“El rol de las mujeres en la lucha palestina es de una importancia fundamental”
Por Branco Troiano
APU: ¿Cuál es el origen del conflicto?
Mariano Pi: Cuando tratamos el conflicto palestino-israelí lo primero que debemos hacer es desmitificar que se trata de un conflicto milenario, lejano en el tiempo y en el espacio. En 1895, Teodoro Herzl, fundador del sionismo moderno tan alabado por la dirigencia judía argentina, proponía en su libro "El Estado judío” levantar un Estado judío explotando el antisemitismo europeo. A su vez, veía a Palestina o la Argentina como escenarios de ocupación posibles para la edificación del nuevo Estado, criticando asimismo los intentos anteriores de colonización pacífica y progresiva en Argentina, cuestión a la cual le dedica un capítulo entero.
Unos 20 años después, los británicos entregan un documento al banquero sionista Rothschild (la famosa declaración de Balfour), en el que considerándolo representante de la judería mundial, le regalan Palestina. Desde ese momento y hasta la segunda guerra, los sionistas europeos -cuyos dirigentes no eran de religión judía en lo más mínimo- establecen un puente "humanitario" en el que trasladan miles de sionistas de Europa a Palestina, según el plan de Herzl; y, tras 1933, realizan diversos acuerdos políticos, ideológicos, económicos, políticos y militares con el nazismo, compartiendo la persecución de los judíos "asimilados" de Europa en favor de un traslado masivo forzado a Palestina. De hecho están perfectamente documentadas las declaraciones de simpatía del régimen nazi con el sionismo y viceversa, incluyendo la visita de jerarcas nazis a los campos de colonos judíos en palestina o la participación de los sionistas en las SS y las policías de control en los campos de concentración.
APU: En esta relación, ¿qué tenía para ofrecer el sionismo?
MP: Desde un principio, el sionismo le ofrece a las potencias occidentales establecer una "punta de lanza" de occidente en Asia a cambio del sostenimiento económico y diplomático del nuevo régimen colonial. En las colonias de ocupación bajo el mandato británico de Palestina, los sionistas comienzan las campañas de segregación racista anti palestinas, prohibiendo a los mismos judíos contratar o comerciar con árabes, militarizando las colonias y fundando los grupos terroristas que más tarde y hasta 1948, se dedicarían principalmente a dinamitar las posibilidades de convivencia y ejercer la limpieza étnica sistemática y la ocupación progresiva de más territorio.
En fin, la ocupación de Palestina no reconoce orígenes remotos ni es producto de un supuesto conflicto religioso. Cristianos, judíos y musulmanes convivían en cierta armonía en la Palestina histórica. Lo que sí hubo fue un movimiento nacionalista sionista tardío en Europa que, a través de un plan propio de criminales reaccionarios y colonialistas, se plasma con la ocupación de un territorio con el que jamás tuvieron menor relación.
APU: ¿Ve posible a la “solución de los dos Estados”?
MP: Desde 1948 se viene hablando de “la solución de los dos Estados”, pero concretamente desde hace 70 años la llamada "comunidad internacional" reconoce tan solo un Estado, el israelí, y a los palestinos se los reconoce como parias en su propia tierra o como refugiados en otros países. Por otra parte, el tridente anglosionista americano amenaza con la guerra y las sanciones en caso de declararse nominalmente el Estado Palestino aun en los límites pequeños e imprecisos de lo que hoy se considera su territorio actual, vetando sistemáticamente resoluciones al respecto en la ONU.
Mientras tanto, Israel continua la política de asentamientos, ocupación progresiva, demolición de aldeas palestinas enteras, y aprobando la construcción de nuevas colonias ilegales aun tras los descabellados límites diseñados en 1967. En este marco, creo que la solución que plantea dos Estados no es más que una retórica maliciosa que busca humanizar la ocupación y generar expectativas de futuro en diálogos que se dan en medio de la guerra, la extorsión, la amenaza, el genocidio y la muerte.
APU: En síntesis me estaría diciendo que esta “solución” está muerta desde su mismo origen discursivo…
MP: Exactamente. La única solución posible es la restitución de la Palestina histórica, la vuelta de los refugiados y la construcción de una república democrática pluricultural, tal como lo plantean actores regionales de peso en el campo de la resistencia, como el caso del Hezbollah libanés y el consenso nacional palestino, árabe e islámico.
