Performance por un nomenclador de Museos
Los trabajadores de Museos Nacionales nucleados en ATE Cultura llevaron a cabo el 8 de junio pasado, una protesta artística en reclamo por el reconocimiento de sus funciones específicas. La performance fue coordinada por un grupo de trabajadores vestidos como esculturas vivientes que recorrieron varias salas del Museo Nacional de Bellas Artes.
El recorrido se inició delante de la obra La civilización occidental y cristiana (1965) de León Ferrari, emblemática creación del artista que fue censurada durante una exposición en el Instituto Di Tella. Las esculturas vivientes se dirigieron luego a la sala Guerrico y se posaron delante de la obra Diana sorprendida (1879) de Jules Joseph Lefebvre, perteneciente a la etapa fundacional del Museo y que se aborda actualmente desde una perspectiva feminista.
Uno de los momentos clave de la performance tuvo lugar frente a la obra Sin pan y sin trabajo (1894) de Ernesto de la Cárcova, producción fundacional del realismo social que representa la crítica política y social y se va resignificando todo el tiempo en la lucha de lxs trabajadorxs por sus derechos. Al frente Reposo (1889) de Eduardo Schiaffino, y delante de esta obra Abel (1902), de Lucio Correa Morales, imitaron la pose del caído, al representar la la posición de esa escena le dieron un sentido de opresión y sometimiento de lxs trabajadorxs que no reciben el reconocimiento justo por sus tareas.
Las esculturas vivientes subieron al primer piso donde se centraron en la exposición temporaria “Papeles antiguos” curada por el investigador e historiador del arte Ángel Navarro, conocida como la colección Bayley, donde se exhiben dibujos italianos adquiridos por el primer director Eduardo Schaffino. Allí se realizó una danza performática. Prosiguieron sobre la escultura de gran formato de Leonardo Bistolfi, Las voces de la montaña (ingreso 1910), aquí expresaron lo que la obra representa con acciones similares, metáforas sobre la danza, la música, el agua y la vida; es un monumento funerario que juega con el sentido de enfocarse en la alegría de la existencia y no en el momento final.
Lxs trabajadorxs del Museo realizaron esta performance para destacar la importancia de la conservación, difusión, investigación y promoción, cuidado, protección, iluminación de obras de arte y la lucha por un reconocimiento laboral justo. Durante la actividad, se realizó una danza simbólica y se explicó el papel de cada trabajador en cada una de las tareas específicas que se realizan para proteger el patrimonio de casi 13 mil obras de arte.
También se resaltó la importancia de la Biblioteca “Raquel Edelman” del Museo, creada con el propósito de contribuir a la difusión de la cultura artística. Actualmente cuenta con casi 130 mil ejemplares específicos de Artes, haciendo hincapié en las tareas de investigación y catalogación que allí se realizan.
Fotografías de la perfomance: Julia Pirani, Gisela Witten, Cecilia Arthagnan, Germán Warszatska, Chiki Rodriguez, Carla Pino.
*Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.