Jackass forever: pasando los límites (una vez más)
Por Francisco Pedroza
Hoy en día los bloopers y las bromas de mal gusto forman parte de la cotidianeidad de internet y las redes sociales, al punto que en Youtube hay canales dedicados exclusivamente a ello. Sin embargo, a principios de los 2000 la situación era muy diferente. Los bloopers eran secciones aisladas en programas de televisión y no mucho más. En ese contexto nació Jackass, un clásico del humor que después de diez años va a estrenar su cuarta entrega con el nombre original—en total sería la octava—.
Cualquiera que haya sido joven en la primera década del 2000 recordará Jackass, aquel programa de MTV donde un grupo de amigos se dedicaba sólo a darse golpes, de las formas más variadas e imaginables, y a abusar del humor escatológico y obsceno de manera repetitiva. El combo tuvo un éxito abrumador y hasta algunos— al contrario de lo que avisaba la serie al principio de cada capítulo— buscaban imitar las piruetas y los sketchs que allí aparecían. De más está aclarar, nunca con buenos resultados, lo que llevaría a que, años más tarde, la tira sea cancelada ya que un espectador perdió la vida tratando de copiar una de las clásicas piruetas.
En 2002 se estrenó Jackass: la película, con más producción que la serie. En ella se recopilan clips hilarantes y se los mezcla con partes documentales de la grabación. Era un formato novedoso para la industria del cine que, de manera sorpresiva, funcionaba estupendamente bien. Otro éxito instantáneo. Después vinieron seis más, incluyendo dos spin-offs que no lograron el impacto pretendido. Al parecer, el atractivo de Jackass residía en ver al grupo unido en su más clásico formato.
A veinte años de su última aparición en televisión, Jackass forever llega a la plataforma Paramount+ y a un mundo totalmente diferente a aquel que supo conocer. Con la tan mencionada “cultura de la cancelación” a la orden del día y la mirada puesta en el maltrato animal más que nunca— recordemos que en varias escenas usan animales—, el grupo de amigos parece tener todas las de perder. Al mismo tiempo, lo que la película muestra hoy forma parte del cotidiano de la web, ya sea Youtube u otras redes sociales, que demuestran que el formato de los bloopers y las bromas de mal gusto ya no pertenece a unos pocos.
Para fortuna del espectador nostálgico, a pesar de todo, Jackass sigue funcionando. La competencia en materia de bromas y golpes no hace que el grupo de amigos pierda valor sino que los evidencia como pioneros y los más aceitados en la materia. Será por la química de la amistad, por las grandes sumas invertidas o por la infinidad de factores atribuibles, pero es innegable que la no-reinvención de Jackass resulta un acierto. Hacen lo que mejor saben y el producto sigue funcionando, más allá de los fanáticos de la moralidad y los puritanos que, de hecho, siempre estuvieron.