Noelia Moncada: "Encanto Negra es una búsqueda personal de mis raíces"
Texto y fotos Lole García
Noelia Moncada es una cantante rosarina que llegó a Buenos Aires hace más de 15 años. Con su voz cristalina y pasional, supo ganarse un lugar en la historia del tango. Grabó cuatro discos. Esta noche cierra el año, presentando su último proyecto Encanto Negra, donde explora las raíces africanas en la música latinoamericana incluyendo el gotán. La acompañan Pablo Fraguela en Piano, Juan Pablo Navarro en contrabajo, Ariel Argañas y Facundo Guevara en percusión. Una juntada que arde la noche.
Agencia Paco Urondo: Hace más de 15 años que llegaste de Rosario a Buenos Aires, ¿cuáles fueron las experiencias que más te marcaron en estos años como cantante en esta ciudad?
Noelia Moncada: Quizás fue haber tenido la suerte de llegar en el momento justo. Ese momento que me permitió conocer a maestros como Horacio Ferrer, Raúl Garelo, Emilio Balcarce y eso fue un maravilloso. Me recibieron con los brazos abiertos y me abrieron sus espacios para compartir. Me siento muy agradecida a ellos. Y bueno, haber cantado con esas personas –con mucha admiración de por medio–, habilitó a la vez que se dieran otras posibilidades como cantar con la orquesta El arranque y, a través de ellos, con Néstor Marconi, con Leopoldo Federico. La clave para venir de Rosario fue animarme a saltar, pensar “salta y la red aparecerá”, y qué redes aparecieron.
APU: Venir de Rosario fue un gran salto
NM: Si, a eso me refiero. Venir acá y empezar a cantar a la gorra. Una experiencia de unos años, previo a estar en contacto con los maestros, fue un aprendizaje enorme en cuanto al trabajo escénico, al manejo con el público y la energía propia.
Lo más groso que me dieron los maestros fue, primero dejarme un legado. Yo decía, ¿por qué hacen esto? Me costaba creerlo, y luego entendí que si te lo quedás es horrible, necesitás que pase. Entendí que hay una soledad espantosa en quedárselo uno solo, el recorrido, el conocimiento, el talento. Si no forma parte de una rueda es como que no tiene sentido. Todo eso ahora se me mueve, porque me toca a mí ir pasando parte a otros.
APU: El tango tiene una impronta muy fuerte rioplatense, ¿cómo se percibe en otras partes de Argentina?
NM: En cualquier parte siempre puede haber algún tanguero que conecta cien por ciento con el tango. Yo no creo que hay que ser del lugar para conectarse con la música. No creo en esas divisiones geográficas ni de clasificación estilística de la música.
APU: En la elección de los temas, el primer público sos vos misma ¿Cómo es el proceso de selección del repertorio que querés cantar? ¿Qué cosas te enganchan?
NM: Cosas que yo sienta que pueda entender, no desde la cabeza sino desde la emoción, con las que puedo sentir empatía. A veces es agarrar un tema que uno siente, cuenta algo que uno tiene ganas de contar. En vez de componer, encontrar “huy este tema justo habla de lo que me está pasando o lo que estoy pensando fuertemente”, y lo agarro. Uno va escuchando música y esa música va llamando donde hubo empatía, “mirá lo que dice, con razón me gusta tanto”, a veces a un nivel consciente y a veces inconsciente. A veces elegís todo un repertorio para un disco y decís, “este lo meto pero no sé bien por qué” y luego de un par de meses decís, “era obvio que ese tema iba ahí” por tal y tal cosa. Lo que elegimos nos cuenta de nosotros.
APU: Cuando uno te escucha se da cuenta que sos cien por ciento tango, ¿cómo te llevas desde la interpretación con otros géneros de la canción?
NM: Gracias por lo que decís, pero no soy de las que escucha tango únicamente. Escucho mucha música brasilera, jazz. Tango también pero no sólo eso.
APU: Yo lo decía desde la interpretación, ¿cómo lo llevás cantar otros géneros?
NM: Me gusta ser fiel con lo que estoy conectado y el género termina siendo como consecuencia, no al revés. No “ahora voy a cantar una zamba entonces lo tengo que hacer con la forma de zamba”. Enganchás con algo de la forma y el resto de la forma te va envolviendo. Siempre canté otras cosas, y siempre con la sensación de no estar sintiendo que piso el límite. No. Porque no creo en ese límite. Tengo el mismo disfrute para cantar una cosa o para cantar otra, por ejemplo en el disco Marioneta hay un tema que para mí es un tango que es Retrato en preto e branco (de Chico Buarque). Lo que si traté es de ser ordenada a la hora de armar una profesión, porque además me contenía. Entonces un poco me reprimí porque el mundo sí está dividido en géneros, países, y bueno, le ponemos un nombre, le ponemos una cajita y salimos al mundo, pero yo para adentro medio que lo sufría, pero con el espectáculo nuevo (Encanto negra) dije tiremos esos muros.
APU: Ya pagaste tu derecho de piso.
