La Secretaría de Cultura se cae a pedazos
Por Junta Interna ATE Cultura Nación
Existen graves problemas edilicios y de infraestructura en la Secretaría de Cultura de la Nación. La crisis afecta tanto a las sedes administrativas, como a los institutos y museos nacionales. Techos que se caen; paredes en mal estado; falta de sanitarios y de matafuegos e instalaciones eléctricas sobrecargadas, entre otros problemas. El patrimonio nacional, la/os trabajadora/es y el público en general está en riesgo.
La Secretaría de Cultura se cae a pedazos. Literal y metafóricamente. La Junta Interna de ATE lo viene denunciando desde hace tres años. Por un lado, alertó sobre la sistemática subejecución presupuestaria, la desfinanciación de los organismos y el vaciamiento de sus funciones. Y por otro, sobre la crisis de infraestructura y edilicia que afecta tanto a las sedes administrativas, como a los institutos y museos que están bajo la órbita de la Secretaría.
Los ejemplos del deterioro sobran. En cuanto a la infraestructura, se registran en varios edificios paredes en mal estado, salidas de emergencia mal señalizadas; falta de sanitarios, de matafuegos y de cámaras de seguridad, además de un parque tecnológico obsoleto, instalaciones eléctricas sobrecargadas, falta de calefacción y de aire acondicionado. Todo esto afecta a las colecciones exhibidas y en depósito, así como también a quienes trabajan y al público visitante que están expuestos al peligro.
A través de la Comisión de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT) -que vela por la seguridad y la salud psicofísica de sus trabajadora/es-, la Junta Interna de ATE denunció el estado alarmante de los locales, instalaciones y equipos de la Secretaría. Así, se denunció la precaria situación del subsuelo y el segundo piso del edificio de la calle México 564; en el edificio de Alsina 1169 se alertó sobre el desprendimiento de una pared y sobre el peligro de caída de los vidrios de la lucarna del hall central, ya que aparecen señales de rajadura en los mismos y la estructura metálica de los vidrios se encuentra corroída por el óxido. La respuesta de las autoridades de la Secretaría, con Pablo Avelluto a la cabeza, es prácticamente nula: realizan arreglos parciales o directamente desestiman las denuncias al no actuar en consecuencia.
El panorama con los museos nacionales también es desalentador. El Museo Nacional de Bellas Artes no está en condiciones edilicias de albergar todo su patrimonio y tiene algunas obras en espacios no acondicionados; a esto se suman problemas de infraestructura en el subsuelo del museo. Los museos del Grabado y Oriental siguen sin tener una sede y sus colecciones no dejan de ser exposiciones temporarias donde les presten el lugar. La Casa Mansilla, expropiada por el Estado para convertirla en la sede del Museo de Arte Oriental, se encuentra hoy en estado de abandono y es el hogar de decenas de gatos. El Museo Sarmiento, ubicado en CABA, debió mover sus colecciones por peligros de derrumbe y humedad en sus techos; al igual que el Museo Nacional de la Historia del Traje que desde 2016 tiene una de sus salas cerradas por peligro de desprendimiento del techo.
Muchos de los museos que la Secretaría tiene en todo el país también tienen con serios problemas edilicios. El Museo Jesuítico de Jesús María, Córdoba, sufrió el año pasado el derrumbe de unos de sus techos mientras que la Manzana de las Luces, uno de los edificios más antiguos de la ciudad de Buenos Aires, se encuentra en estado de abandono y sus túneles históricos cerrados.
Actualmente, desde la Junta Interna se están llevando adelante encuentros de formación de delegada/os CyMAT para continuar con la evaluación de peligros para la/os trabajadora/os de toda la Secretaría. El panorama, lejos de ser alentador, es cada vez más preocupante.