El lado oscuro de la fama infantil: abusos y maltratos en Nickelodeon
Muchas de las personas que en las décadas del 90 y del 2000 éramos preadolescentes crecimos con el ritual de sentarnos frente a la televisión a ver programas a cierta hora del día, sobre todo, en Disney Channel o Nickelodeon, las principales cadenas infantojuveniles que mayor audiencia generaban. Nos entreteníamos, en especial, con tiras en donde todo lo que se veía era felicidad, risas y disfrute. Sin embargo, detrás de cámaras la alegría no era la protagonista principal. Quiet on set: el lado oscuro de la fama infantil es una serie documental que cuenta los abusos de poder que sucedían en los sets de filmación de Nickelodeon, así como también discriminaciones y agresiones sexuales sufridas.
A lo largo de los cinco episodios, dirigidos por Mary Robertson y Emma Schwartz y que se pueden ver en Max -ex HBO Max-, hay una gran variedad de entrevistas a personas que trabajaban para la compañía, tanto detrás de la pantalla como las propias estrellas de las sitcoms. Allí testimonian el calvario que era trabajar con Dan Schneider, reconocido por ser quien catapultó a la empresa a un pedestal, creando exitosas producciones como Drake y Josh, ICarly, Zoey 101, Todo Eso y El Show de Amanda.
Una de las cuestiones que se evidencia es cómo el poder económico se impone, por sobre todas las cosas, y logra que una persona se vuelva intocable mientras más dinero posee. Schneider es acusado de maltrato, discriminación por cuestiones de género u origen étnico, y hasta acoso sexual, y aún así en aquel momento todas las declaraciones fueron desestimadas o no tomadas en serio al considerarlas “bromas”, calificando su humor como simplemente “extraño”. Los testimonios, ya sean de guionistas, vestuaristas o incluso protagonistas, describen el ambiente laboral como tóxico, las actitudes de Schneider como denigrantes, turbias y abusivas, y su presencia en el set como escalofriante.
De manera rápida, podemos repasar algunas de las formas que tenía Dan Schneider a la hora de actuar: trabajar once semanas sin percibir salario alguno, y obligando a realizar horas extras; pagarle a dos guionistas como si fueran una sola; mostrar pornografía en el set; hacer bromas de clara connotación sexual en escenas de shows infantiles, y amenazar a mujeres con que no pertenecerían más a la industria si no le realizaban masajes.
Durante muchos años, décadas, existió miedo de hablar y contar la verdad acerca del pésimo ambiente laboral que había en Nickelodeon. Sin embargo, gracias a la explosión de las redes sociales, junto al movimiento #MeToo -que expuso casos de abusos, como el de los actores Kevin Spacey y Bill Cosby, y el productor Harvey Weinstein-, las víctimas comenzaron a darse cuenta de que no estaban solas y que su voz era escuchada. Contar sus experiencias les permitió iniciar un proceso de sanación y del tratamiento del trauma. Así lo relató Drake Bell, protagonista de Drake y Josh, que narra los abusos sexuales de los que fue víctima por parte de Brian Peck, coach vocal y director reconocido en la industria.
Algo que se remarca más de una vez a lo largo de la producción es que se trataba de shows en donde la mayoría de sus personajes eran niños y niñas, tanto en la ficción como en la vida real. En muchos casos eran sus primeras actuaciones, por lo que confiaban en los adultos que estaban a su alrededor y éstos tenían la obligación de asegurar un espacio seguro de trabajo. Las estrellas entrevistadas relatan que tenían la presión de hacer lo que les decían aunque fuese algo denigrante o molesto, a sabiendas de que un paso en falso los podría echar y de que si tenían éxito con Dan Schneider podrían llegar muy alto.
Una vez más, la Educación Sexual Integral es vital para enseñar a las infancias que nadie puede forzarlas a realizar actos que impliquen sus partes íntimas, que existe un límite entre adulto y niñez que no se puede sobrepasar y, sobre todo, que si no sienten comodidad en alguna situación deben alzar la voz y hablar. Cuando existe un desequilibrio de poder tan abismal, la víctima se encuentra vulnerable y necesita herramientas para salir de ese espacio. Sin embargo, en Nickelodeon el nivel de desprotección era altísimo.
De esa manera, es primordial garantizar y reforzar espacios laborales seguros que permitan un desarrollo saludable y que prioricen la salud mental y el cuidado por sobre el rating o las ganancias. En general, el éxito y la popularidad no determinan la felicidad y no todo lo que brilla es oro, aunque se trate de ámbitos millonarios. Son incontables las veces que, sobre todo hoy en día, se visibiliza la presión del mundo de la fama y las consecuencias que acarrea, tales como adicciones y demás comportamientos autodestructivos. La industria debe modificarse por dentro para generar un verdadero cambio hacia afuera.