Causa Lucas Cabello: el camino hacia el juicio oral
Por Ana Laura Mársico
Es lunes por la tarde y los árboles del barrio de La Boca se ponen al tono de la primavera. Carolina Vila, madre de Lucas Cabello, y Roxana Cainzos, madre de Nehuén Rodríguez, se encuentran en la puerta del merendero inaugurado hace solo un mes y que ya recibe a 40 chicos y chicas. Con abrazos de bienvenida muestran las tortas que les regalaron por el día de la madre. Entre mates y sonrisas de lucha dan la bienvenida a toda persona que pase, sea a brindar algún tipo de ayuda o a compartir un momento en esa vereda.
“No te puedo explicar lo fuerte que fue verlo a Lucas ahí sentado frente al tribunal contestando”, reflexionó Carolina sentada al costado de la puerta de entrada al Merendero. “Yo estaba nerviosa pero después, cuando lo pude abrazar a Lucas, fue un momento muy emotivo”, agregó. Con tono de admiración Carolina expresó lo entero y calmo que vio a su hijo al contestarle al juez todas las preguntas.
El único presente por parte del acusado y que escuchó la declaración fue el abogado del policía Ricardo Ayala quien no intervino con ninguna pregunta. “Esa vez que Gendarmería hizo la pericia también se ausentó Ayala, hace siempre lo mismo”, exclamó. Serán los jueces Luis Salas, Adrián Pérez Lance y Fernando Ramírez quienes tengan la responsabilidad de repudiar mediante su función un acto de puro atropello e impunidad de parte de las fuerzas policiales. Luego de meses de esperar y con el trabajo de Gabriela Carpineti y Nahuel Berguier, como representantes legales de Cabello, se llegó a que el ex Policía Metropolitana Ricardo Ayala se deba presentar el 9 de febrero a Juicio Oral.
Desde esa tarde del 9 de noviembre de 2015 cuando Ayala disparó a quemarropa, Lucas no puede caminar. Lucas va tres veces por semana al barrio de Constitución para mejorar su motricidad. “Más allá de cuestiones económicas, el colectivo para el traslado es mucho mejor por sobre el taxi”, aseguró Vila por el uso de la practicidad con la silla. También agrega que el respeto por parte de los automovilistas se encuentra totalmente ausente respecto a la lucha diaria que tiene que dar con las personas que invaden las rampas en las equinas. “El otro día le pedí a uno que si puede ver la manera de estacionar de otra forma porque no podíamos bajar con Lucas. ¿Sabés lo que hizo? Me agredió a mí y hasta apuró a Lucas. Es impresionante el grado de violencia que maneja la gente”, comentó Carolina.
Cabe recordar que en marzo de este año, AGENCIA PACO URONDO entrevistó a Lucas, quien reflexionó sobre el aumento de la violencia policial en los ultimos años bajo la gestión macrista y sostuvo: "El hecho de que vos pongas más policía no garantiza que haya más seguridad, al contrario. Yo vivo en La Boca y conozco cada rincón del barrio y varios barrios que también son ´jodidos´, como dicen ellos. Pero poner 20 policías en una manzana no te va a asegurar que no te va a pasar nada." Además, relato sobre su lucha cotidiana y enfatizó: "día a día me levanto porque tengo una hija que me está esperando, que quiere jugar conmigo y yo no voy a estar tirado en una cama todo el día. Eso a veces te cuesta, te levantás mal, sin ganas de hacer nada, pero por otro lado tenes personas importantes que quieren verte bien y uno lo hace por ellos. Yo me aferro mucho a mi hija, porque quiero que cuando ella sea grande diga: ´Mi papá la peleó´. Quiero tratar de ser un buen padre, como todos."
Por su parte, a casi dos meses del juicio, Carolina día a día junta fuerzas junto a Lucas preparándose para esa fecha. “El otro día fuimos al Monumental a tramitar el pase para ver el partido de River Plate. No te voy a negar que el tren estaba imposible y el recorrido que tuvimos que hacer fue largo. Pero cuando llegamos y le vi la cara de felicidad, pensé en todo este tiempo de lucha”, reflexionó Carolina y agregó: “Verlo tan feliz me confirmó nuevamente que el esfuerzo lo vale todo”. En este mismo sentido, Carolina comentó a Agencia Paco Urondo que no es nada sencillo ya que a ninguna persona cercana a ella le había pasado una situación así y agrega que “pasar por mi anterior casa y ver que esa fue la última vereda que caminó mi hijo no es fácil”.
La noche del 9 de noviembre del 2015 Ayala disparó tres veces a quemarropa. Hoy Lucas y Carolina luchan contra la impunidad y esperan que el 9 de febrero del 2019 se realice un acto de justicia porque, como muchas veces Lucas expresó, él hoy es el hijo de todas esas madres que perdieron a sus hijos.