¿Rodríguez Larreta compró armas antidisturbio para sostener la cuarentena?
Por Leonardo Farias*, publicada en CEDET.
La derecha argentina en todas sus expresiones –sea moderada o de mano dura- no deja de aplicar nunca políticas antipopulares. El Ejecutivo porteño no es la excepción. Es una cuestión de sentido común conservador; Es el razonamiento de un sector social (minoritario pero poderoso) que siempre encontrará en la represión la mejor manera de mantener el orden.
La compra costó 52 millones de pesos. Fabricaciones Militares proveyó al gobierno 150 mil cartuchos antidisturbio, mil cartuchos de gas lacrimógeno, 2000 granadas de mano con gas lacrimógeno y 2915 granadas de humo. “Atento a la situación socioeconómica que está atravesando el mundo, por causa de la propagación pandémica del Convid-19 y teniendo en cuenta el stock de material antidisturbio disponible (…) se solicita la urgente adquisición del material”, indicaba la solicitud de la División de Armamento, Munición y Explosivos de la Policía de la Ciudad.
La foto de Larreta con el presidente Alberto Fernández y el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kiciloff, al inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, fue sin dudas un gran mensaje a la sociedad de la importancia de atender con mayúsculas la pandemia pero lejos está, de realizar un abordaje como el que lleva adelante el Estado Nacional. No al menos desde los cerebros que hoy piensan las políticas públicas en distrito porteño.
A pesar del blindaje mediático, voces disidentes
A pesar del blindaje mediático Organismos de Derechos Humanos, gremios y actores políticos alzan su voz contra la política represiva. Desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires (APDH-CABA) dicen “repudiamos esta clase de actos de gobierno que priorizan la compra de equipamientos para reprimir al pueblo, en vez de adquirir insumos para cuidar, sanar y salvar la vida de los y las ciudadanas”. Por su parte Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora y Familiares emitieron un comunicado el que expresan: “Es absolutamente incomprensible que, en épocas de cuarentena, de crisis sanitaria, social y económica, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires destine recursos de la administración local para la adquisición de elementos antidisturbios, como si el recurso represivo fuera una opción para resolver los conflictos sociales que pudieran presentarse en esta crítica situación”.
Por su parte desde ATE Capital enviaron notas formales a los distintos estamentos del Gobierno de la Ciudad exigiendo explicaciones, informes y que se habilitara un canal de diálogo, pero hasta ahora no obtuvieron ninguna respuesta. A las críticas se sumó el senador del Frente de Todos, Mariano Recalde: “Lamento que el Gobierno porteño destine tanto presupuesto a la compra de cartuchos de balas y de gas lacrimógeno para reprimir, en lugar de fortalecer la salud y el bolsillo de los que tanto necesitan. Sorprende que piensen en represión cuando la sociedad está haciendo un enorme esfuerzo por permanecer en sus hogares pese a los costos económicos que esto implica. El descontento social se enfrenta con políticas públicas, no con balas, no con gases”, advirtió. La compra en medio de la pandemia fue cuestionada por el Observatorio de Derecho a la Ciudad, también se expresa: “El Gobierno de la Ciudad se prepara para reprimir a la ciudadanía anticipando una crisis social mientras no toma medidas en el presente para prevenirla”.
Las voces disidentes son muchas en la Ciudad pero muchas más serían si el blindaje que los medios de comunicación nacionales le proporcionan a Larreta tendría margen para difundir algunos bochornos como este. La Represión, al menos en los términos de la psicología, enferma al cuerpo humano. Y el cuerpo social en época de pandemia de coronavirus no necesita gases lacrimógenos y balas de goma para mantenerse saludable. Habrá que seguir alzando la voz para hacérselo entender al gobierno de Larreta.
* Titular del CEDET, ex comunero.