Boxeadores Argentinos Agremiados: “Queremos visibilizar el sindicato”
Por Luciana Condomi - ETER
Saúl Peralta es boxeador, en junio perdió su última pelea por nocaut y fue internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) en estado de coma, con un traumatismo craneal y un hematoma subdural. Luego de su recuperación y, a partir de estudios, le detectaron desprendimiento de retina en ambos ojos. Mientras desde Boxeadores Argentinos Agremiados le tramitan una pensión en Reconquista, su lugar de residencia, desde ATE le ofrecen el traslado a Buenos Aires y alojamiento necesario para atenderse en el Hospital Santa Lucía y tener una segunda opinión sobre su diagnóstico.
En 2009, Ignacio Artime tuvo su primera y única pelea profesional y quedó en coma. El promotor del evento no se hizo cargo de la asistencia necesaria, ni de acompañar al boxeador en su proceso de recuperación. “Cualquier boxeador debería tener una ART (Aseguradora de Riesgos de Trabajo) pagada por el promotor del evento. Eso debería ser parte de los gastos de la promoción de la pelea”, afirma Artime, ya recuperado pero lejos de volver a calzarse los guantes. Sin embargo, desde el sindicato aseguran que los promotores se niegan a firmar el convenio colectivo de trabajo.
El compromiso de Agremiados con los boxeadores, aseguran, está en crecimiento. En el caso de Marcelo Domínguez, ex boxeador, la ayuda es para su lugar de trabajo, Atlanta Boxing Club. “Por lo que veo se están moviendo, le dieron pensiones a muchachos que no tenían ni donde vivir, le han alquilado casas, van mejorando. Conmigo colaboraron en muchos eventos en Atlanta, aportan en ese sentido. Yo tengo la mejor con ellos y comparado a lo que era antes se ve que ahora se están haciendo cosas”, comenta el excampeón mundial crucero de Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Boxeadores Argentinos Agremiados existe desde 1974, cuentan que como una idea del General Juan Domingo Perón. Desde los 80 hasta 2013 fue manejado por Jorge Fernández, ex boxeador. Durante esos años el sindicato tuvo poco movimiento y los boxeadores se resistían a afiliarse. En la obra social figuraban 11.000 afiliados, pero ninguno era boxeador (dato de la Asociación Civil Defensa del Boxeador Argentino -ADeBoAr-).
En 2013 la dirigencia del Sindicato la tomaron Salgado y Roberto Galíndez, director técnico de boxeo y hermano de Víctor, exbicampeón mundial mediopesado. El rol del Sindicato cambió. Los boxeadores retirados con problemas económicos empezaron a recibir pensiones y desde allí partieron materiales de entrenamiento, como guantes, bolsas y sogas, para diversos gimnasios alrededor del país. Los recursos para generar estos insumos provienen principalmente de un porcentaje que aportan los boxeadores afiliados, de empresas auspiciantes y de ATE Pensiones.
En el caso de ATE, el vínculo se afianzó a través de la participación del delegado general, Wálter Pignataro: “La unión se da por mi fanatismo al boxeo y por el trabajo que venimos haciendo socialmente en la dirección general de pensiones, en la que trabajo hace 23 años. Independientemente de esto represento el gremio de trabajadores del estado”. El trámite de las pensiones es libre y gratuito. “Generalmente ayudamos a los boxeadores retirados, yo voy personalmente a buscarlos. Cuando nos enteramos de alguno lo vamos a ver”. Las primeras pensiones fueron otorgadas a boxeadores como Ramón Abeldaño, José Félix Uziga y Andrés Selpa.
Asimismo, el delegado denunció que en estos últimos años se bajaron muchas de las pensiones otorgadas: “Durante el gobierno anterior se daban de 10.000 a 12.000 pensiones por mes, entre boxeadores y artistas. Conseguíamos ayuda económica, prótesis y medicamentos. Ahora prácticamente no hay nada, hoy es muy difícil trabajar con cuestiones sociales”.
Los boxeadores en actividad, ya sean amateur o profesionales, pueden recibir ayuda del sindicato siempre y cuando estén afiliados. “El boxeador, cuando paga el monotributo, tiene la obra social”, comentó Pignataro. El conflicto se da porque el convenio colectivo está pensado para aquellos que tengan un trabajo en relación de dependencia, que no sería el caso de los boxeadores. “Es muy difícil que el boxeador entienda que para recibir ayuda tiene que ayudar primero aportando al sindicato. Aunque ahora no ganan lo que ganaban antes. Galíndez, que fue campeón del mundo, aportaba al sindicato, pero era otra época”, agregó después.
“Lo más importante que queremos hacer es visibilizar el sindicato, ahora ya saben todos qué hacemos y quiénes somos”, expresó el delegado. El sindicato se encuentra en el barrio de Monserrat, en Perón 1515, 7° piso, pero Pignataro se encargó de ofrecerles oficinas en el edificio de ATE, en Hipólito Irigoyen 1447, 10° piso, para que puedan trabajar allí en conjunto.
En la actualidad, según cuenta Galíndez, proveen asistencia a distintos gimnasios de Argentina, por ejemplo: Héctor Velazco en Villa Gesell, Juan Manuel Corradi en Mendoza, en Ramos Mejía le aportan insumos a chicos que están en la cárcel, a la Federación de Box, al campeonato de La Liga, colaboran con el maestro Andrés Puente, con Huracán, entre otros.