poder debido a sus elecciones de vida.
En lo formal, el audiovisual se apoya en una pluralidad de voces que reconstruyen los sucesos, tanto en Pozo Hondo como el contexto de época, y la explicación macro de lo que ocurría con las luchas populares y la represión; como así también con aquello que en la película se denomina la “matriz de miedo” imperante en la sociedad tucumana a partir de la leyenda de “el familiar” creado por los explotadores de los ingenios azucareros para escarmiento de los pobladores. La biografía de Toconás, una vez restituida su identidad por parte del Equipo Argentino de Antropología Forense (en 2010), es revisada desde el punto de vista de sus amigos y vecinos del pueblo Las Mesadas (Tucumán), algunos compañeros de militancia y cuatro de sus seis hijos, hoy dispersos en diferentes provincias del país. Toconás, de quien no existe siquiera una fotografía, fue capturado en su humilde casa por el Operativo Independencia, donde vivía con su mujer y sus hijos. Ellos tienen también un destino trágico: el Ejército se ensaña con la familia, los desplaza y los deja tirados en el campo. A su mujer, la negrita, la violan los soldados y le hacen lavar ropa de militares. Muere alcoholizada, y sus hijos quedan abandonados en la calle.
“Siempre pensé que era una historia que nunca se iba a contar, que era una historia de estas tantas historias no dichas que están ahí, que están entre un pueblito en Santiago del Estero, que es Pozo Hondo donde aparecieron los restos, otro pueblito que es Santa Lucia, en Tucumán, al pie del monte tucumano. (Se trata de) familias humildes que por ahí no tienen aproximación al mundo de los derechos humanos, al mundo más público, a la contención de la militancia en los organismos, es esa gente que sufre las consecuencias del terrorismo de Estado solita” expresa Pablo Gallo, antropólogo forense, en su testimonio. Y en esto reside la importancia de este documental: los hijos de Tomás nunca se atrevieron a denunciar la situación. Los campesinos humildes que intentaron torcer el destino colectivo a partir de la organización política recibieron todo el peso de la represión, antes incluso del golpe cívico-militar del 25 de marzo de 1976. Restituir la identidad de Tomás Francisco Toconás, su vida cotidiana y humana, así como la de su familia, es rescatar a los olvidados sin nombre de nuestra tierra, y construir memoria sobre sus luchas revolucionarias.