Gracias Mirtha | Por Santiago Gómez
Empecé mi cumpleaños con una pareja de amigos que vinieron a visitarnos, por lo que fue diferente a los otros dos que ya pasé en Brasil. Durante el desayuno Laura me pidió que fuera a buscarle el teléfono a nuestra habitación para que encontrara el regalo que me esperaba sobre la cama: un toca disco. Mejor cumpleaños imposible, pensé. Seguirían unas pizzas a la parrilla con amistades argentinas y otras del PT, sabía, que al igual que el año anterior, después iría a nadar al mar, que el sábado parecía una pileta. El clima estaba delicioso, por lo que nos quedamos hasta las siete sobre la arena, hasta que volvimos a prepararnos para el show de chorinho, la versión milonguera del samba, que el periodista y compañero Luiz Nasiff daría en Santo Antonio de Lisboa, una de las partes coloniales de la isla de Florianópolis. ¿Podía pensar que algo más podía suceder para que el día fuese maravilloso? Por eso quería decirte, gracias Mirtha. Gracias por permitirme ver a la distancia cómo están los galeritas y el miedo en la cara del señor Galera.
Cuando volvimos del show, Victoria, que no fue porque supuso que su hija de dos años no dejaría a los presentes escuchar la música, nos recibió con la sorpresa: "no saben la paliza que le dio Mirtha a Macri, lo mató, lo sopapeó como quiso". La felicidad y asombro se dibujó en nuestras caras. Vimos el primer video que subieron, cuando la señora, sentada en la cabecera de la mesa presidencial, le espetó a Galera y su mujer que ellos no veían la realidad. Galerita quedó mudo. Y estos tipos dicen saber de comunicación, pensé mientras veía que en la quinta presidencial le dieron la cabecera de la mesa a una invitada que se ocupó de sacudir una y otra vez a un tipo que no sabe hablar sin que le digan lo que debe repetir, razón por la cual, cuando Galera sintió que tambaleaba, levantó el tono de voz para asegurarse y no caer, pero Mirtha lo sacudió como una señora aristocrática a la que a un invitado se le ocurre tensar la voz en su presencia. “Mirá como levanta el tono y se hace el cocorito”.
Morales, pensé, me hace acordar a la paliza que le pegó Boudou a Morales en el senado, cuando la miseria radical terminó pidiendo la toalla y el ex vicepresidente aprovechó para recordarle cuando también hacía uso de su fuerza contra los jubilados, como hoy hace con Milagro Sala. “Sabés cuando comenzó derrumbe”, preguntó Mirtha, bueno, la palabra no me gusta, mejor descreimiento, agregó y la carcajada en casa fue colectiva. ¡Te sopapea Mirtha, Galerita! ¿Ya imaginaste lo que debía estar pensando tu viejo mientras veía el programa o alguno de los que seguro se reían recordando tus intervenciones en el directorio de SOCMA? Así que Galerita estás peor de lo que imaginábamos, coincidimos con Laura. Ponés la casa, te copan la cabecera, por si no quedara claro quién no manda, la señora te dice en la cara que te estás cayendo y por si no te quedó claro la fragilidad con la que te ve, te preguntó por tu salud. Una vez más, gracias Mirtha, gracias por permitir que la sociedad entera viera la clase de personas que son ustedes y el estado en el que se encuentran. Le recordaste cada uno de los errores, empezando por el tarifazo y me hiciste acordar que el mismo error le marcó Durán Barba tras el triunfo desde TN, a donde fue a vender su consultora ganadora y sentenció que nadie que hace un ajuste se saca la imagen de “hijo de puta” de encima.
