Máximo Kirchner propuso una compensación para damnificados por la devaluación en operaciones inmobiliarias
El diputado nacional Máximo Kirchner presentó un proyecto en el Congreso que busca que se otorgue una compensación para damnificados por la devaluación en operaciones inmobiliaria. El proyecto pretende otorgar una compensación económica a todas aquellas personas a las que se les hubiere otorgado un crédito hipotecario efectuando entrega de seña para reservar el inmueble y que, producto de la devaluación, hayan desistido del crédito hipotecario y perdido ese dinero. Así, se busca dar una solución a muchas familias argentinas que perdieron la oportunidad de acceder a la casa propia por la busca devaluación.
El texto, que además cuenta con las firmas de Agustín Rossi, Cristina Alvarez Rodriguez y Fernando Espinoza, establece que se realice la compensación cuando se produzca una variación de tipo de cambio nominal, igual o mayor al 10 por ciento entre el momento del otorgamiento del crédito y el de la firma de la escritura.
La compensación económica será igual a la suma total en pesos correspondiente a la seña o arras entregada para reservar el inmueble por el cual se tramitó el crédito hipotecario, no pudiendo ser gravada con ningún tipo de impuesto y siendo inembargable.
El proyecto de Máximo dispone que la solicitud de la compensación económica se hará ante la ANSES, que será la autoridad de aplicación de la ley y tendrá a su cargo el pago de la compensación económica en el plazo de 30 días corridos desde el cumplimiento de los recaudos exigidos.
La norma propuesta se sustenta en la apremiante situación de muchas familias que, estando a punto de concretar el sueño de la vivienda propia, se vieron impedidas de acceder a la misma por la escalada exponencial del tipo de cambio, viéndose esto reflejado en los montos que tenían que erogar para poder efectivizar el crédito.
Producto de la brusca variación del tipo de cambio, tal como viene sucediendo en los últimos meses, los tomadores de créditos se convierten en víctimas de un doble perjuicio: la frustración de desistir del crédito hipotecario por la imposibilidad de afrontar los nuevos montos generados por la modificación del tipo de cambio, y la pérdida de la “seña” que produce un perjuicio económico adicional para las familias.