Paula Penacca: "El debate por la legalización del aborto está en el Congreso, pero también en las calles"
Por Martin Massad y Melany Grunewald
AGENCIA PACO URONDO: De acuerdo a lo previsto el 10 de diciembre, se comenzará a debatir el proyecto de ley que envió el Poder Ejecutivo al Senado sobre la interrupción voluntaria del embarazo. ¿Cómo es el estado actual del debate?
Paula Penacca: Venimos con mucho debate en una Cámara de Diputados que funcionó todo el año a pesar de la pandemia, y que ahora extiende su funcionamiento por el pedido de extraordinarias y prórroga de ordinarias que hizo el Poder Ejecutivo. Hemos recibido como una muy buena noticia esta iniciativa que había sido un compromiso asumido en la campaña de nuestro presidente Alberto Fernández, y cumpliendo con esa convicción, llevamos adelante el debate que debe llevarse a cabo en un ámbito de representación popular como es el Congreso Nacional. Para esto, el Presidente envió el Proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, permitiéndonos formar parte de un debate muy amplio y democrático. Tuvimos la oportunidad de escuchar gran cantidad de expositores con posturas diferentes que, a mi entender, tuvieron un nivel de maduración mayor respecto al 2018. Todo esto, en una jornada que transcurrió con mucho respeto en su mayor parte, salvo algunas excepciones que no vale la pena mencionar. Toda esta discusión se vino acumulando en nuestra sociedad porque, como decimos siempre, la legalización del aborto está en el Congreso, pero también en las calles. El día miércoles 10 de diciembre, entonces, estaremos en condiciones de firmar dictamen en la Comisión y debatir en el recinto el día jueves 11 de diciembre.
APU: Se estima que la votación va a estar muy reñida en la Cámara de Diputados, ¿cuál es su visión al respecto?
P. P.: Sin dudas es un tema complejo porque hay posiciones firmes de un lado y del otro. Considero que el Gobierno entiende que hay una demanda de la sociedad de acompañar a las mujeres que tienen cualquiera de las dos posiciones, mujeres y cuerpos gestantes, que deciden maternar, que deciden tener hijes y les que no. Justamente por esto, el proyecto vino acompañado del Proyecto de los 2000 días que, sin dudas, atiende a la posición de aquellos y aquellas que plantean que es necesario que el Estado esté presente y acompañe también el proceso de gestación de las mujeres. Ambos proyectos son muy importantes e indudablemente van a generar un debate profundo.
Me parece que hay que confiar en nuestro sistema democrático, que se construye a partir de la discusión y el intercambio, pero luego a partir de las mayorías y las minorías que se puedan construir en torno a cada tema, así que espero que ese siga siendo el espíritu del Congreso. Tenemos que instar a la sociedad para que entienda que esto se trata de otorgarle más derechos a las mujeres, que nuestro proyecto político, que fue el que ganó las elecciones, tiene una impronta fuerte en relación a conquistar nuevos derechos. Además, hay que entender que esto tiene que ver con una cuestión de salud pública, que aquí no se está discutiendo si los abortos van a suceder o no en la Argentina, porque efectivamente suceden en nuestro país, pero lo hacen de manera clandestina y esto lleva a la muerte a muchísimas mujeres que, además, son de sectores pobres que no tienen la posibilidad de pagar en el sistema clandestino para poder tener un aborto en cuestiones sanitarias. Creo que este es el debate central y en torno a esto el Gobierno toma la decisión de incorporar esto como responsabilidad del Estado.
APU: Uno de los temas más controversiales tiene que ver con el tema de la objeción de conciencia del o de la profesional que interviene o no en un aborto, como así también por parte de las instituciones hospitalarias que también pueden alegarla, ¿cuál es su opinión al respecto?
P. P.: Coincido con la mirada del Poder Ejecutivo, aunque sé que es un tema controversial. Si bien tengo un respeto infinito por el proyecto de las compañeras de la Campaña Nacional por el Aborto, porque gracias a su lucha pusieron este tema en la agenda, acompañadas de diferentes sectores y por las nuevas generaciones que han salido a sostener esta reivindicación, creo que es correcta la decisión del Poder Ejecutivo de respetar la objeción de conciencia. También creo que hay que revisar que la ley deje planteada una alternativa para las mujeres porque la interrupción voluntaria del embarazo tiene que estar garantizada, no podría suceder que todos los profesionales de una institución sean objetores y entonces el aborto no se pueda llevar adelante. La ley plantea algunas cuestiones que se están revisando, como las que están vinculadas con quien sea objetor tiene que garantizar que un profesional revise la praxis, y ver cómo a esto se le da una vuelta, porque me parece que los dos derechos pueden estar garantizados: el de quien quiera objetar y el de la mujer que tome la decisión de llevar adelante la interrupción voluntaria del embarazo. Es decir, hay que ver cómo esto entra en equilibrio y de esa manera las dos cosas puedan estar garantizadas.
Respecto al tema de las instituciones, es como dije antes respecto a que hay que tratar de acomodar de la mejor manera posible ese articulado para que la objeción de conciencia siga siendo garantizada como derecho de las personas. Las instituciones no tienen conciencia, entonces no debería suceder y acá hay que ver la vuelta que se le da a ese artículo para que esté garantizado, pero no debería pasar que una institución objete conciencia porque no la tiene, es un derecho de las personas. Por eso, si nosotros involucramos la discusión y logramos incorporar en ese articulado que siempre haya una garantía de que alguien no sea objetor, me parece que quedaría saldado el debate.
APU: Otro tema controversial es el tema de los plazos, es decir, hasta qué semana puede una persona gestante acceder a la interrupción de su embarazo, que en este caso es hasta la semana 14 inclusive. ¿Cuál es tu posición en relación a este punto?
P. P.: Este es uno de los debates en los que es difícil entrar porque hay diferentes regulaciones en el mundo que tienen ese periodo como tope o, incluso, más avanzado. Creo que ahí hay evidencia científica de que no es un riesgo para la salud de las mujeres hasta ese momento del embarazo. Creo que acá estamos hablando de eso, de la posibilidad de que la práctica se lleve adelante sin riesgos de vida, que es lo que queremos cuidar, la vida de las mujeres que toman esta decisión.