APU: Muchos investigadores ven elementos comunes entre el sistema del apartheid sudafricano y el trato de Israel hacia los palestinos, ¿qué opina al respecto?
MP: Es cierto lo que decís de que existe un debate alrededor de eso. La idea de apartheid suele asimilarse a la realidad de un Estado "legítimo" reconocido por todos, pero dirigido por una minoría étnica o social criminal que ejerce una dictadura feroz que despoja de todo derecho a las mayorías oprimidas y esclavizadas. No es el caso de Palestina, pues allí existe un régimen de ocupación colonial con el fin declarado de extenderse "desde el Nilo al Eufrates", destruyendo la región entera y desmembrando países enteros, como Egipto, Siria, Jordania, Líbano, Irak, etc. Tarea en la que colaboran sus aliados de Isis y Al Qaeda, justamente desde el Nilo al Eufrates.
APU: Es decir que es una idea errada…
MP: La idea de apartheid en este sentido es errada ya que presupone una legitimidad que la entidad sionista no tiene. Los palestinos no luchan por el reconocimiento y ampliación de derechos civiles y sociales en Israel, sino por la destrucción del régimen de ocupación y la liberación completa de su país. Sería como pedirle a los argentinos que se conviertan en kelpers y exijan igualdad de derechos en la sujeción a la corona británica.
El conflicto palestino-israelí no es un problema de derechos humanos, civiles y sociales: ellos solo pueden plasmarse y consolidarse en una palestina reunificada y soberana. Sin embargo, desde el campo antisionista suele asociarse Israel a apartheid o al nazismo no tanto por sus similitudes sino por el camino de solución: borrar a Israel del mapa no quiere decir tirar una bomba atómica o matar a todos los judíos, sino desmantelar el régimen israelí y recuperar el espacio soberano de la Palestina histórica.
APU: En estos últimos años se llevaron a cabo una gran cantidad de atentados, parte de lo que se denominó “la rebelión de los cuchillos”. ¿Por qué creé que se efectuaron? ¿Fueron producto de la desesperación?
MP: La llamada “rebelión de los cuchillos” está inserta en el marco de las condiciones concretas en las que los palestinos deben desarrollar su estrategia de resistencia. Está claro a esta altura que las luchas de liberación nacional y social se dan necesariamente con la participación y compromiso de todo el pueblo, en un proceso que puede durar décadas.
Acciones de este tipo las encontramos en todos los procesos de liberación del siglo 20 independientemente de raza, religión y color político. Los argelinos y los vietnamitas por ejemplo se han visto obligados a echar mano a este tipo de métodos. En una película de culto como "la batalla de argel" la prensa francesa le pregunta a un guerrillero argelino por que usan métodos "tan aberrantes" como los atentados contra los ocupantes, y este les responde que bueno, que le den a él los aviones y tanques franceses y de esa manera podrán abandonar el método de los cestos-bomba contra los colonos.
La superioridad armamentística, económica y diplomática del bloque pro israelí es abrumadora, por lo cual solo queda a los palestinos desgastar y desmoralizar a la ocupación mientras construyen la fuerza que permita derrotar a las fuerzas enemigas. Es una cuestión estratégica elemental e indiscutible, asumida por todo el pueblo palestino. Ponerla en cuestión solo puede hacerse desde una posición hipócrita y cínica que busque embellecer las condiciones infrahumanas de la ocupación.
De allí a que, como bien preguntás, no tiene relación con la desesperación o con ver cerrado el futuro, sino todo lo contrario: el pueblo palestino y el eje de la resistencia en general, encabezados por Irán, Siria y Hezbollah, está convencido en que es resistiendo como se construyen las victorias, las parciales de hoy y las completas de mañana. La idea de martirio en Medio Oriente no está asociada a la desesperación sino al sacrificio, al compromiso. En nuestra patria, hace 40 años se hablaba de los mártires de Trelew, o internacionalmente de los mártires de chicago. Las operaciones de resistencia y martirio en medio oriente tienen ese mismo valor. Incluso más para los que somos creyentes, como bien lo decía el padre Mugica.