NM: Quizás sí, ojalá. Quizás me propuse un tiempo para ser absolutamente receptiva de los que ya venían caminando el género. Creo que el tango tiene un camino de escuela, para mí fue la Orquesta Escuela Emilio Balcarc, Raul Garello, la orquesta El Arranque, y otros grandes maestros; con todos ellos sentía que valía más escuchar en mayor medida que proponer, aunque muchas veces muriera de ganas. Y eso me ayudó a comprender esos límites que hacen al género, esos límites que para poder correrlos, incluso si uno quisiera, primero hay que conocerlos.
NM: Ahora viene Encanto negra donde exploras un poco la raíces africanas en la música ¿en qué consiste este trabajo que aún no grabaste pero que ya venís presentando hace un tiempo?
NM: Estaba con la idea de que el contrabajo contiene toda una cosa rítmica con la que sentía más identificación dentro del género. Pensaba “el próximo trabajo que haga tiene que tener el contrabajo” porque es el ritmo, y el ritmo es lo que más me despierta la diversión de estar en el tango, además es el eje. Siento que podemos sacar el bandoneón pero el contrabajo no. Para mí. Por otro lado, hice un viaje a Brasil en verano pasado, y tuve contacto con la cultura negra de allá –el contacto que tenía cualquiera que estaba de vacaciones–, y sentí una empatía muy fuerte y la necesidad de revisar mis raíces. Encanto negra es una búsqueda personal de mi raíces y el deseo de poner luz a lo que se quiso invisibilizar y aún existe. La cultura negra es parte de nuestra raíces, de nuestra historia y de nuestro tango.
APU: ¿De dónde viene el nombre Encanto negra?
NM: ¿Sabes que quiere decir milonga?
APU: No.
NM: Quiere decir embrujo, encantamiento. Esta intención de echar luz sobre lo que fue invisibilizado trajo la idea de embrujo, como si con el camino espiritual uno pudiera iluminar eso que se quiso ocultar, pero embrujo daba otras cosas, y quedó encanto. ¿Encanto negro? No, encanto negra!
APU: Cómo funciona la improvisación en tu canto
NM: Generalmente nunca improvisaba pero ahora que abrí esa puerta sí, el proyecto nació entre otras cosas, con el permiso de improvisar. Y siento que me fascina pero que aún no lo hago todo lo que me gustaría, como que hay mucha musculatura que soltar para que siga diciendo que sí. No obstante me gusta y en principio ya lo habilité. Es algo que está en proceso de más liberación. A través de la raíz negra del tango se puede improvisar, y de que esa raíz está no tengo ninguna duda. Al comienzo me parecía que era mezclar dos cosas que no tienen nada que ver, pero cuando me di cuenta que hay una raíz en común, entonces siento que si hay permiso para la improvisación.
APU: Siempre pudiste rodearte de músicos muy talentosos y en este nuevo proyecto tenés unos músicos grosos, todos titulares. ¿Cómo se armaron los temas?
NM: Mayormente pude apoyarme en Pablo Fraguela el pianista, para probar un tema u otro. Y después cuando me juntaba con el resto ya lo tenía un poco más cocinado. De vez en vez que fuimos tocando el espectáculo, se fue afinando un montón. Son cuatro improvisadores re grosos y como la premisa de la propuesta es que hay permiso para improvisar, y entonces cuando faltaba algo, había improvisación de mucha calidad! Yo sabía que tenía esa otra pata mientras los arreglos iban madurando.
APU: ¿Has pensado en grabar un disco con canciones del rock o de folclor?
NM: Me gusta el chamamé, las guarañas… me tira un montón esa música. Lo siento más pasional. Hay otro tipo de folclor que lo siento más paisajístico aunque me gusta escucharlo. Intensidad y agua es la que me va para mí.
APU. Es que llevas el Paraná adentro
NM: Claro, es eso. Y del rock, siento una identificación profunda con Fito, con Lito Nebia, Fander, la trova rosarina, esa parte me toca, pero no mucho más, por eso no se me termina de armar ese concepto.
APU: ¿Y cómo ves el tango y las mujeres?
Gran cantidad de mis amigas son tangueras cantoras y otro gran cantidad de mi mundo femenino son mis alumnas de canto. Muchas mujeres cantando tango, impresionante! Sandra Marquez, Jacqueline Sigaut, Natalia Martinez son algunas de la cantoras amigas que adoro. Antes estaba oculto ese amor y hermandad entre mujeres. Incluso el hecho de que las mujeres canten tangos tradicionales escritos por hombres es una paradoja que habla de este momento. Es re loco, mujeres usando palabras de hombres para resignificar cosas que hoy también le pasan a una mujer.
APU: Muchas cantoras jóvenes, ¿sentís que las formas de interpretar el tango en las mujeres es distinto?
NM: Si, quizás las mujeres están llevando una transformación en la forma de abordarlo. En principio porque no queda otra. El hecho de que las mujeres canten tangos tradicionales escritos por hombres es una paradoja que habla de este momento e invita a resignificar y versionar. Más allá de géneros el tango está en un estado de producción y renovación permanente. También hay hombres que cantan maravillosamente como por ejemplo Leandro Negro Falótico y Juan Villarreal.
Encanto Negra se presenta hoy Jueves 21 de diciembre en Notorius, Callao 966, C.A.B.A.