Maldita: magia, política y religión en la precuela del Rey Arturo
Por Agustín Mina
El género fantástico siempre ha tenido grandes exponentes en todos los medios, desde Game of Thrones —que supo romper todos los récords— hasta, más recientemente, la serie The Witcher. En cuanto a la literatura, la leyenda del Rey Arturo es una historia tan antigua como exitosa. El reino de Camelot, los caballeros de la mesa redonda, el mago Merlín y la espada en la piedra, son todos elementos sobre los que seguramente hemos escuchado hablar, leído en alguna novela o visto en una serie o película.
En 2019, Frank Miller y Tom Wheeler —dos fans confesos de la literatura artúrica desde su infancia— decidieron trabajar juntos en la historia de Nimue, sin tener muy en claro, en ese momento, en qué formato la contarían. Para cuando decidieron que querían escribir una novela, ya habían sido contactados por Netflix para realizar la serie, por lo que el libro y la serie se desarrollaron en simultáneo. De esta manera, las dos producciones se retroalimentaron. Wheeler cuenta en una entrevista que muchas veces le gustaba cómo hacia algo el director de la serie, Zetna Fuentes, por lo que terminaba agregándolo a la novela.
La serie funciona como una precuela de la historia del Rey Arturo, en la que aparecen muchos de los personajes originales de la leyenda —como el mago Merlín, interpretado por el brillante Gustaf Skarsgård (Floki en Vikings)—, pero mucho antes de convertirse en los personajes míticos que estaban destinados a ser. La protagonista de esta historia es Nimue (Katherine Langford, 13 reasons why), una joven inefable —seres no humanos, aunque en ocasiones lo aparentan, que pueden tener o no poderes o habilidades— con un don misterioso, marcada por magia negra desde su infancia, a la que se le encarga llevar la espada de los primeros reyes al mago Merlín.
La historia de Maldita se sitúa en un mundo totalmente convulsionado. La iglesia, con la tolerancia que la caracteriza, arrasa con el pueblo inefable, quemando sus aldeas y matando a todos a su paso, a través del ejército de los paladines rojos; un grupo de fanáticos religiosos que creen que los inefables son seres malignos que deben ser erradicados por la gracia del señor. Mientras tanto, el poder político, representado por el Rey Uther Pendragon, los deja actuar libremente. La corona se encuentra ocupada con la noticia de la aparición de la espada de los primeros reyes: la famosa Excalibur, que además de su gran poder mágico le otorga, a quien la empuñe, una gran legitimidad para reclamar el trono.
Con el correr de los capítulos, la joven inexperta que salió de una pequeña aldea se va convirtiendo en la líder y defensora de un pueblo perseguido, respetada por sus pares y temida por sus enemigos como "la bruja sangre de lobo". La serie destaca al tratar temas de actualidad con un velo de fantasía. La destrucción del medio ambiente, el genocidio de pueblos enteros, la desaparición de culturas y saberes milenarios, la relación peligrosa entre el fanatismo, la ignorancia y la intolerancia y las guerras sin sentido, entre otros.
A su vez, Maldita hace una representación excelente de la cuestión política, la búsqueda del poder y las dificultades del liderazgo. Nimue se ve obligada a ser la líder y salvadora de un pueblo perseguido por todos los frentes, mientras que Uther tiene que contener a la iglesia y a los inefables en paralelo a su búsqueda para hacerse con la espada y así afianzar su reinado. Alianzas, contradicciones, traiciones y correlación de fuerzas en una historia con potencial de franquicia que lo tiene todo.
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