Crisis económica: la desconfianza no es Cristina, es Macri
Por Martín Massad
Quien escribe estas líneas tiende a pensar que el plan económico que orquestó el gobierno desde su inicio en diciembre de 2015 tuvo y tiene una matriz de especulación financiera. Sin embargo tomando las metáforas expuestas por Macri, en tiempos no muy lejanos podemos intuir que el fracaso de la economía, según sus dichos, tiene un tanto de ingenuidad como así también, en menor medida, de traición de clase, empresarial.
La llegada del “segundo semestre” y el crecimiento de los “brotes verdes” son dos de los claros ejemplos de la inoperancia que ha tenido el gobierno en cuanto a sus pronósticos acerca de la evolución de la economía. El problema y el incumplimiento de los deseos presidenciales se basan en que, desde el vamos, las soluciones para nuestra economía estuvieron puertas afuera de nuestro país. Macri creyó que su sola llegada al gobierno pondría a la Argentina en la mira de todos los extranjeros, deseosos por hacer pie en nuestro país. Sin embargo estos pronósticos se fueron cayendo a medida que pasaron los meses y las inversiones productivas, que son las que realmente importan, no llegaron de ningún lado del mundo.
Las únicas reservas que llegaron a nuestro país fueron los usurarios préstamos del FMI que el gobierno tomó de manera exponencial para endeudar a la argentina como nunca en su historia, y los capitales golondrina que a lo único que juegan es a la especulación financiera. Estos grandes inversores, entre los que hay allegados al mismo Macri por su condición de empresario han traicionado al presidente en más de una oportunidad llevándose sus capitales al exterior y de esa manera han provocado corridas como la de abril de 2018. En esa oportunidad la estampida de divisas se produjo entonces con la señal de largada del JP Morgan y la carrera detrás suyo de bancos y fondos de inversión extranjeros, movimiento seguido de inmediato por empresarios y ahorristas locales.
El mes pasado también hubo un movimiento similar cuando los inversores decidieron desarmar sus opciones en pesos que estaban pagando tasas siderales para irse al dólar para luego llevarlos al exterior. Así dejaron la plaza sin dólares y otra vez el central tuvo que salir a vender billetes para contener su cotización en alza.
Este círculo vicioso en el que está metida nuestra economía ha fortalecido la dependencia de nuestro país con el FMI a quién el gobierno le ha entregado el timón. Sin embargo los índices dan cada vez peor con tasas especulativas de inversión que rondan el 74% y el dólar con una contención poco creíble sin las libertades que el FMI le ha dado al gobierno.
El gobierno y sus voceros ponen a la figura de Cristina como la causante de este desastre económico. Esgrimen sus detractores que su sola mención como candidata es la que provoca el descalabro de los números de cambiemos. Pero mal que les pese, la deficitaria política económica de cambiemos viene desde mucho antes de este 2019 en el que aún no se sabe si Cristina tendrá lugar en la contienda electoral. Por eso estamos en condiciones de decir que la incapacidad, la ineptitud y los malos pronósticos han metido al gobierno en una encerrona que lo dejará al descubierto si Cristina no se presenta a las elecciones. Entonces se sabrá realmente que la desconfianza no es Cristina sino Macri.