Respetar la soberanía afgana, por Santiago Gómez
Por Santiago Gómez
Desde San Pablo
“Solamente los afganos tienen el derecho y responsabilidad de liderar su país”, manifestó el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden el 15 de abril desde la Casa Blanca cuando ratificó que su país se retiraría de Afganistán . Después de veinte años de invasión el pueblo afgano dejará de padecer la guerra de la mayor potencia mundial. “China respeta la voluntad y las decisiones del pueblo afgano”, aclaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Los talibán han procedido a establecer el orden público, han reiterado las garantías de seguridad a los habitantes locales y empleados de las misiones diplomáticas. Instamos a todas las partes afganas a abstenerse de la violencia y contribuir a arreglar la situación por vía pacífica”, se expresó en la misma línea el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa. De esta manera, las tres potencias concuerdan en el derecho del pueblo soberano a decidir su gobierno pero la agenda mediática coloca el foco en el riesgo que un gobierno talibán representa para las mujeres afganas. El 37% de la población afgana son mujeres que tienen menos de 24 años y crecieron viviendo en guerra. Según el último informe de la ONU sobre Afganistán, en 2019 el 90% de las víctimas de la guerra fueron hombres, el 10% mujeres y las fuerzas progubernamentales mataron más mujeres que las fuerzas de resistencia.
El presidente Joe Biden reconoció en el discurso que brindó el día 14 de agosto que Estados Unidos gastó US$1 billón durante los veinte años que duró la guerra, entrenaron más de 300.000 soldados y policías afganos. En abril de este año recordó que semanas antes de prestar juramento como vicepresidente “Obama me pidió que viajara a Afganistán y le informara sobre el estado de la guerra en Afganistán. Volé a Afganistán, al valle de Kunar, una región agreste y montañosa en la frontera con Pakistán, lo que vi en aquél viaje reforzó mi convencimiento de que solamente los afganos tienen el derecho y responsabilidad de liderar su país y una fuerza militar estadounidense mayor y sin fin no puede crear o sostener a un gobierno afgano duradero. Creía que nuestra presencia en Afganistán debería centrarse en la razón por la que fuimos en primer lugar, para asegurar que Afganistán no se utilizara como base desde la que atacar nuestro país de nuevo. Hicimos eso. Ese objetivo lo cumplimos”.
Por su parte el gobierno chino China manifestó que “espera que los talibanes cumplan con su compromiso de asegurar una transición tranquila de la situación en Afganistán, frenar todo tipo de terrorismo y actos criminales, mantener al pueblo afgano alejado de las guerras y reconstruir su hermosa patria”. Hua Chunying , portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó que China espera "que los talibanes se unan con todas las partes y grupos étnicos en Afganistán para establecer una estructura política amplia e inclusiva que se adapte a sus propias condiciones nacionales, con el fin de sentar las bases para lograr una paz duradera en Afganistán". Hua también expresó que “los talibanes han asegurado que jamás permitirán que ninguna fuerza use el territorio afgano para poner en peligro a China”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa difundió un breve comunicado en el que señalaron que “seguimos detenidamente la evolución de la situación en Afganistán a raíz de la transición del poder en este país al Movimiento Talibán como resultado de hecho de la plena ausencia de resistencia por parte de las fuerzas armadas nacionales adiestradas por EEUU y sus aliados”. El gobierno ruso coincidió con su par estadounidense respecto a que las fuerzas armadas afganas no consiguieron vencer a las fuerzas militares de los talibanes. Rusia expresó que según la información que disponen “la situación en Kabul y Afganistán en general se está estabilizando” y agregaron “Instamos a todas las partes afganas a abstenerse de la violencia y contribuir a arreglar la situación por vía pacífica”.
Consecuencias de la guerra en las mujeres
Según el Informe de las Naciones Unidas del año 2019 que documenta las muertes de civiles por la guerra desde 2009, 100.000 personas murieron en esos diez años. “Las estadísticas escalofriantes proporcionan datos fiables sobre la repercusión de la guerra, pero los números por sí solos no alcanzan a plasmar el terrible sufrimiento humano infligido a la gente común, especialmente a mujeres y niños”, declaró el Sr. Tadamichi Yamamoto, Representante Especial del Secretario General para el Afganistán. Durante 2019 fueron más de 10.000 las víctimas de la guerra, según la ONU. La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) documentó 10.392 víctimas durante 2019, 3.403 personas murieron y 6.989 fueron heridas. El 90% de los muertos fueron hombres, el 10% de las personas muertas fueron mujeres.
