Siete meses de Cifelli: la cultura retrocede
La gestión de La Libertad Avanza en la Secretaría de Cultura de la Nación es casi nula, sólo sostenida por el esfuerzo de sus trabajadores y trabajadoras.
A más de 7 meses desde su inicio, Milei-Pettovello-Cifelli sólo ejecutaron el 37,7% del presupuesto vigente, cuando hasta esa altura debería ser del 59%. El desglose es aún más preocupante. Un inciso clave como el de “fomento, promoción y apoyo a la cultura” apenas alcanzó el 1% de ejecución, según datos del propio gobierno
Despidos
El complejo panorama se agrava con los 248 trabajadorxs despedidxs en dos tandas, diciembre y marzo, que afectaron el funcionamiento de programas de alcance federal y dirigidos a poblaciones vulnerables como Latte Cultura, Puntos de Cultura, Festivales Argentinos, Juegos Culturales Evita, Orquestas Infantiles, Casa de la Cultura de Barracas, Espacio Nacional del Tango, Formar Cultura, Mercados de Industrias Culturales Argentino (MICA) o áreas que se encargan de la protección de monumentos, asistencia técnica federal, Derechos Humanos, comercialización de artesanías y a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP). La Subsecretaría de Promoción Cultural y Artística encabezó con el mayor número de despidos, afectando seriamente la capacidad de intervención del Estado en el territorio.
La falta de presupuesto más la inusitada burocracia generada por no tener administración propia, además de las constantes renuncias de funcionarios y sobre todo la falta de un organigrama definido de subsecretario para abajo, han bloqueado la gestión cultural pública. Lisa y llanamente, hasta antes de las vacaciones de invierno, no hubo gestión en la Secretaría con la excepción de la apertura de los Museos y la exhibición de su propio patrimonio.
El Instituto del Cine (INCAA) debe ser tomado como un caso testigo del propósito de esta nefasta gestión: su desguace responde a una política integral de destrucción del fomento de una industria como la cinematográfica, reconocida mundialmente y que generaba miles de puestos de trabajo. Con la desregulación total promovida por Federico Sturzenegger, incluso se ha derogado la cuota de pantalla nacional, dando un golpe de gracia a nuestro cine en favor de las producciones extranjeras.
Cultura para pocos
Algunos de los programas cerrados (Latte, apoyos federales y Festivales Argentinos) pertenecían a la ex Dirección de Acción Federal. Sólo esos tres programas realizaron en 2023 más de 300 actividades en las provincias que disfrutaron alrededor de 7 millones de personas, para dar un ejemplo de las acciones federales que se dejaron de realizar.
La decisión de gestionar cultura solo para la ciudad de Buenos Aires (CABA), el distrito más rico del país, quedó también en evidencia al echar o trasladar a la mitad de las y los trabajadores del área de pasajes de la ahora Secretaría, argumentando que no habría gestión en el resto de los distritos federales. En lo que va del año, solo uno de los Elencos Estables (Orquestas, Coros, Ballets) tiene programada una gira al interior del país y esa actividad es sostenida con presupuesto de la provincia que invita. Cultura para pocos, muy pocos.
Siguiendo con los elencos, tampoco se pudo contratar a artistas invitados y desde hace más dos meses se le debe el salario a 40 trabajadores/as precarizados del área, entre los que se encuentran algunos de los directores de esos elencos.
En cuanto a la protección de monumentos y bienes históricos, la Comisión de Monumentos debería atender a la totalidad del país y hoy no puede visitar siquiera los que se encuentran en el AMBA por la falta de viáticos para sus técnicos. A lo que se suma la suspensión de obras públicas para evitar que se derrumben edificios históricos. Al haberse cedido la sede histórica del organismo en el anterior gobierno, también está en riesgo su patrimonio bibliográfico y documental.
Párrafo aparte es la falta de caja chica en toda la Secretaría, que afecta fuertemente a los 25 museos nacionales. Con ese dinero se cubrían infinidad de gastos habituales para proteger el patrimonio. Cuestiones que van desde papel higiénico para el público y el personal, tornillos y clavos para mantenimiento, tinta para imprimir y papelería en general, agua en los dispenser o, incluso, el servicio de internet.
La falta de interés en promover la Cultura se refleja también en que se cuentan con una mano las inauguraciones de muestras temporales. Un ejemplo es el del Museo Nacional de Bellas Artes, el museo de arte más importante del país, que sólo inauguró dos muestras temporarias en lo que va del año. También se suspendieron actividades de vanguardia artística en distintos museos como el Centro de Arte Sonoro, las JAM y los ciclos de cine en colaboración con el INCAA.
