Las disculpas de Catherine Deneuve a las víctimas de acoso
Por Melany Grunewald
Catherine Deneuve pidió disculpas a las víctimas de agresiones sexuales que pudieron haberse sentido ofendidas por el manifiesto de las artistas francesas, publicado la semana pasada en Le Monde. Sin embargo, aclaró que solo a esas mujeres les debe sus disculpas e insistió con el carácter censurador que se expresa tras las denuncias que se expresaron en el movimiento como el #MeToo.
Tras la interrogación que le hicieron desde diario Libération (donde publicó sus disculpas), Deneuve explicó que no estaba de acuerdo con el total del manifiesto, y que muchas partes las consideraba como una “tergiversación del espíritu mismo del texto inicial”, aun así no lo hubiese firmado si no presentara lo negativo del acoso. De todas formas, sus declaraciones acerca de qué puntos no comparte, sólo se dejan ver en indirectas hacia la ex actriz porno Brigitte Lahaie por un dicho en televisión. Es decir, no específica cuál fue su aporte en el escrito. Sólo deja entrever que no concuerda con ella.
Lo que le preocupa a Deneuve es que el feminismo “limpie” el mundo de las artes. Es decir, que dejen de consumirse las obras legendarias de ciertos artistas por sus actitudes en sus respectivas contemporaneidades, como por ejemplo Da Vinci o los libros de Sade en La Pléiade. Catherine D ve la censura en esas acciones, sin contemplar el carácter de consciencia social que conlleva la deconstrucción (que no es prohibir, sino levantar lo conocido bajo un nuevo esquema y otra estructura de aceptación social). Considerar que movimientos como el #MeToo (sin dejar de lado su peso en la cultura del arte cinematográfico) son censurantes, es otra forma de justificar los actos de acoso y abuso sexual impartidos por los emblemáticos acusados. Básicamente porque el foco no está sobre los victimarios, sino por los modos de defensa de las víctimas.
Así y todo, sus disculpas han sido bienvenidas por las feministas francesas. Deneuve reconoció su carácter de firmante del manifiesto, no de autoría. Sin embargo, su firma fue estratégicamente funcional para que el manifiesto recorriera el mundo. Tanto como el #MeToo.