El Informe firmado por Michelle Bachelet, quien es Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, señala que “las mujeres siguieron sufriendo mucho a causa del conflicto armado. Entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, la UNAMA documentó 1.202 mujeres víctimas (345 muertos y 857 heridos), un aumento del 4% con respecto a 2018. Los elementos antigubernamentales causaron 658 mujeres víctimas (148 muertas y 510 heridos), lo que constituye el 55% del total de mujeres víctimas; las Fuerzas Progubernamentales causaron 433 mujeres víctimas (172 muertas y 261 heridas), lo que representa el 36%. Fuego cruzado de enfrentamientos terrestres que no se pueden atribuir a una parte específica del conflicto causó 100 mujeres bajas (19 muertas y 81 heridas)”. Según la ONU las fuerzas progubermantales provocaron más muertes de mujeres que las fuerzas que resisten al gobierno afgano apoyado por los Estados Unidos y la OTAN. El informe también señala que se documentaron durante 2019 4 casos de violaciones a los derechos humanos de las mujeres por parte de los talibanes. En tres casos las mujeres fueron azotadas y en el otro ejecutada, por cometer adulterio o mantener una “relación inmoral”. Los "delitos inmorales" hacen parte del código penal afgano actual, como señalaremos más adelante.
“Las mujeres también se ven afectadas de manera desproporcionada por los efectos más amplios del conflicto, lo que afecta negativamente su disfrute de una variedad de derechos fundamentales, incluida la libertad de movimiento y el acceso a la educación, la atención médica y la justicia. La pérdida de miembros varones de la familia también expone a las mujeres a la discriminación, la pobreza y la violencia, ya que los hombres son fundamentales para la supervivencia socioeconómica y la seguridad de la unidad familiar en Afganistán. Las mujeres víctimas, en particular, tienen grandes necesidades de protección y asistencia derivadas del conflicto, el desplazamiento forzado, la pérdida de medios de vida y el acceso limitado a los servicios básicos”, señala el informe en el cual le reiteró al gobierno de Afganistán que era imperativo la plena implementación de la Resolución 135 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para proteger a las mujeres y niñas de la violencia de la ley y de la policía.
Afganistán y los derechos de las mujeres
En marzo de 2020 la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de la ONU presentó su tercer informe periódico y último disponible. Los talibanes no estaban en el gobierno, los Estados Unidos ya habían anunciado que se retirarían, y después de nueve años de gobierno afgano apoyado por las fuerzas extranjeras la ONU señala como positivo que recién en 2016 la ley electoral afgana reservase 30% de las bancas de la Cámara de Representantes del Pueblo para las mujeres. Es decir, con talibanes o sin talibanes, la cultura afgana no le reconoce los mismos derechos a las mujeres que la cultura occidental. La ONU también señaló como positivo “la política relativa a la educación de las niñas de 2019”. Tras ocho años de guerra e invasión de los Estados Unidos y la OTAN en Afganistán recién en 2019 aprobó una política de educación para las niñas. Recién en 2018 se aprobaron políticas sobre los derechos de sucesión y de propiedad de las mujeres. El informe de la ONU muestra que lo acotado de los derechos de las mujeres en Afganistán va más allá de si los talibanes están en el gobierno o no.
El Comité de la ONU le manifestó al gobierno afgano, instalado por los Estados Unidos y la OTAN, que “le preocupa profundamente que la Ley sobre Eliminación de la Violencia contra la Mujer de 2009 y el Código Penal todavía no hayan sido debatidos en la Cámara de Representantes del Pueblo y que, tras la aprobación del Código Penal en 2017, se eliminara la sección sobre violencia contra la mujer. Al Comité le preocupan especialmente las disposiciones discriminatorias que figuran en el Código Civil de 1977 y la Ley del Estatuto Personal Chií de 2009 relativas al matrimonio infantil, el divorcio, la poligamia, la herencia y la custodia de los hijos y la tipificación como delito, en el Código Penal, de los llamados ‘delitos morales’, como el abandono del hogar o el adulterio”. En base a esos “delitos morales” fue que los talibanes azotaron tres mujeres y mataron a otra, probando que el problema no es propio de la fuerza de resistencia talibán.
“El Comité observa con gran preocupación que la violencia de género contra las mujeres y las niñas, incluida la violencia sexual relacionada con el conflicto, persiste en todos los ámbitos de la vida en el Estado parte”, señala el informe y agrega que “Los crímenes de lesa humanidad, incluida la violencia de género contra las mujeres y las niñas, siguen sin ser castigados”.
Los niños víctimas de la guerra
El último informe sobre las víctimas del conflicto armado del Alto Comisionado de la ONU sobre Afganistán es el de 2019. En el mismo se señala que el 30% de las víctimas del conflicto armado de 2019 fueron niños y niñas: 874 criaturas murieron y 2.275 fueron heridas. El 29% eran niñas y el 71% niños. “Los niños siguieron representando la mayoría de las víctimas (78%) de restos explosivos de guerra y minas terrestres, lo que equivale a 403 víctimas infantiles (113 muertos y 290 heridos). Esto representa una disminución del cinco por ciento con respecto a 2018”, informó la ONU. Los hombres representan el 19% de las víctimas por restos de explosivos y las mujeres el 4%.
Tortura en Afganistán
En abril de 2019 la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas por los Derechos Humanos señaló que al menos el 32% de los reclusos por las Fuerzas Afganas de Seguridad y Defensa Nacional fueron torturados. El informe se presentó un año después de que Afganistán adhiriera al Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura. La ONU informó que “aunque la reducción del número de casos es alentadora, el informe indica que ‘la disminución del uso de la tortura o los malos tratos no es lo bastante significativa como para indicar que las medidas paliativas tomadas sean suficientes’. La forma más común de tortura y malos tratos denunciada es la golpiza. La gran mayoría de los detenidos declaró que habían sido torturados o maltratados para obligarles a confesar y que esos métodos cesaron una vez que habían confesado”. Ese es el gobierno que apoyó Estados Unidos y al que parece que algunas personas en nombre de los Derechos Humanos prefieren que permanezca, lo que significaría la prolongación de la guerra.
Nada puede ser peor que la guerra
Mientras los principales medios del mundo manifiestan el riesgo a los derechos de las mujeres que supone la asunción de los talibanes al gobierno, desde una perspectiva occidental y liberal, ocultan los más de 100.000 muertos que contó la ONU entre 2009 y 2019, dejando afuera los primeros ocho años de guerra y bombardeos. Se oculta que sin los talibanes en el gobierno las mujeres no tienen justicia por las violaciones a los derechos humanos, se oculta que las fuerzas gubernamentales, según la ONU, son las responsables por la mayoría de muertes de mujeres durante el 2019. Los medios de comunicación en general crean la ilusión de que habría algo peor que vivir en guerra por la invasión de una fuerza extranjera.
Afganistán tiene una población de 32.200.000, de las cual el 76% (24.471.000 millones de personas) tiene menos de 24 años, eso quiere decir que crecieron en guerra. El 51% de la población afgana son mujeres. Del total de la población, de los 32 millones de personas, el 37% son mujeres que tienen menos de 24 años y crecieron viviendo en guerra, no conocen otra cosa. Afganistán es un país en el que tan sólo el 2,62% de la población tiene más de 65 años. El 42,47% de la población tiene menos de 14 años, niños y niñas que no saben lo que es vivir en un país sin fuerzas armadas de Estados Unidos y la OTAN.
En los medios ya podemos observar cuál es la estrategia discursiva de los Estados Unidos: "Los talibanes violan los derechos de las mujeres, Rusia y China legitiman el gobierno talibán, por lo tanto China y Rusia están contra los derechos humanos". El primer derecho que no se debe violar es el de la soberanía de los Estados, ningún Estado tiene derecho para invadir, bombardear, masacrar, bloquear, promover desestabilizaciones, empobrecer a una población justificado en la supuesta promoción de la democracia y los valores occidentales. Como señaló el presidente del mayor Estado genocida del mundo “Solamente los afganos tienen el derecho y responsabilidad de liderar su país”.