La situación de Tecnópolis es preocupante de por sí. Aunque no tuvo despidos, la decisión repentina de la Secretaría de Cultura de suspender la programación de vacaciones de invierno por primera vez desde que se creó, encendió una alerta. En su lugar, solo se puede acceder a actividades organizadas por empresas privadas que además son excesivamente costosas para el bolsillo del público habitual de este querido parque. Luego de varias renuncias, Tecnópolis sigue hasta hoy sin autoridades designadas, cuidado sólo por sus trabajadores/as.
El Instituto Nacional Juan Domingo Perón también merece un punto aparte. El organismo es el único de los 12 institutos que pasó a depender directamente de la ministra Pettovello. Como consecuencia de esto, no se les paga desde enero a los compañeros monotributistas y se les niega las horas extras al resto del personal, lo que redunda en recorte de funciones y tareas que habitualmente se realizaban como servicios extraordinarios.
La CONABIP fue otra de las instituciones afectadas con despidos en áreas fundamentales como bibliotecología, unidad técnica, administrativa y comunicación. Los pocos programas que siguen vigentes se vieron recortados. El programa Libro% redujo considerablemente la cantidad de bibliotecas populares beneficiarias. Además se achicó el subsidio que se le da a cada una, lo que deriva en menos libros para sus comunidades.
El subsidio para gastos corrientes, que ayuda a las 1500 bibliotecas a afrontar sus gastos de funcionamiento como el pago de servicios al mes de julio aún no se pagó. Además, se incorporaron más requisitos provocando que menos bibliotecas puedan acceder al beneficio.
Ni nacional ni internacional
En términos de cooperación, la gestión también fue nula: se suspendieron acuerdos con las provincias, y también otros con instituciones públicas para espacios dentro de Tecnópolis. Se cerró el programa Becar Cultura que promovía la formación de artistas y profesionales en el exterior, además de convenios de colaboración mutua con otros países. No hay plata para los artistas, pero sí para los viajes privados del presidente.
La verdadera concepción que el Gobierno de Milei tiene sobre la cultura se pudo ver en el proyecto de la Ley de Bases que directamente proponía clausurar el INCAA, el Instituto del Teatro (INT), el Fondo Nacional de las Artes (FNA) y desfinanciar la CONABIP. Todos estos espacios, importantísimos para garantizar el desarrollo cultural, vuelven a estar en la mira del gobierno, ya que el nuevo Ministerio de Desregulación encabezado por Sturzenegger, viene trabajando en un decreto para desguazarlos.
Recién hace unas semanas se pudo conformar el Consejo Directivo del INT y todavía falta la designación formal del directorio del FNA, con la correspondiente demora en la apertura de convocatorias que son fundamentales para la promoción cultural. En el caso del FNA, recién a fin de año se prevé actividad en líneas de acción, como los préstamos, que históricamente arrancaban en marzo. Todo este cuadro, junto con paritarias a la baja, el recorte de horas extras y el estancamiento de la carrera, hacen que renuncien decenas de trabajadoras/es calificados por mes en la Secretaría de Cultura.
En definitiva, la cultura ha dado varios pasos atrás con esta gestión, empezando por supuesto con la degradación de Ministerio a Secretaría. Se ha producido una parálisis casi absoluta en las tareas cotidianas, poniendo en serio riesgo el trabajo de preservación patrimonial, destruyendo áreas enteras de fomento industrial y deshabilitando la intervención de los programas territoriales que garantizaban la inclusión cultural de la población.
Los daños a nuestro patrimonio cultural serán vistos a largo plazo y acompañarán la lamentable regresión en materia distributiva que ha encarado este gobierno, cuyo único fin es poner de rodillas a nuestra nación, empobrecer a la población y garantizar la extracción de nuestros recursos naturales. Y todo esto, en nombre de una libertad que paradójicamente nos empuja a un sometimiento inusitado, intentando regresar un siglo de adquisición y avances de derechos laborales, sociales y culturales.
Nos enfrentamos a una tarea titánica: revertir este estado de cosas. Pero estamos dispuestos a darla en conjunto con los trabajadores y el pueblo. Confluimos con las y los trabajadores de la cultura en las movilizaciones contra el Decretazo, la Ley Ómnibus, la Ley Bases y la defensa de la Universidad Pública. Salimos juntos a las calles por el INCAA, el FNA y el INT, a pesar del protocolo de Bullrich. Sabemos desde hace ya muchos años, que la única lucha que se pierde es la que se abandona.
*Este artículo contiene lenguaje inclusivo por decisión de su autor.