“Se crea un clima más favorable para la condena y, quizá, la prisión de Lula”
Por Guilherme Boulos*
La delación de los dueños de la JBS precipitó el decline del gobierno Temer. Pocos en la bolsa de apuestas de Brasilia creen en la posibilidad de mantenerlo hasta 2018, a pesar de los esfuerzos desesperados de salvación. Temer perdió las condiciones políticas para gobernar el país. Pesan sobre él no sólo denuncias, sino pruebas, vistas y escuchadas ampliamente.
El peemedebista apuesta en la táctica de arrastrar la crisis, al rechazar la opción de renunciar y crear un falso ambiente de normalidad. No tiene otra salida. Aunque decida renunciar, no podrá hacerlo sin buscar un acuerdo que le salve el cuello. Caso contrario, corre el riesgo de salir del Palacio de Planalto derecho para la cárcel, dado que perdería los fueros.
Convengamos, no hay sorpresa en el contenido de la denuncia. Que el gobierno de Temer depende del silencio de Eduardo Cunha hasta la crédula Viejita de Taubaté (N.E. La “Velinha de Taubaté es un personaje humorístico de Luis Fernando Veríssimo) desconfiaba. Que Cunha no daría el silencio a cambio de nada es casi una obviedad. Por lo tanto, aunque sean gravísimos, los hechos no generan perplejidad nacional.
Lo que sorprendió fue la postura de la Red Globo en el suceso, yendo al ataque decidido y rápido contra Temer, exigiendo su salida. Ese viraje creó una división en los medios y en el campo que apoyó el golpe. Folha de S. Paulo y O Estado de S. Paulo no siguieron el tono de los Marinhos (N.E. Familia dueña de la Red Globo) y relativizaron el tenor de las denuncias.
Es preciso comprender lo que está en juego en la decisión política de Globo en este momento y en su alianza con sectores del Ministerio Público. Existen hipótesis.
Hay quien sugiere que la Globo y los sectores político-económicos que ella vocaliza han llegado a la conclusión de que Temer no conseguirá entregar las reformas. Improbable, pues el gobierno avanzaba en aprobar la reforma laboral en el Senado y, posiblemente, la Previsional en la Cámara, después de algunas concesiones y un juego pesado de compra de apoyo.
Otra posibilidad en la mesa es el factor Lula. Su fuerza electoral creció mucho en los últimos meses, en paralelo a la pérdida de apoyo social de Temer. El interrogatorio en Curitiba, que buscaba perjudicarlo, tuvo efecto inverso. Lula salió fortalecido de allá, ampliando la visión general de la falta de pruebas para condenarlo. Sérgio Moro y la Globo, en ese sentido, quedaron en un impass. Ahora, con el nivel de la repercusión de las acusaciones contra Temer y, en especial, contra Aécio Neves, se crea un clima más favorable para la condena y, quizá, la prisión de Lula. Es evidente que debilitan la percepción de selectividad y persecución política contra él. Y, como confesó un delegado de la Lava Jato, lo que cuenta es el timing.
Ese factor, aunque relevante, no explica por sí sólo que la alianza Globo / Ministerio Público derribe el gobierno de Temer y coloque en riesgo la aprobación de las reformas. Creo posible suponer una apuesta más estratégica, pensando en la hegemonía política de largo plazo.
El sistema político de la Nueva República está en ruinas. Acribillado a denuncias, desmoralizado, ese modelo perdió la capacidad de llevar a la cohesión de la sociedad brasilera. Perdió hegemonía, aunque aún represente el poder de facto. Cabe una analogía con la crisis de la dictadura bajo el comando del general João Figueiredo. La dictadura aún tenía el comando, pero había perdido completamente la capacidad de crear mayoría social. En situaciones como esa, siempre está el riesgo de soluciones por abajo, expresadas en la revuelta popular contra un régimen sin representatividad. La casa-grande tiene verdadero pavor de alternativas como esas e, históricamente, se anticipó para construir acuerdos de transición seguros y conservadores.
Fue así al final de la dictadura, puede ser así ahora. No es de hoy que la Globo apuesta en la narrativa del Poder Judicial como salvador nacional. Crean héroes del combate a la corrupción, que pueden representar la opción a un sistema que perdió credibilidad. Una forma de “limpiar” el Estado brasilero, mantener la agenda dominante y recobrar la hegemonía social puede ser con el protagonismo del Poder Judicial. No por casualidad se construyó la figura de Cármen Lucia (N.E. Presidenta del Supremo Tribunal Federal) como posible salida en caso de elecciones indirectas. Sería una nueva Operación Golbery, con jueces y fiscales al frente.
Aunque sea solamente una hipótesis, es necesario prestar mucha atención en relación a los intereses de esa coalición. Si la crisis de la Nueva República fue canalizada en esa dirección, eso puede significar el cierre democrático, con la institucionalización de medidas de excepción aplicadas. No se debe descartar inclusive que se apropien de la bandera de una nueva Constituyente.
De cualquier forma, la desconfianza ante los intereses de esa coalición no puede legitimar que sectores de la izquierda estén involucrados en acuerdos de salvación. Ni para mantener a Temer, tampoco para elecciones indirectas. Cualesquiera que sean los nombres, deben ser prontamente rechazados por la ilegitimidad del proceso.
La única salida posible es agrandar el caldo para la salida de Temer y por elecciones directas, construyendo un frente amplio y fortaleciendo las movilizaciones populares. La calle es el mejor desinfectante contra soluciones antidemocráticas.
* Líder del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST). Publicado en Carta Capital.
Traducción: Santiago Gómez