Simone Biles: la urgente necesidad de priorizar la salud mental
La inmensa presión que existe sobre quienes practican deportes y compiten a nivel nacional e internacional, en especial representando a su país, es de público conocimiento. Sin embargo, un debate que emergió recién estos últimos años es la importancia del cuidado de la salud mental de los y las atletas. Simone Biles vuelve a volar es una serie documental estrenada en Netflix que se enfoca en ello de cara a los Juegos Olímpicos (JJOO) de París 2024.
Parece figurita repetida hablar de la temática, pero en los deportes de alto rendimiento se observan de forma magnificada las consecuencias de no ejercer medidas necesarias para garantizar la salud emocional de quienes los practican. Biles, considerada la mejor gimnasta estadounidense de la historia, ha sido tan sólo una de las tantas que han decidido alzar la voz al respecto. Además, ha reconocido en diversas ocasiones la importancia de estar bien con sí misma para poder continuar desarrollando su disciplina de la mejor manera posible.
Para los JJ OO Tokio 2020 -celebrados en 2021 debido a la pandemia- Simone Biles era la favorita de Estados Unidos, candidata en cada una de sus categorías y la cara de todas las publicidades. En aquel momento, con tan sólo 24 años, ya llevaba ganados 19 títulos y 24 medallas en competiciones mundiales, además de haber dado nombre a cinco habilidades gimnásticas gracias a su destacable desempeño. Cargar ese peso no debió ser sencillo. En la final por equipos, tras realizar una maniobra equivocada que le quitaría los puntos esperados, decidió retirarse debido a que sufrió de un ataque de ansiedad, rechazando asimismo participar de las finales individuales por aparatos a las que debía acudir.
No sólo debió lidiar con sus demonios internos sino que medios de comunicación e internautas de las redes sociales la catalogaron como cobarde y egoísta por abandonar a sus compañeras, entre otros insultos. La violencia digital que Biles vivió es moneda corriente en las figuras públicas y es muy difícil hacerle frente. A pesar de ser la gimnasta más galardonada en la historia de la disciplina, ha tenido que lidiar con comentarios sobre su físico y apariencia, ya que según el modelo hegemónico no cumple con las “condiciones de belleza requeridas”. En nuestro país, la nadadora Delfina Pignatiello, considerada una promesa en Tokio 2020, sufrió ataques de odio en Instagram y a los 22 años anunció su retiro y dejó de competir, ya que le estaba afectando gravemente su salud mental.
En competencias internacionales, al nivel de exigencia que requiere ser deportista profesional se le suma saber que millones de personas estarán observando y pondrán allí sus esperanzas, y en el caso de fallas se sentirán defraudadas o apenadas. Pareciera que nunca son suficientes reconocimientos o medallas, siempre existirá gente dispuesta a criticar sin saber lo que significa estar en ese otro lado. No basta con la habilidad o destreza que se tenga, sino que lo mental juega un papel muy relevante a la hora de la performance. En muchos casos, un desbalance entre ambos puede significar heridas de gravedad e incluso la muerte.
En Simone Biles vuelve a volar, la gimnasta narra cómo la terapia fue de gran ayuda para superar lo sucedido y gracias a ello volver a competir en los Juegos Olímpicos de París 2024, ya que creyó que su carrera acabaría luego de Tokio. Por el momento, la docuserie consta de dos episodios, aunque se espera el estreno de otros dos al finalizar la competencia deportiva.