APU: ¡Cómo considera que viven y entienden esta situación los jóvenes palestinos?
MP: Los jóvenes palestinos atraviesan esta situación con mucha dignidad. Allí no se verifican (en general en todo el mundo islámico) los niveles de desintegración social que sufrimos en el occidente europeo y su periferia colonial como en nuestro caso. América Latina no es occidente, somos tan solo los convidados de piedra a una civilización de la que no somos parte más que en los perjuicios.
Allí la familia y la comunidad, la unidad, solidaridad y organización, son derivados naturales de su propia civilización, por lo que la experiencia de sus abuelos, sus padres, sus hermanos suman y acumulan, forman un todo orgánico. La promoción de su "occidentalización" que busca quebrar el núcleo de esta cultura de la resistencia es muy fuerte, pero mientras el islam continúe con una función cardinal como eje de la sociedad, tales esfuerzos están condenados al fracaso.
APU: ¿Y en términos individuales?
MP: Quizás muchos jóvenes no vean "futuro" en términos individuales, pero si como pueblo en camino a realizarse. Hay que tener en cuenta que en la visión islámica que tienen los palestinos, aun laicos políticamente, no es impedimento para intentar por todos los medios su progreso material y espiritual, tanto como personas como en cuanto a la comunidad. Vas a encontrar que muchos de los combatientes que realizan operaciones de martirio son profesionales, estudiantes, laburantes, todos muy jóvenes.
No lo consideran como un rechazo a la vida sino lo contrario, como un aporte a su pueblo y sociedad del que las familias suelen enorgullecerse aun en medio de la tristeza enorme de perder un ser querido, tal como ocurrió en nuestro país desde las guerras de independencia hasta hace un par de décadas, en que el materialismo reinante pareciera haber adormecido todo vestigio de dignidad.
APU: ¿Cómo diferenciaría a radicales palestinos de radicales israelíes?
MP: Los radicales israelíes que están en el gobierno plantean en sus discursos que hay que hacer ataques atómicos a Gaza o sistematizar el asesinato de mujeres y niños para "que no nazcan ni crezcan esas serpientes". Envenenan el agua, queman los campos. Plantean ataques nucleares a Irán, invadir Siria y Líbano, y vociferan su apoyo a Isis y Al Qaeda.
En cambio, los radicales palestinos plantean no dejar las armas contra la ocupación y barrer el régimen ilegítimo que usurpa sus tierras y condena a sus familias a la muerte, la prisión o al hambre. Plantean atacar a los colonos usurpadores hasta que devuelvan lo robado. Ponen su propia vida, la de sus familias y sus bienes al servicio de esta causa. Plantean no negociar con el ocupante, y recuperar hasta el último palmo de su país.
Unos me parecen supremacistas criminales. Los otros, lo más sano e inteligente de su comunidad. En unos veo graficada la opresión en todos los sentidos y, en otros, el derecho en todos los sentidos. "La sangre vence a la espada" dicen los propagandistas de la resistencia islámica, figurando la victoria de los pueblos descalzos contra la espada de los tiranos. Y allí está toda su fuerza y toda su diferencia. Y no es menor: la experiencia concreta de la resistencia demuestra que las "caravanas de mártires" han logrado mucho más que el soportar los crímenes en medio de negociaciones que jamás condujeron a ningún resultado. Con la resistencia han recuperado tierra, han liberado a los presos y han golpeado duramente al enemigo hasta el punto de ponerlo en crisis existencial. Hoy Israel debate si seguirá existiendo o no.
APU: ¿Qué rol cumplen las mujeres palestinas en toda esta lucha?
MP: El rol de las mujeres en la lucha palestina y de la resistencia regional en general es de una importancia fundamental. En la sociedad islámica la mujer tiene una responsabilidad central en la educación, la conservación de la familia y el orden en la comunidad. Son las mujeres las que educan a sus hijos como combatientes y enseñan el valor del patriotismo, la religión y el martirio. Son las responsables de la excelencia o perdición moral de las generaciones, son las semillas y las custodias de los jardines de la resistencia. Independientemente de su trabajo material y social, tanto como combatientes como en la retaguardia.
