La crisis de Olimpo y la desidia del intendente Héctor Gay
Por José Cornejo*. Foto: entrada del Club Villa Mitre.
Olimpo es por definición el club futbolístico de Bahía Blanca. Fue quien más veces ganó la liga local (Liga del Sur), 28 veces. Esa primacía local no es discutida por su principal rival, Villa Mitre. Los “villeros” se reivindican como una ciudad aparte y le ceden amablemente este mérito a su rival. Del otro lado de la vía, la hinchada villera pinta consignas tales como “cuando venga a Villa Mitre, visite también Bahía Blanca”.
El 27 de diciembre de 2001, con el país incendiado, Olimpo vivió su hora más gloriosa. Ascendió por primera vez a Primera División de forma directa. Con altibajos (cuatro ascensos y descensos en total), Olimpo supo mantener la categoría hasta 2018.Ese año llegaría la contracara de aquella jornada perfecta de diciembre de 2001. El 14 de abril de 2018, Olimpo perdió 2-0 contra San Martín de San Juan y descendió a la segunda categoría. Llovido sobre mojado, el 14 de abril de 2019 (sí, un año exacto después) vuelve a descender tras el empate 3-3 entre Gimnasia de Mendoza y Santamarina de Tandil.
El regreso de Olimpo al Torneo Federal A, luego de 18 años, tenía un condimento adicional. El picante reencuentro con su adversario histórico, la “Villa” (y no “Mitre”, como lo apocopan los medios porteños). El domingo 15 de septiembre de 2019 se enfrentaron por primera vez en el Estadio “Roberto Carminatti”, luego de casi dos décadas. El partido terminó sin goles. La revancha iba a tocar del otro lado de la vía e iba a ser intensa.
Otros antecedentes se darían. El 1 de julio de 2019 renunció el presidente del club, Mauro Altieri y toda la Comisión Directiva. Altieri y su comisión habían desplazado a los herederos del histórico presidente aurinegro Jorge Ledo. Algunas fuentes mencionaron una suerte de golpe institucional. Cuatro días antes del importantísimo clásico, Pedro Dechat dejó de ser el entrenador de Olimpo. Dos días antes, Villa Mitre realizó un banderazo en apoyo, que Olimpo respondió con otro banderazo el mismo día del partido. Prudentes, las autoridades inhabilitaron que la hinchada visitante asista al match.
Sobre lo que el intendente Héctor Gay y la policía no tomaron la nota es que la gente de Olimpo llamó a movilizar a la sede del Club Villa Mitre. Tampoco hicieron nada por detener esto las referencias del club, si es que conservan algo de legitimidad. Algo que no podía terminar bien de ninguna manera. El 6 de febrero, dos días antes de los sucesos, en el programa televisivo local Pelota Parada un periodista que advertía que podía haber problemas porque se estaba promoviendo en redes sociales (ver minuto 12).
Así las cosas, a una hora del comienzo del recalentado clásico, parte de la barra de Olimpo se dirigió no a la cancha sino al Club, a unas 15 cuadras de distancia. Fue un episodio muy confuso. No queda claro si los “aurinegros” quisieron tomar o no la sede “tricolor”, pero de igual modo la manifestación fue vivida como una provocación. Los afiliados de Villa Mitre defendieron la institución. Los aurinegros presentes además atacaron comercios aledaños de lo que se conoce localmente como “las 5 esquinas”. Finalmente fueron repelidos en una gresca en la que al final se usaron armas de fuego y donde fue asesinado Sergio Castillo. Todo a una cuadra de una de las principales comisarías del sur bonaerense.
Por supuesto el intendente Gay hizo su gracia desapareciendo de los medios y en su lugar se expresó el secretario de Gobierno municipal, Andrés Jouglard. “No fue inteligente al menospreciar el hecho de que pudieran ir hacia el barrio”, subrayó como única ¿autocrítica?.
La inacción municipal y policial vistieron de luto una rivalidad que enriqueció la cultura deportiva local.
* Director Agencia Paco Urondo