Según Cuba, el bloqueo norteamericano le generó pérdidas por 140 mil millones de dólares
Por Eizabeth Pontoriero
En 1960, Estados Unidos decidió imponer un bloqueo económico a Cuba como represalia por haber tomado la decisión de nacionalizar industrias y expropiar empresas y propiedades que se encontraban en manos extranjeras, principalmente estadounidenses, afectando así sus intereses económicos. Las restricciones que consistieron en la prohibición para realizar exportaciones e importaciones entre ambos países llegaron a incluir medicamentos y alimentos, lo que afectó no solo a la economía, sino también, la atención sanitaria de la población.
Para cambiar esta situación que ya lleva casi sesenta años, desde 1992 Cuba ha presentado ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un petitorio con el fin de que se levante el embargo y, así, evitar mayores daños en su economía.
Sin embargo, aunque suele recibir el apoyo de la mayoría de los países no ha logrado Estados Unidos modifique su política. En junio de este año, durante la última Asamblea General de las Naciones Unidas, la petición obtuvo 184 votos a favor; 2 en contra, los Estados Unidos y su aliado Israel. Además, hubo 3 abstenciones, provenientes de Colombia, Ucrania y Brasil.
Un embargo que lleva casi seis décadas
El embrago o bloqueo que Estados Unidos le impuso a Cuba consiste en una serie de restricciones económicas, financieras y comerciales que prohíben las exportaciones e importaciones entre ambos países, las inversiones de empresas estadounidenses y limitan las transacciones con otros países, ya que no se permite el uso de dólares para realizarlas.
En 1960, un año después que Fidel Castro derrocara al entonces dictador Fulgencio Batista y tomara el poder, Cuba decidió nacionalizar bienes y empresas estadounidenses, afectando los intereses económicos de ese país. Como represalia, Estados Unidos implementó sanciones con el fin de aislar económicamente a Cuba que en ese momento era su principal socio para las transacciones comerciales e impusieron restricciones en las exportaciones que, también, incluyeron a los alimentos y medicamentos.
A partir de 1962, con la llegada de John Fitzgerald Kennedy las restricciones se endurecieron y se extendieron a las importaciones. Por otro lado, comenzaron a congelarse los activos cubanos en Estados Unidos y a regularse todas las transacciones comerciales, incluidos los viajes autorizados a ciudadanos estadounidenses, los que se veían restringidos para realizar operaciones comerciales con Cuba, como la compra de pasajes desde Estados Unidos, alimentos, alojamiento en hoteles y artículos para uso personal.
En un principio Cuba pudo enfrentar las consecuencias económicas porque al estar alineada con la Unión Soviética recibía subsidios que superaban los 4.000 millones de dólares, pero a partir de 1990 con la caída del muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, la economía cubana comenzó a deteriorarse y las consecuencias del bloqueo a hacerse más evidentes.
A esto se agregó la sanción de la Ley Helms-Burton en 1996, con la que se buscó recortar la ayuda económica a Cuba y evitar que pudiera tener relaciones comerciales con otros países.
A su vez, en 1999, el presidente Bill Clinton prohibió a las filiales extranjeras de empresas estadounidenses realizar transacciones comerciales que superaran los 700 mil millones de dólares anules con Cuba, no obstante, más tarde autorizó la venta de algunos productos humanitarios.
Finalmente, durante el gobierno de Barack Obama se restablecieron las relaciones diplomáticas y se atenuaron algunas de estas restricciones, como los viajes aéreos comerciales, sin embargo, cuando asumió Donald Trump estos avances sufrieron un retroceso al endurecer nuevamente las medidas. Joseph Biden, por su parte, no ha tomado, hasta el momento, ninguna acción que favorezca la situación de Cuba.
Escenario económico
De acuerdo con un informe de Amnistía Internacional, el bloqueo ha tenido consecuencias trágicas para la población cubana y ha afectado “gravemente a los grupos socioeconómicos más vulnerables de la población”.
En referencia a la dureza de las restricciones aplicadas durante la administración de Donald Trump, el actual presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel Bermúdez, expresó en estos días en conferencia de prensa que “cuando en 2019 se comenzaron a implementar las medidas restrictivas que aplicó la administración Trump y se anunció la aplicación del capítulo 3 de la Ley Helm Burton, de manera muy transparente le explicamos a la población que íbamos a entrar en un periodo difícil, donde íbamos a tener un grupo de dificultades y de carencias económicas y que eso pasaba también por las dificultades para tener a tiempo los combustibles necesarios para la marcha de la economía del país”.
Cabe recordar que el Título III de la Ley Helm Burton que se encontraba suspendido es el que les permite a las empresas que fueron confiscadas por el gobierno cubano iniciar acciones legales a las compañías extranjeras que operen en esas propiedades.
Según un informe presentado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2020 por el gobierno de Cuba, los daños ocasionados durante estas seis décadas por el bloqueo ascendieron a 144.413,7 millones de dólares.
Por otra parte, las medidas restrictivas no solo afectaron la parte económica, sino también la atención sanitaria. Según denunció Amnistía Internacional en un informe de 2009, “las restricciones impuestas por Estados Unidos limitan severamente la capacidad de Cuba para importar medicinas, material médico y las últimas tecnologías, algunas de las cuales son fundamentales para tratar enfermedades potencialmente mortales y mantener los programas de salud pública de Cuba”.
Precisamente, Cuba expresó que se le hace muy difícil enfrentar correctamente la pandemia de COVID-19, debido al impedimento de importar suministros y equipos necesarios.
En esta línea, el ministro de relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció en Twitter que “El gobierno de los Estados Unidos asumió la COVID19 como un aliado en su despiadada guerra no convencional, recrudeció de manera deliberada y oportunista el bloqueo económico, comercial y financiero y provocó pérdidas récords por alrededor de 5 mil millones de dólares”. Sin embargo, de acuerdo con expresiones de la administración cubana, los daños serían mayores.
El grave escenario económico de Cuba provocó una serie de violentas protestas durante estos últimos días y Estados Unidos no tardó en emitir su opinión acerca de los episodios, por lo que el presidente Miguel Díaz Canel Bermúdez expresó en su cuenta de Twitter que “Si el Presidente Joseph Biden tuviera sincera preocupación humanitaria por el pueblo cubano, podría eliminar las 243 medidas aplicadas por el Presidente Donald Trump, incluidas las más de 50 impuestas cruelmente durante la pandemia, como primer paso para el cese del bloqueo”.
Relaciones Internacionales
Desde que se rompió el lazo comercial con Estados Unidos, Cuba ha tratado de solucionar esa falta realizando transacciones comerciales con otros países.
Actualmente, de acuerdo con datos de 2019 del Observatorio de Complejidad Económica, Cuba comercia, en mayor medida, con China y con algunos países europeos. Sus principales exportaciones, entre las que se cuentan, azúcar, tabaco y bebidas alcohólicas, se encuentran en China (38,2%), luego España (10,5%), Países Bajos (5,44%), Alemania (5,37%) y Chipre (4,05%), mientras que sus importaciones provienen principalmente de España (19,2%), seguida de China (15%), Italia (6,2%), Canadá (5,4%) y Rusia (5,39%).