Inside: la bitácora interior de un hombre blanco “especial”
Por Manuela Bares Peralta
Mierda, ¿debería bromear en un momento como este?, se pregunta Burham al compás de un single que él mismo compuso en su órgano eléctrico. No cumple las reglas de ningún formato, pero cita un poco a todos. Un diálogo virtual, un largometraje en clave selfie, una rutina reciclada, grabada y musicalizada, todo al mismo tiempo. La mejor burla al mito del self-made man estadounidense jamás creada. Todo eso es Inside, el especial de Bo Burnham que se estrenó en Netflix.
El contenido para plataformas se admite a sí mismo muchas licencias y Burham las explora todas. Con la misión altruista de sanar al mundo con humor mientras intenta sobrevivir a la reclusión voluntaria y a una pandemia mundial, edifica un repertorio de canciones repleto de gags eficientes. Construye una bitácora musical llena de luces, efectos caseros y tela croma capaz de empujarte a un estado de risa constante.
El mundo está jodido. Opresión sistemática. Desigualdad de ingresos. Las otras cosas. Solo hay una cosa que puedo hacer al respecto, mientras me pagan y soy el centro de atención. Sanar el mundo con humor. Con este mandato, Burham comienza a ensayar una crítica sobre todos los lugares comunes que nos rodean, sobre las redes sociales y las plataformas y sobre el encierro: improvisa un fracaso haciendo sexting y una charla por FaceApp con su mamá. Se ríe sobre sí mismo y sobre todo lo que lo rodea, una realidad cercada por cuatro paredes y el mundo virtual.
¿Qué mierda está pasando?, se pregunta mirando a cámara. No lo sabemos, apenas podemos entender que está pasando en esta grabación de casi una hora y media. Guionar, editar, crear, filmar y dirigirse a uno mismo. Registrar el paso del tiempo en pequeños detalles, la cotidianeidad de una casa enredada en cables y dispositivos de sonido, un crossover de sí mismo que te hace doler el cuerpo de tanto reírte.
Todo lo que pasa en ese ambiente apenas iluminado es delirante. Un año entero filmado en la misma locación y en el mismo escenario. Una autobiografía de una cuarentena con distanciamiento social incorporado. Es un hermoso día para quedarse adentro, vuelve a entonar Burham y nos reímos de él, pero sobre todo, de nosotros mismos.
Burham inaugura en Netflix un género que es tan caótico como alucinante, un género que apenas podemos explicar, pero necesitamos que otros lo vean para poder compartir lo que nos pasa. Sin risas del público, desde el sillón de nuestras casas, vemos como un tipo blanco intenta orientar al mundo, encauzarlo, con un concierto de canciones y una mezcla de sketchs con espíritu de stand up. Mierda, ¿debería bromear en un momento como este?, nos vuelve a preguntar Burham mirando a cámara. Y cómo le agradecemos que lo haga, sobre todo en este momento.