Eva Perón: una frase inalcanzable
Cada vez que desde los márgenes aparece una voz indómita la sociedad tiembla.
Eva encendió un fuego y puso todo al asador. Inconmensurable y bella su lengua, su manera de defender tres o cuatro nombres, muy grandes, que centraban su atención: Perón, la mujer, los descamisados, la patria.
Como el misterio del sol, deslumbra. No es una novedad.
Muchas son las versiones que rodean sus discursos: si fue la propia Eva la que dijo, si son sus palabras o si las tomó de otros.
Hay una frase que resuena por la revolución que implora “Volveré y seré millones”. ¿Se trata de un relato oral? ¿Lo dijo Eva en su discurso en 1952? ¿Aparece en el verso de un poema? ¿Forma parte del guión de una película? ¿O todo eso junto?
Túpac Katari, nació en 1750 en la comunidad Aymara de Ayo Ayo, provincia de Sicasica. Para la historiadora Patricia Funes, que escribió Salvar la Nación, un libro sobre los intelectuales latinoamericanos de los años ’20, fue el propio Katari que antes de que le cortaran la lengua gritó: “A mí solo me mataréis, pero mañana volveré y seré millones”.
Pesan los versos cuando se habla de la Peña de Eva Perón. Una especie de tertulia que ocurrió durante un tiempo en la residencia de Evita en donde varios poetas de renombre se juntaban para recitar y discutir sobre literatura. Allí José María Castiñeira de Dios (que además de poeta fue Director en el Fondo Nacional de las Artes (1973/74), Director de la Biblioteca Nacional entre 1989 y 1992 y Secretario de Cultura de la Nación entre 1992 y 1994) encabezaba estas reuniones. Fue recién en 1962 (10 años después de la muerte de Eva) que publicó un poemario que contenía en uno de sus versos esta frase inalcanzable.
Hay también una versión sobre el escritor Howard Fast que publicó su novela Espartaco en 1951. Años después, fue llevada al cine por Stanley Kubrick con una escena interpretada por Kirk Douglas en donde al pie de la muerte dice -“you’ll come back and you’ll be millions” traducida como: “Volveré y seré millones.”
Incluso rememoro el mensaje de voz que mi viejo, al salir de su internación en el sanatorio, le envió a mi sobrino para anticipar que el domingo habrá juego de metegol. Que practique mucho porque no habrá perdón, y que volverá y le hará millones de goles.
Hay para elegir o para perderse. Lo cierto es que las obras artísticas y la vida cotidiana con referencias en Eva se imprimieron en oleada y se seguirán imprimiendo.
La literatura logró imágenes que a su vez fueron impregnando el imaginario social y cultural. Como la mariposa de Tomás Martínez Eloy en Santa Evita.
*La autora es escritora y socióloga.