Desde la perspectiva liberal occidental, el rol de las mujeres palestinas en el ámbito familiar, social y cultural parece poca cosa y tiene un valor secundario. Sin embargo, sin su aporte hoy no habría resistencia palestina de ninguna manera. Solo una sociedad donde las mujeres cumplen tal función con tanta dedicación, esfuerzo y sacrificio, pueden reproducirse combatientes valientes, perspicaces y decididos en serie desde las edades más tempranas, en el marco de un ambiente social muy sano aun en medio de las peores calamidades.
APU: ¿Cómo puede afectar la crisis capitalista al conflicto de Oriente Medio, en particular a Palestina y específicamente en el caso de Gaza?
MP: Es una pregunta que requiere mucha extensión para contestarla porque es muy amplia la temática que abarca. Pero en síntesis puedo decirte que si bien los norteamericanos son una gran potencia económica y militar, sus estrategas pusieron sus expectativas de resolución favorable de la disputa interimperialista contra Rusia y China en la reformulación de medio oriente.
En la primera década del siglo ubicaron a Irán como el obstáculo principal a sortear, y fueron por Afganistán, Irak, Líbano y la resistencia palestina, de forma de debilitar su radio de influencia. En todos esos escenarios hicieron sapo. De hecho terminaron debilitando a sus propios aliados y fortaleciendo al eje de la resistencia. Expusieron a Estados Unidos e Israel a duras derrotas militares y políticas, y tuvieron que echar mano al recurso de la "vietnamización" del conflicto a través de proxys como Isis y Al Qaeda, apostando a inventar un conflicto sectario que debilite las capacidades de la resistencia.
Tal estrategia fue relativamente exitosa en Libia, pero fracasó estrepitosamente en Líbano, Siria, Irak y Yemen, por ejemplo, en donde Estados Unidos e Israel volvieron a quedar expuestos como sostenedores del terrorismo, y el eje de la resistencia como el conglomerado de fuerzas defensoras de la soberanía, la convivencia y la integración social, cultural y regional. Para colmo han facilitado el protagonismo de Rusia y China en el fortalecimiento de opciones más multilaterales. La ronda de intervenciones directas resultó en derrotas históricas que hoy se completan con la derrota regional del terrorismo takfirí.
De allí que Trump haya decidido petardear el acuerdo nuclear con Irán y apuntar a la necesidad de un cambio de régimen en la República Islámica, de acuerdo a la agenda israelí. Pareciera que hay una fracción importante que plantea jugarse el todo por el todo en una confrontación directa contra Irán al no haber conseguido su debilitamiento. El riesgo es perderlo todo, incluyendo la destrucción del régimen israelí y la pérdida definitiva de Estados Unidos como potencia de primer orden, en caso de derrota. Hay una oposición fuerte aun dentro de los propios republicanos de Estados Unidos y mandos israelíes a ensayar esta aventura, que saben cómo empieza, pero no cómo termina.
El plan sectario fue derrotado por la resistencia islámica, que condujo de manera magistral todas las batallas principales contra el Isis, como la de Mosul y Ramadi en Irak, o Al Qussayr y Alepo en siria. Estados Unidos e Israel, así como sus aliados regionales, han sido los grandes perdedores de este proceso. Las posibilidades de nuevas victorias de Gaza y los palestinos en general vuelven a incrementarse, pues en caso de una nueva intervención imperialista, la regionalización de la resistencia está garantizada.
De allí que el comandante Chávez fuera tan firme en plantear que en Palestina se condensan todas las luchas de todos los tiempos y lugares. Un conflicto de esas dimensiones, en caso de extenderse en el tiempo, solo acelerará la crisis de hegemonía de Estados Unidos y pondría en serio riesgo las posibilidades de continuidad del régimen israelí.
Lo ideal sería que la mal llamada "comunidad internacional" recalcule y se decida a buscar una solución global que incluya el fin del imperio norteamericano, el establecimiento de un orden multipolar de integración justa y soberana de los pueblos, y resolviendo la cuestión palestina definitivamente desmantelando el régimen de ocupación.
APU: ¿Piensa que esto último podría suceder?
MP: No, no soy tan optimista con ellos. Soy más optimista en las capacidades demostradas de la resistencia, su cultura, su determinación, fe y esperanza.