“El error fue que no se hizo gradualmente”, le espetó Mirtha, y recordó que algunos comercios tuvieron que cerrar porque no pudieron asumir el aumento en los servicios. “¿Cómo que no? ¿Sabés recién por dónde vamos?”, advirtió Galera, lo que seguro provocó que más de un comerciante apretara la butaca del sillón, que alguna persona que escuchaba el programa desde la cocina le diera duro a la tabla con la cuchilla o simplemente sintiera el frío por la espalda al pensar cómo haría para afrontar los próximos aumentos, si la CGT no se calienta mucho en cerrar paritarias por arriba de la inflación. Sin ponerse colorado, Galerita dejó claro cuál es el modelo de Estado que su gobierno sostiene: el Estado de última instancia. Que se arregle cada uno individualmente y en caso de que no quede otra, el Estado se mete, pero si no no me molesten. ¿O no saben que están pagando el 45% de lo que vale la energía? El miedo que se habrá agarrado la mayoría al saber que Galera quiere recargarles en la cuenta de luz el 55% de aumento que todavía les falta. Ay, Galerita, Galerita, no me digas que en serio vos creés que la gente que tenés alrededor entiende de comunicación política. ¿Quién fue el que te dijo que te convenía decir barbaridades como esas que hasta De la Ruina se ocupaba de disfrazar?
Pero como saben quienes vieron el programa completo, aún quedaba más. Cual abuela de un hijo bobo que chocó las dos veces que el padre lo dejó manejar, Mirtha le dijo que debería asesorarlo y Galera contestó: “Siempre me prometés que me vas a asesorar y nunca lo hacés”. Sí, señoras y señores, la bronca llegó a poner en el gobierno a un tipo que reclama por no tener el asesoramiento político de Mirtha Legrand. Por si no fuera suficiente, el director de cámaras mostró a la de pupilas dilatas por la medicación asintiendo, como si sumara que se solidarice así con el marido. Queda por saber cuál es la razón por la que Awada recordaba tanto a Titina, el personaje de Fernando Peña. ¿Esperaban mantenerla callada y así evitarnos ver la cara que le puso el presidente cuando se disculpó por haberlo interrumpido para defenderlo de la señora que le ocupó la cabecera de la mesa? La mirada empresarial de Galerita dejó claro que prefería que Juliana no dejara otra vez en evidencia su inteligencia ante las cámaras. Pero, Awada continuó interviniendo con dificultades para modular, no como las que caracterizaron a su marido, sino las propias de quien tiene la lengua pesada por los psicofármacos, como cuando al inicio del programa le preguntó a Mirtha “¿yo también te puedo tuteal como siemple?”.
“Son muchos errores, el segundo semestre, el Correo, el tarifazo, Avianca, son muchas cosas”, lo retó la señora en vivo y en directo y Galera se aseguraba a la silla como podía sin poder dejar de titubear. Permítanme hacer un comentario a parte. Cuchame una cosa, Marquitos. ¿Fue idea tuya la de alegrarme así el cumpleaños? De ser así, macho, va también a vos mi agradecimiento. No tuve una torta tan ordinaria como la tuya, sino una con una sola velita fácil de apagar, no como las que pusieron en la tuya, tan difícil de apagar como lo que te queda por delante. Temo que más de una persona al leer estas palabras se pueda molestar conmigo diciendo: miralo a éste riéndose de nuestras desgracias desde una playa brasilera, pero por si fuera necesario déjenme aclararlo. Mi alegría es la de aquel que ve tambalear a su contrincante, que observa cómo le entra cada mano que le tiran y queda expuesto delante de todos que si no hace uso de la fuerza que compra o le prestan, o le ponen silla con respaldo, hasta una señora mayor lo puede hacer besar la lona.
