Marsha P. Johnson: la sospechosa muerte de la madre de la revolución LGBTIQ+

  • Imagen

Marsha P. Johnson: la sospechosa muerte de la madre de la revolución LGBTIQ+

27 Junio 2020

Por Jazmín Manuel

La noche del 28 de junio de 1969 la policía entró de forma violenta al bar neoyorquino Stonewall Inn, en el barrio de Greenwich Village; un pub muy concurrido por la comunidad gay en aquella época. Esa noche es recordada como el comienzo de la lucha de la comunidad LGBTIQ+ contra un sistema discriminatorio que se dedica a perseguir y violentar a las personas que salen de la heteronorma. Es por eso que, en la actualidad, conocemos el 28 de junio como el Día Internacional del Orgullo.

Marsha P. Jhonson, conocida como la madre del movimiento LGBTIQ+ y eterna defensora de las minorías, estuvo presente aquella noche. También estuvo presente al día siguiente, cuando el movimiento comenzó. Dedicó su vida a conformar STAR ( Revolucionarias Activistas Travestidas Callejeras, en español), junto con su amiga  — también una importante activista —  Sylvia Rivera, y a defender los derechos de las mujeres trans, drags y jóvenes que se encontraban en situación de calle.

En la mañana del 6 de Julio de 1992, el cuerpo de Marsha fue hallado sin vida, flotando en el río Hudson. La policía, sin llevar a cabo una investigación seria, archivó el caso catalogándolo como un suicidio. En los días siguientes comenzaron las movilizaciones exigiendo justicia: tanto por Marsha, como por todas las mujeres trans cuyas vidas han sido despreciadas por la policía y el sistema judicial.

Marsha y Sylvia, a la izquierda 

Marsha y Sylvia, a la izquierda

El documental de Netflix La muerte y la vida de Marsha P. Johnson, no sólo es una biografía de la reconocida activista, sino que, también, es el registro de la pelea que tiene que dar Victoria Cruz, defensora de víctimas y parte de Anti-violence Project LGBTQ, en su búsqueda de la verdad con respecto a su muerte. A lo largo del film, vemos a Victoria intentando entrelazar las piezas del caso reabierto de Marsha, buscando averiguar qué ocurrió realmente con ella. A su vez, también la vemos trabajando en otros casos, en los que  — una y otra vez —  somos testigos de cómo la justicia abandona a las mujeres trans, ignorándolas, re-victimizándolas y excluyéndolas. Vemos, una y otra vez, cómo las condenas para delitos referidos a violencia y discriminación contra mujeres trans son mucho menores de lo que la ley establece.

El documental—que recopila distintos testimonios de Sylvia Rivera, activista trans— también abre un debate que aún en la actualidad genera conflicto: la discriminación a las personas trans y no binarias dentro del propio colectivo LGBTIQ+. Sylvia menciona, en más de una ocasión, que sintió que el movimiento las abandonó y que la propia comunidad les dio la espalda. Se menciona el icónico discurso que dio en la marcha del orgullo de 1973, en el cual fue abucheada por algunos manifestantes cuando mencionó que ella no pertenece  —ni quiere pertenecer —  al “club de blancos de clase alta”. Sus palabras de aquel día siguen teniendo fuerza, incluso 46 años más tarde. Nos recuerda que el movimiento, desde su comienzo, estuvo — y tiene que estar — destinado a proteger a las minorías menos privilegiadas, y que una militancia penetrada por una visión clasista, racista y excluyente no sirve de nada, ni beneficia al movimiento. Por el contrario, sigue dándole entidad a un cis-tema blanco y discriminatorio.

Es imposible hablar de Stonewall y del movimiento por los derechos LGBTIQ+ sin mencionar que sus pioneras fueron mujeres trans, drags y de color. Debemos tener en cuenta, al momento de ver el documental, que en la actualidad las mujeres trans siguen siendo un colectivo sumamente excluido y discriminado, incluso por ciertos sectores conservadores del feminismo. A pesar de que como sociedad hemos recorrido un largo camino hasta el día de hoy, aún queda mucho más por recorrer; y ese camino es  — como tiene que ser —  guiado y liderado por la comunidad trans.

La muerte y la vida de Marsha P. Johnson es un documental que nos lleva al comienzo del movimiento a través de las memorias de las protagonistas. Es un film emotivo, crudo y conmovedor. Una producción destinada a homenajear la memoria de una activista que lo cambió todo, y que dedicó toda su vida a la causa de la liberación LGBTIQ+. También es un film en honor a su legado y a todo lo que creó en vida; que no murió con ella, sino que siguió presente en cada marcha, y en el ADN de un movimiento que sigue cada vez más fuerte.

 

URL de Video remoto