Apache: los primeros años del "jugador del pueblo”
Por Diego Moneta
Durante el verano, Telefe parece haberse decidido a apostar por las producciones sobre ídolos populares para cautivar a la audiencia. Una vez que finalice la ficción que relata la vida de Carlos Monzón, llegará a su pantalla Apache: La vida de Carlos Tevez, de ocho episodios de duración y estrenada en agosto del año pasado a través de Netflix.
Las biopics, o producciones que retoman las biografías de personalidades para llevarlas a la ficción, son un género muy de moda a nivel mundial. El ejemplo más notorio del último tiempo es, sin dudas, Bohemian Rhapsody y la vida de Freddie Mercury. Más allá de la verosimilitud de la narración, acá vale cuán fiel se es a la historia que la audiencia puede o no conocer. La primera entrega de Apache abarca desde el nacimiento de Carlos Tevez, y su recordada quemadura en el cuello, hasta su debut en la categoría mayor de Boca Juniors.
“Carlitos” nació un 5 de febrero, fecha que coincide con otros jugadores de renombre como Cristiano Ronaldo, Rodrigo Palacio o Neymar Jr. En el caso de Tevez, fue en 1984, en el barrio Ejército de Los Andes, también conocido como Fuerte Apache, en Ciudadela. Si bien sus padres biológicos son Juan Alberto Cabral y Fabiana “Trina” Martínez, fue criado por sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tevez.
La tira fue producida por Torneos y dirigida por Adrián Caetano, quien 20 años atrás fue uno de los impulsores de lo que se denominó "nuevo cine argentino", con estandartes como Pizza, birra, faso y Okupas. El propio Tevez participó y fue testigo de las grabaciones, además de la supervisión del guión. El futbolista cuenta, al inicio de cada episodio, alguna experiencia sobre sus vivencias en el barrio durante su infancia. La filmación es enteramente en exteriores, sobre todo en el barrio que lo vio crecer. Se alquilaron casas y se relocalizó a familias durante días. Se utilizaron camisetas de época, realizadas especialmente para la serie, así como autos y colectivos de aquel entonces.
Balthazar Murillo es quien da vida a “Carlitos”. Contó con el acompañamiento de Tevez, y de otros especialistas, para que sus expresiones, formas de hablar y actitudes llevaran a una interpretación lo más verosímil posible. Fabiana es interpretada por Sofía Gala Castiglione, mientras que a su hermana Adriana le da vida en la ficción Vanesa Gonzalez, y a su esposo Segundo lo interpreta Alberto Ajaka. Gonzalez y Ajaka también pudieron encontrarse con las personas que les toca llevar a la pantalla y se nota en la actuación alcanzada por ambos.
Además de la historia del futbolista consagrado, Apache también le dedica buena parte de su narración a otros personajes para robustecerse: Danilo Sánchez (Matias Recalt), el amigo inseparable; la pelota, aunque no sea el centro de la trama; y, finalmente, el territorio. El propio barrio, parte de su identidad, favorece a Carlos y por momentos también funciona como antagonista en su camino al triunfo. Es casi un personaje protagónico omnipresente. El objetivo del director es representar el lugar a través de su figura más célebre.
Otra de las aristas claves es Danilo, “el uruguayo”. En la amistad, en la pasión y en el recorrido de ambos jóvenes reside parte del encanto de la serie. La asimetría es muy clara en lo que respecta a sus finales. Son historias contrapuestas: el ascenso de uno, la caída del otro. Su personaje hace referencia a Darío Coronel, conocido como "el guacho Cabañas", debido a la falta de sus padres, su nacionalidad y estilo de juego compartido con el paraguayo Roberto Cabañas. Luego de un paso futbolístico fugaz, la muerte de Danilo es violenta pero no es autoinfligida, como sucedió en la realidad.
Uno de los objetivos buscados por Caetano, que por momentos parece jugarle en contra, es la recreación del contexto de crudeza del barrio. La falta de oxígeno del relato, en algunas instancias, le resta credibilidad a las actuaciones. La atmósfera constante de estrés narrativo se convierte en asfixiante para el elenco y la audiencia. Por otro lado, más allá de algunas disidencias esperables, como la muerte del padre de Tevez, uno de los principales errores se encuentra en el transcurso del tiempo. El paso de la adolescencia parece nunca terminar de notarse y los jóvenes lucen prácticamente igual a lo largo de toda la serie.
Otros artistas que participan de la tira son: Diego Pérez, en el papel de Ramón Maddoni, el reconocido captador de talentos infantiles que genera el pase de All Boys a Boca; Patricio Contreras y Osqui Gumáz, como el abuelo y el tío del futbolista respectivamente; y Boy Olmi, como José Pekerman, con un parecido notable y una caracterización mejor aún.
“Carlitos” jugó, durante su paso por las infantiles de All Boys, como Martínez, el apellido de Fabiana. En Boca, tras incovenientes con su documentación original, pasó a ser Tevez. Sin embargo, en su debut repentino en primera, durante el día de la madre, en el cual se colocaron nombres en medio de la franja amarilla de la camiseta, en la de Carlos estaba inscripto el de su madre biológica.
Distanciado del pueblo
Una segunda temporada de Apache podría estar en los planes, si consideramos la amplia trayectoria del jugador. Las escenas del final dejaron abierta la posibilidad de avanzar en el inicio de su relación con Vanessa Mansilla y, a su vez, con el futuro secuestro de uno de sus familiares. Del mismo modo, podría seguirse la línea de su carrera deportiva, para la cual la distancia respecto al astro del fútbol sería de gran importancia.
Su transferencia al Corinthians en 2004 por una cifra ocultada por Boca Juniors, en ese momento a cargo de Mauricio Macri; su llegada a Europa, junto a Javier Mascherano, al West Ham de Inglaterra; el paso por ambos clubes de la ciudad de Manchester; su estadía en la Juventus de Italia. Esas son algunas de las instancias que podrían, si se quiere, repasarse en un ritmo más acelerado.
El interés debería estar puesto en su regreso al país. La supuesta llegada desinteresada le costó a Boca Juniors los derechos deportivos de Guido Vadalá y el derecho de compra por otros tres juveniles más. Seis millones y medio de dólares por la vuelta del último gran ídolo. A finales de 2016 se abriría otro capítulo. Tévez partía al Shanghai Shenhua de China por dos temporadas por un contrato por 80 millones de dólares, que lo convertía en el futbolista mejor pago del mundo. Se desvinculó al año para un tercer ciclo con el xeneize.
Fuera de la cancha, los vínculos de Tévez merecerían, al menos, un capítulo íntegro. Destaca por su amistad con Mauricio Macri y Daniel Angelici, ambos ex presidentes de Boca. Además, junto a Guillermo Barros Schelotto participó de las inversiones en parques eólicos, investigadas por la Justicia a partir de una denuncia de Rodolfo Tailhade. La cuestión es si el Ejecutivo favoreció la obtención de los contratos, sin pasar por licitación pública, luego revendidos para sacar grandes ganancias. En el centro de todo, la familia Macri.