Corrientes: detuvieron a cinco de los policías acusados por la muerte del joven Lautaro Rosé
Por Diego Moneta / Foto: Malvina Rosé
La madrugada del 8 de noviembre de 2021 Lautaro Alexander Rosé, de 18 años, y sus amigos estaban en la Costanera Sur de la Ciudad de Corrientes. La Policía provincial, a partir de denuncias nunca acreditadas, inició una persecución contra el grupo empujándolos en dirección al Río Paraná, por lo que los jóvenes intentaron escapar hacia el agua. A Lautaro, el menor de nueve hermanos, lo dejaron morir. A casi seis meses, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Malvina Rosé, hermana de Lautaro.
Su familia recorrió la zona y encontró su par de zapatillas, secas, a la orilla del río. También se hallaron balas de goma y de calibre 38. Allí mismo, tres días después, fue divisado su cuerpo por unos pescadores en la ribera del barrio Virgen de los Dolores, tras una lenta y cuestionada búsqueda judicial. La clave que arrojó la autopsia es que la hora de muerte coincidía con la del procedimiento policial. Los ministerios Público Fiscal y de Seguridad omitieron hacer referencia a la muerte del joven.
La reconstrucción de los hechos se llevó a cabo a partir de cámaras de seguridad, la geolocalización de los patrulleros y varios testimonios. Destaca lo aportado por un menor, testigo protegido con contención psicológica, a quien la fuerza de seguridad golpeó hasta dejarlo casi inconsciente mientras Lautaro se ahogaba.
Tras la imputación de once uniformados del Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada (GRIM) que participaron de la persecución, María Josefina González Cabañas, titular del Juzgado de Instrucción N° 3 de la capital correntina, definió en los últimos días dictar el procesamiento con prisión preventiva para cinco de los agentes policiales acusados por abandono persona seguido de muerte, apremios ilegales e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Se pudo acreditar que efectuaron disparos, provocando que se metan al río, amenazaron al menor para que no contara nada y no dejaron registro alguno de lo sucedido.
Los seis efectivos restantes sobreseídos por falta de mérito, al considerar la jueza que no existen elementos suficientes que los relacionaran al hecho, sin perjuicio de seguir vinculados a la investigación que nunca dejó de estar a cargo de la misma fuerza de seguridad sospechada. El abogado de la familia Rosé, Hermindo González, había pedido que se revea dicha evaluación pero su planteo fue desestimado. Tampoco se dio lugar a los recursos de los cinco policías procesados, que ya se encuentran detenidos. Malvina comunicó que recibieron “con alegría” la noticia dado que buscan que “se haga justicia y realmente paguen quienes hicieron esto a mi hermano y a la familia”.
La tarde del 28 de abril familiares y conocidos se congregaron en el Barrio Galván II, donde está ubicada la casa de Lautaro. “Más que una marcha fue el cumpleaños de mi hermano”, cuenta Malvina. “Se hizo un mural para recordarlo”, complementa y agradece a quienes colaboraron para llevarlo a cabo, en una intervención que denominaron “Pintar la injusticia como arma de resistencia”. Al mismo tiempo, denuncian el ocultamiento de la situación particular y general por parte de los medios provinciales.
El asesinato de Lautaro se dio en un contexto de disputa por el espacio público entre las barriadas y los negocios privados. El abogado González ya había denunciado operativos semejantes que se venían realizando desde hace tiempo. Parte de la Costanera Sur, un terreno fiscal, fue cedida a empresarios gastronómicos, cuya seguridad privada se encarga de desalojar a quienes no consumen en bares o restaurantes de la zona.
De la misma manera que el caso remite a otros que cobraron notoriedad pública, como el de Ezequiel Demonty en Ciudad de Buenos Aires o el de Franco Casco en Rosario, en 2014 Mariano Barrientos, vecino de Lautaro Rosé, apareció ahogado en las inmediaciones del Arroyo Limita, tras otra supuesta persecución policial. “Queremos que no haya más ningún otro Lautaro”, finaliza Malvina.