The worst person in the world y las nuevas formas del amor
Por Marina Jiménez Conde
The worst person in the world, film noruego estrenado el año pasado en el Festival de Cannes, está nominado en las categorías de Mejor película internacional y Guión original en los Premios Oscar. La historia, protagonizada por Julie (Renate Reinsve), expresa la forma que el amor ha adquirido para las mujeres en el siglo XXI. Lejos de relatos típicos románticos, desde el inicio el director Joachim Trier deja en claro que habla de los tiempos que corren en la nueva modernidad, al mostrar el paso de Julie de la carrera de medicina a la de psicología y de ésta a la de fotografía. Si bien está catalogada como “de romance” nada tiene de las obras icónicas con las que la protagonista tuvo que haberse criado.
The worst person in the world podría ser tranquilamente el guión que lleve a escena lo que Tamara Tenembaum plantea en su libro El fin del amor. De la idea de ese amor romántico, que dura para toda la vida, desbordado y donde no hay nadie más que esa única persona, apenas se puede ubicar algo en el estado de enamoramiento de Julie cuando conoce a alguien. El film muestra de manera mucho más real las formas en la que nos vinculamos en el amor, mostrando el derrotero emocional que una joven de 30 años— la edad de la protagonista— va teniendo con el paso de cada relación. ¿Pero esa no es acaso la historia de casi la mayoría de las mujeres heterosexuales de hoy en día?
Si en los 2000 Alfie era una película que mostraba las dificultades que el amor le representaba a un treintañero como Jude Law, desde una mirada masculina, y la manera precaria con la que su personaje resolvía esos conflictos; The worst person in the world muestra, casi 20 años después, el devenir errático de una mujer en sus relaciones amorosas.
La historia comienza con el personaje de Reinsve terminando una relación y dando un nuevo reinicio a ese ciclo donde alguien conoce a alguien, se enamora, se comprometen en un vínculo y luego todo eso se empieza a desvanecer. También lo que sucede y cómo se manejan las cosas cuando aparece un tercero que lo cambia todo, y algo que a su vez planteaba Tenembaum, de qué se hace con las relaciones con los ex.
Y si bien, a veces el personaje de Julie, que desea cosas y después deja de desearlas, puede interpretarse como una persona caprichosa, en realidad, a través de ella se está hablando del presente. Se está sugiriendo que ahora es posible tener lo que se quiera pero, paradójicamente, no sólo no saber qué se quiere sino, al final, no tener nada. El título del film apunta en esa dirección. Julie no se siente la peor persona del mundo por estar con su novio y por cómo se maneja cuando ingresa una tercera persona, sino que la cuestión pasa porque es un personaje— femenino— planteado para tener lo que quiera pero, aún así, sin poder tenerlo. Esa es la trampa de los nuevos tiempos.