Poema que vuelve: José Pedroni
Por Norman Petrich | Ilustración: Brenda Greco
José Pedroni nació en la ciudad de Gálvez, Santa Fe, en Argentina. Sin embargo, su lugar de residencia durante la mayor parte de su vida fue en la ciudad de Esperanza, en la misma provincia, su ciudad adoptiva y en la cual escribe la mayor parte de su obra poética. Sus primeros poemas los publica en 1920 y entre su fecunda obra se destacan La gota de agua (1923), Gracia plena (1925), Poemas y palabras (1935), Diez Mujeres (1937), El pan nuestro (1941), Nueve cantos (1944), Monsieur Jaquín (1956), Cantos del hombre y Canto a Cuba (1960), La hoja voladora (1961) y El nivel y su lágrima (1963).
“El canto resulta de una necesidad, como el llanto. No se llora pensando sino sufriendo; y sólo es cuestión de simpatía que se llore en un pañuelo de color y se cante en un hexámetro. Yo acostumbro a cantar con el primer verso que se me aproxima y que me certifica con su diligencia servidora la instantánea adecuación de la forma al tema”, dice Pedroni en una entrevista, dejándonos alguna pista por dónde pasa su poesía. “El hombre se sostiene con el canto puro y simple, es decir, el que se hace con las palabras de todos los días, vivientes, soleadas, claras”.
Algo de eso tiene la historia que rodea al "Poema que vuelve" de hoy. Nos cuenta Jorge Isaías, escritor que ha estudiado mucho la obra de su coterráneo: “En 1984 fui a un encuentro de poesía en Buenos Aires. Allí me encontré con el poeta Nicandro Pereyra, integrante del grupo La Carpa junto a Castilla, Galán y otros. Él iba por Santiago del Estero, Elda Massoni y yo por Santa Fe. Apenas averiguó mi procedencia me preguntó si lo había conocido a Pedroni, le dije que no, pero que era muy lector de sus versos. Entonces me refirió la siguiente anécdota: en 1963 Pedroni viaja a Buenos Aires y se encuentra con Nicandro en la casa del pintor Carlos Castagnino, quien le iba a mostrar la ilustración de "El nivel y su lágrima", para el que terminaría siendo el último libro del santafesino. Entonces José Pedroni, que tenía el don de la improvisación, le escribió este poema y se lo regaló. Pereyra le envió una copia y yo lo envié al diario El Litoral, de Santa Fe, donde salió con una nota mía”.
Esta décima no figura en las Obras Completas, sólo fue recogido por José María Pedroni, hijo del poeta, en su libro José Pedroni. Poesías escogidas, editado por Botella al mar, en 2009.
Así que lo dejamos, sin más preámbulos, con otro excelente poema que vuelve.
DÉCIMA PARA NICANDRO PEREYRA
Este Nicandro Pereyra
flauta del cañaveral
que al río tiró el puñal
para no ser un Moreira,
también perderá el Pereyra,
cuando venga el viento y barra:
apellidos, leyes, penas.
Se llamará Juan apenas
y viajará con guitarra.