Davos 2017, más desorientación que soluciones
Por Sergio Ferrari, desde Suiza
Bajo el signo de una desigualdad planetaria acrecentada y la crisis ambiental sin control se abre este tercer martes de enero la 47 edición del Foro Económico Mundial. La ciudad alpina de Davos reunirá entre el 17 y el 20 a unas 3 mil personalidades del mundo entero, representantes del poder económico, político e internacional.
Bajo el techo temático de un “Liderazgo responsable y receptivo” los organizadores pretenden indicar a los dirigentes mundiales de estar más a la escucha de sus poblaciones y actuar, en consecuencia, en diálogo abierto. El Foro, según sus portavoces, identifica cuatro desafíos mayores: revigorizar la economía mundial; reducir las desigualdades sociales; preparar a los trabajadores y al mundo económico a la digitalización creciente; y subrayar las ventajas derivadas de la globalización.
Cerca de 400 paneles, conferencias y actividades diversas servirán de escenario de este selectivo encuentro del poder internacional. Un foro que, por primera vez desde su fundación en 1971, contará con la presencia de un presidente chino, en este caso Xi Jinping, quien abrirá el evento.
De los países del G7, sólo Gran Bretaña en la persona de su primera ministra Theresa May llegará al evento. Que no acogerá, en esta ocasión, a ninguno de los grandes líderes de la Europa Occidental, aunque sí una numerosa delegación de doce miembros del ejecutivo de la Unión Europea. Así como a la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; al director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevêdo y a Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial. El nuevo Secretario General de las Naciones Unidas Antonio Guterres hará su bautismo “oficial” en este espacio.
Ninguna personalidad destacada representará en Davos a la nueva administración norteamericana que asumirá esta semana. En tanto el todavía vicepresidente Joe Biden y su secretario de Estado John Kerry estarán presentes en la ciudad alpina.
Incertidumbre
Esta 47 edición que concluirá justamente el día de la asunción de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, se desarrolla en un ambiente de marcada incertidumbre. La victoria electoral del magnate y lo que podrían ser sus ejes futuros de política económica internacional hacen naufragar cualquier hipótesis coherente sobre el rumbo futuro de la economía mundial.
Pocas veces en su historia de 46 años este evento se realizó en un escenario de tal desorientación, donde el modelo globalizador que promovió, respaldó y vendió, puede verse seriamente contrariado no solo desde Washington sino también desde Londres post Brexit.
La única certeza
La crisis ambiental creciente –y sus consecuencias visibles en la irregularidad climática en las diversas regiones del planeta- así como las alarmantes señales de la acelerada desigualdad social aparecen, así como los únicos indicadores tan certeros como preocupantes de la coyuntura mundial.
Apenas horas antes de abrirse el Foro Económico Mundial, un informe especial de Oxfam Internacional denuncia que sólo ocho personas -en realidad, todos hombres- poseen en la actualidad una riqueza igual a la de los 3.600 millones de seres humanos más pobres, es decir la mitad más excluida de la población planetaria. De esos ocho, seis son norteamericanos, uno español y otro mexicano.
Con datos nuevos y más recientes sobre la distribución de la riqueza global -especialmente provenientes de China e India- “podemos calcular que la mitad más pobre del mundo posee menos riqueza que lo que inicialmente se estimaba. De haber contado con esos datos el año pasado, Oxfam habría estimado que nueve millonarios – y no 62 como calculó entonces- poseían la misma riqueza que la mitad más pobre del planeta”, señala el informe.
Siete de cada diez personas vive en un país en el que la desigualdad ha aumentado en los últimos 30 años. Entre 1988 y 2011 los ingresos del 10% del sector más empobrecido de la población mundial aumentaron en solo 65 dólares al año, en tanto los ingresos del 1% de los más enriquecidos crecieron 182 veces más a un ritmo de 11.800 dólares anuales.
El Informe Una economía para el 99% denuncia la particular discriminación salarial de las mujeres. De continuar al ritmo actual se necesitarían 170 años para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, subraya.
Acción homicida: la de la evasión y elusión fiscal de las grandes trasnacionales. Con los 100.000 millones de dólares anuales que evaden se podría asegurar la escolarización de 124 millones de niñas y niños o planes de salud que evitaría al menos la muerte de seis millones de menores cada año.
De cara al Foro de Davos, Oxfam llama a los Gobiernos a frenar la concentración extrema de la riqueza para acabar con la pobreza. La colaboración y no la competencia intergubernamental. El apoyo a las empresas que operan en beneficio de sus trabajadores y de la sociedad en su conjunto. Y asegurar que las economías sirvan de forma equitativa a mujeres y hombres.
La ONG internacional insta a los poderosos que acuden a Davos a contribuir a “una economía más humana”. “Los participantes pueden empezar comprometiéndose a pagar los impuestos que les corresponden y garantizar que sus empresas paguen salarios dignos”, concluye el pronunciamiento.