Agenda: celebrar a Roberto Parra
“Rayuela Corta” es un conjunto musical, un grupo de amigos, un proyecto de raíces chilenas arraigadas ahora en el corazón de Buenos Aires. Son Pablo Rogers y su violín, Ignacio Pinto Valdivia con su guitarra criolla a cuestas, Francisco Rojas Díaz deslumbrando con piano y guitarra, Simón Yáñez al mando del acordeón, y Nicolai “Tinto” Troncoso expresándose ya sea a través de la voz, del baile, de un pandero chileno o un cajón peruano.
De la mano de un repertorio ligado a la esencia popular latinoamericana, al folclore urbano del centro de Chile, Rayuela Corta busca rescatar y difundir ese quehacer musical transmitido de generación en generación por tradición oral, que se conserva de boca en boca y se aprende en el hacer, en el compartir con otros. Un quehacer musical donde la poesía popular y la memoria popular son los protagonistas, y que incursiona en diversos géneros tales como el vals peruano, el bolero y el jazz guachaca, aunque abocado principalmente a la cueca.
Para sus integrantes, este quehacer musical constituye un placer y un desafìo a la vez. Porque, en primer lugar, es necesario aclarar que en Chile la cueca ha sido siempre un objeto cultural en disputa. Está, por ejemplo, la cueca declarada como danza oficial de dicho país por el Dictador Augusto Pinochet en 1979, en un claro intento por apropiarse de esta expresión popular, y amoldarla, disciplinarla en función de los intereses de las fuerzas armadas, las tradiciones del Estado y el oficialismo. Y está aquella otra cueca, la cultivada por “Rayuela Corta”, rebelde y plebeya. Brava, urbana, centrina y chilenera. La que nace en los arrabales de Santiago y Valparaíso, da sus primeros pasos en los conventillos, puterios y mataderos. La que brota y traspasa los muros de sus cárceles, cuya esencia ha estado siempre ligada al “roto chileno” y al proletariado. Una cueca que le canta al personaje popular y que se canta a sí misma.
Desde Rayuela Corta, buscan cultivar también el “canto a la rueda”, una tradición donde la cueca se canta de a cuatro, por mano y hacia la derecha. Consideran que estas músicas tienen algo anti sistémico, ya que se tienen que tocar con instrumentos característicos con una presencia muy fuerte, una identidad muy arraigada, asociada a la memoria popular, y se interpretan necesariamente en colectivo. “Deja de ser un arte escénico y empieza a ser una manera de vivir, una forma de relacionarse”, señala Nicolai Troncoso, cantante del grupo .
En el mes de las fiestas patrias chilenas, y a cien años del nacimiento de la cantautora Violeta Parra, realizarán una presentación este 21 de Septiembre en el marco del ciclo “Parradentro Parrafuera”. El mismo se desarrolla actualmente y hasta el sábado 30 en un espacio cultural emplazado en el corazón de Almagro, “Hasta Trilce” (Maza 177). Constituye una propuesta que busca rescatar la trayectoria no sólo de Violeta sino de todo el clan Parra. En esta oportunidad, el grupo será el encargado de rescatar la obra de Roberto Parra Sandoval, cantautor, folclorista e inventor del “jazz guachaca” (una manera de tocar swing y foxtrot bien chilena). Para conocer más información y próximas fechas de la banda, entrar aquí.