“Buscamos que los jugadores profesionales puedan trabajar libremente siendo homosexuales”
Por José Luis Jofre - ETER
Su inicio en el fútbol fue en Florencio Varela, localidad bonaerense de donde él es oriundo. Comenzó jugando en el Club San Eduardo, de ahí mediante unos conocidos del padre llevaron unos videos de Cristian Pare a Estudiantes. Gracias a eso lo llamaron para que vaya a probarse, quedó en infantiles del Pincharrata y jugó hasta la sexta división del club. “Al no ser de La Plata, en cierta forma te discriminan indirectamente porque sos de Varela. En ese momento éramos diez chicos de Varela y prácticamente todos titulares”.
Por distintas circunstancias de la vida, problemas familiares y el estudio, entre otras cosas lo llevaron a irse a jugar a Defensa y Justicia. Este equipo le quedaba más cerca de su casa, no tenía tanto viaje, pero con el tiempo dejó la actividad en inferiores y el fútbol profesional.
Él es uno de los fundadores de la Selección Argentina de Fútbol Gays (SAFG). Como jugador y capitán, junto a sus compañeros, alzaron la copa en junio en el Mundial de Miami. “Para mí fue el torneo que me dio más satisfacción. Porque fuimos reconocidos recién el año pasado como Selección Gay Nacional, digamos por el Estado. En base a eso empezamos a trabajar de maneja más seria todo lo que incumbe al movimiento LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) y al deporte”.
El viaje a Miami le costó al equipo casi 700 mil pesos. En su gran mayoría esa plata salió del bolsillo de los jugadores, aunque si bien recibieron una ayuda parte de la Secretaria de Deporte, Educación Física y Recreación de la Nación, Pare opina que quizás fue de manera parcial por ser la primera vez que recibían un aporte del Estado. El SAFG ganó tres mundiales, pero este fue el primero en el que representaron al país de forma oficial.
En este tipo de competencias la mayoría de los que participan son equipos, ya que muy pocos países tienen una selección: Argentina, Chile y Uruguay son algunos de ellos. Por lo general hay asociaciones civiles que trabajan para poder viajar con sus jugadores. La IGLFA (International Gay and Lesbian Football Association) es la federación que rige al fútbol gay. Para participar del Mundial el único requisito es estar asociados a IGLFA, mediante una afiliación anual.
“Las ganas; encaminarse en lo que es un proyecto. Porque no es solamente ir a jugar a la pelota lo principal, pero a su vez tiene un trabajo de trasfondo que es incluir a todos los que quieran ser parte: no importa si juegan bien o juegan mal. En su momento si hay mucha gente se armarán dos equipos sin hacer diferencia en cuanto a si son buenos o malos; la idea es que todos se sientan parte”.
En todos los torneos que participan se sienten discriminados, “Nosotros jugamos en un torneo, llamémoslo 'hétero'”. Los agravios están en todas las canchas. El primer insulto que le dicen es “puto” y términos relacionados a la sexualidad. Sin embargo, con el correr del tiempo se lo toman de otra manera ya que ellos saben cómo los van a atacar. “Nosotros lo usamos de defensa ya; nos dicen algo, nos reímos”.
Asimismo, ellos compiten con equipos seniors y afirma con una sonrisa que sus adversarios muchas veces se sorprenden porque esperan otra cosa. “Mi mamá cuando vino a vernos me dijo: 'Hijo, cuando me dijiste que jugabas ahí pensé que iban con tacos'. Y le digo: 'Ma, si me tengo que agarrar a piñas: me agarro a piñas'. El barrio lo tengo encima; que a mí me guste un hombre no me diferencia en nada de la otra persona”.
Hoy en día en la liga inglesa hay 17 jugadores declarados gay ante la federación. En ese proceso, los jugadores hicieron pública su condición sexual para tener mayor respaldo del público y de sus propios compañeros.
Lo más difícil de la lucha que quieren afrontar es la cuestión de la educación dentro de los clubes para que los chicos no discriminen. Él cree que para que esto se logre la AFA debería trabajar con los clubes grandes en un principio, ya que son los más masivos y de mayor repercusión, y organismos LGTB. “Pero también el LGTB tiene que mostrar la otra parte, no la de lamentarse, sino la parte educativa. Educar a la gente que va a la cancha. O sea, vení a alentar a tu equipo, por qué insultar al otro”.
“Nosotros lo que buscamos es que los jugadores profesionales puedan trabajar libremente siendo homosexuales. Lo nuestro es un llamado de atención. No es que queremos ser la Selección. Siempre va a haber homosexuales en los equipos y quizás se pueda desempeñar de la mejor manera, en cierta forma, si se siente libre”.