“Yo recorro la ciudad -dijo Mirtha, yo escucho a la gente”, agregó y Titina intervino para repetir “que yo también escucho a la gente”. “A vos no te hablan”, respondió la señora para ver si de una vez se iba dando cuenta la jovencita cuál era el lugar que le tocaba en la mesa. “Lo que pasa Mirtha - intervino Galera, que mostró que podía recordar el guión- es que antes les regalaban el presente para robarles el futuro”. Les regalaban el presente… Cuchame una cosa Galerita ¿Vos en serio crees que la mayoría son tan brillantes como vos que los pueden convencer de la efectividad de frases como esas? ¿Te ponés a pensar que del otro lado hay un laburante que no sabe tres joracas de que le regalen algo? No, Galerita, perdón, es de mal tipo hacer preguntas de las cuales uno sabe la respuesta. Al escribir me acordé de tus manos, de la impresión que me generó ver la falta de roce de las mismas, que parecen las de un nene de cinco años en el cuerpo de un adulto, tanto así que me hicieron recordar el dicho popular: vivías de Franco, como Durán Barba, que se aprovechó del la tarjeta sin límites del hijo de un multimillonario para pagar sus cuentas.
Claro que no fue todo jolgorio ver el show que Clarín montó para mostrarle al presidente lo mal que se la puede hacer pasar el círculo rojo, al que el ecuatoriano y Marquitos tanto subestiman. Sin dudas disfruté cuando vi que el director de cámara no tuvo problema alguno en tapar la imagen del presidente mostrando a la trabajadora que le servía el agua en su copa, ni tuvieron cuidado alguno en mostrarla pasar por detrás de él en vez de hacerlo por el lado de Juliana Awada que no estaba en cámara. La preocupación volvió cuando Galera dijo que para el 2019 Aerolíneas Argentina no nos va a costar nada a los argentinos. Ay, Galerita, Galerita… ¿Te das una idea de que las low cost no van a poder volar ni a Mar del Plata si se te llega a ocurrir privatizar otra vez nuestra línea de bandera?
Sinceramente, el programa del sábado no tiene momento alguno de desperdicio, a partir del momento en que Galerita y la medicada entraron en escena. Los primeros minutos, en los que la señora Legrand ostentó sus joyas dentro de la residencia presidencial bien pueden ser evitados, aunque es una poesía de quiénes habitan el lugar. No fue la única que aprovechó el programa para pasar chivos, Galerita se ocupó de mostrar una foto que vio en Infobae, propiedad de Daniel Hadad, que volvió a aparecer en cámaras para prestar el servicio de decir que lo que le hizo el macrismo a Baradel, a él se lo había hecho el kirchnerismo. Es innecesario pensar en por qué Fantino no le preguntó por qué no hizo la denuncia correspondiente sobre las amenazas a sus hijos, ya que sabemos cómo tienen que comportarse quienes se prostituyen.
Y por último y para terminar, porque el programa es largo, hay mucho para analizar y mucho más tiempo para hacerlo, Galerita también dejó en evidencia que la foto de Marcelo Longobardi está en el mismo book que la del conductor de Animales Sueltos. Lo dejó claro cuando Mirtha le preguntó por qué financiaba a los piqueteros y el presidente recordó que no les dio un peso a las organizaciones sociales, incumpliendo la Ley de Emergencia Social, que simplemente se trata de un número en un presupuesto del que no se ejecutó una sola moneda, tal como le repitió una y otra vez el compañero Juan Grabois a Longobardi y al impresentable de su co-conductor. Así que por última vez: gracias Mirtha. Gracias por regalarnos un video que nos sirve para mostrar una y otra vez quiénes gobiernan nuestro país: los galeritas. Los que no creen importante saber cuánto ganan los jubilados, los que les molesta que su mujer hable cuando ellos están sentados a la mesa, los que no respetan el ceremonial y protocolo cuando mandan, permitiendo que utilicen la residencia presidencial como un salón de eventos, los mismos que alquilaron el Teatro San Martín y el Colón para fiestas particulares y que aprueban y promueven la medicalización de las personas que molestan.
Pero pensá bien lo que vas a hacer, Galerita, o pedile a Mirtha que te asesore, porque ni medicando a Juliana pudieron evitar que te moleste, así que imaginate lo que puede llegar a pasar…
RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs).