Amina: una reina militar nigeriana en el catálogo de Netflix
Por Agostina Gieco
Pocas son las veces que hemos oído hablar de mujeres guerreras y su participación histórica en batallas, si es que lo hicimos. Es probable que la más conocida sea Juana de Arco, quien lideró parte del ejército francés en la Guerra de los Cien Años, para luego ser condenada por la Inquisición a la hoguera al ser acusada de brujería. Otro caso, más cercano en tiempo y espacio, que además comparte el nombre con la francesa, es Juana Azurduy. Compañera de batalla de Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes, luchó por la emancipación del Virreinato del Río de la Plata, en manos de la monarquía española, para terminar sus días falleciendo en la pobreza y siendo enterrada en una fosa común.
Menos probable es conocer guerreras africanas, y no necesariamente porque no existieron. En cualquier caso, es debido a la falta de consideración que nuestra historia les tuvo. Aquí es donde entra en juego Amina, la nueva película nigeriana estrenada en Netflix. Cuenta la vida de una princesa homónima (Lucy Ameh), que vivió en una región de Nigeria alrededor de los años 1533 y 1610. Desde niña estuvo interesada en aprender la habilidad del uso de las armas de guerra, que en su pueblo se componía de lanzas, espadas, hachas, entre otros utensilios. Era muy mal visto que una mujer se dedicara a la milicia, pero al ser la hija del rey tenía ciertos privilegios que se lo permitían. Sin embargo, a lo largo de la narración hará frente a obstáculos que complejizan su labor cada vez más.
La película da un pantallazo de una luchadora que alcanzó a tener un ejército de veinte mil hombres de infantería y mil de caballería, que la siguieron en su campaña de expansión territorial. Además de la conquista de grandes extensiones de tierra, Amina es responsable de ampliar las rutas comerciales e introducir el cultivo de la nuez de cola, que generó una riqueza sin precedentes para Zazzau. Se le atribuye también haber sido artífice de las murallas que rodeaban la ciudad, cuyo prototipo fue utilizado por muchos otros Estados de la región debido a su resistencia, y que en la actualidad varias de ellas aún siguen de pie. Amina fue la primera “Sarauniya”, o reina, en una sociedad dirigida por hombres. Durante su mandato de 34 años logró destacarse y marcar una diferencia que hasta el día de hoy la posiciona como una heroína en Nigeria.
A nivel estético, a pesar de que el montaje en determinadas escenas, junto con los efectos especiales, no sean los de primera calidad, hay que resaltar dos cuestiones. Por un lado, que la plataforma incluya cada vez más títulos que no pertenecen al cine mainstream o taquillero ni a países centrales, da cuenta, quizás, de cambios en los hábitos de consumo. Por otro, la importancia de la visibilización por parte de la productora nigeriana respecto de un personaje femenino que efectivamente existió y que es venerado como símbolo nacional.
Sus aptitudes militares, su resiliencia a la hora de lograr sus objetivos, su personalidad independiente y pionera, por la cual no deseaba casarse para no ser dominada por un hombre, demuestran que Amina no sólo fue un exponente femenino para aquella época. También debe ser pensada para el siglo XXI, en relación a la vulneración de derechos y humillaciones que continúan por parte de la sociedad patriarcal y que padecen las mujeres nigerianas.