Eldorado: cuando la historia tiembla nacen nuevas voces

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Eldorado: cuando la historia tiembla nacen nuevas voces

31 Enero 2025

Sostengo diversas conversaciones diarias pero las que más me interpelan son aquellas que me ofrecen una perspectiva diferente a la mía porque el otro, con su historia biográfica y su análisis particular, nos enfrenta a una otredad que nos saca del confort y obliga a revisar lo que pensamos. Hace unos días surgió una charla con una persona que tiene acceso a diferentes clases sociales y un bagaje intelectual extenso, que disparó las preguntas que dieron origen a este texto: ¿Los chicos realmente están cambiando? Si siguen reproduciendo insultos homofóbicos, ¿el discurso progresista no será más para la televisión que para la vida cotidiana?

Debo reconocer que a la última pregunta mi respuesta es un poco sí y un poco no. En esta era digital donde creemos que la información se ha democratizado, cabría cuestionarse si estamos informados o si sólo obtenemos, de forma inmediata, un fragmento sesgado de la realidad. ¿Y de qué realidad y de quién? Pero dado el poco tiempo, no sabemos qué se dijo, cómo fue dicho, quién lo dijo y dónde, en qué contexto. Algo que desde el periodismo sabemos bastante: buscar el título, la nota del día para más clics. En este sentido, basta con ver la infinidad de recortes que se hacen sobre lo que sucede en los medios de comunicación -no todos- o en internet. Pero eso, ¿es la vida real? ¿Somos eso nosotrxs?

Para contrarrestar esto, no sólo es preciso ver o leer diferentes perspectivas sino también habitar otros territorios. No obstante, en una época dominada por la inmediatez y la excesiva productividad, donde el tiempo siempre parece escaso y las crisis económicas y sanitarias nos atraviesan, realizar este ejercicio se convierte en un acto casi altruista. Además, no todos tenemos el mismo acceso a la información, y para las clases más bajas las redes sociales pueden ser la única salida para estar conectadas con el mundo.

Volver a hacerse las mismas preguntas con el paso del tiempo es necesario. Y aquí me permito hacer varias: ¿Dónde están lxs jóvenes mayoritariamente? ¿Qué consumen? ¿A qué tienen más acceso? ¿Cuáles son las representaciones culturales que eligen? ¿Quiénes son sus ejemplos a seguir? ¿Cómo pueden construir un relato distinto de otras sociedades y épocas e incluso modificar el lenguaje si ciertas representaciones están en los márgenes? Y si están ahí, ¿por qué será? La ausencia de relatos sobre un otrx que no es uno mismo se debe, en gran parte, a que la sociedad siempre ha querido o mantenerlos en los márgenes, o aniquilarlos directamente. Anular al otrx hoy también es la premisa más inmediata -sino entren a Twitter-.

Eldorado: todo lo que odian los nazis

Hace más de un siglo el mundo fue arrasado por una de las tragedias más horrorosas: la Primera Guerra Mundial. Vale la pena repensar qué sucedió en los años previos. En las décadas de 1920 y 1930, Berlín -Alemania- era un espacio de efervescencia cultural y diversidad sexual. Uno de los cabarets más emblemáticos de la comunidad queer era "Eldorado", cuya leyenda debajo del nombre rezaba: "Aquí es correcto". Los derechos de las mujeres también tomaron protagonismo. En Estados Unidos, por ejemplo, con el derecho al voto. Sin embargo, con el ascenso del nazismo comenzaron a circular frases como "su vida privada no me interesa, mientras se mantenga en la discreción". Los gustos, amores y elecciones personales podían existir, siempre y cuando no irrumpieran en la esfera pública.

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El documental ficcionado que ofrece Netflix, Eldorado: todo lo que odian los nazis, nos devuelve a la pregunta que originó esta nota: ¿realmente algo cambió? Uno de los puntos clave de esta joya audiovisual, repleta de datos, es que cuando una sociedad se siente amenazada por el cambio el fascismo encuentra terreno fértil para expandir sus ideas. La producción logra un equilibrio entre la rigurosidad histórica y una narrativa envolvente, lo que la convierte en una pieza esencial para quienes buscan comprender los mecanismos del odio y la resistencia. Es crucial que los jóvenes accedan a este material, no sólo como un documento del pasado sino como una advertencia sobre el presente y el futuro.

Otra de las cuestiones que nos propone, en la que coincidimos en algunos aspectos con quien dialogaba, es que siempre existieron personas LGBTIQ+ y que en otras épocas también tenían visibilidad. El documental también está ficcionado y tiene una hermosa fotografía representativa de la época. Es el resultado de una gran investigación de archivo, con imágenes inéditas de la realidad sociocultural de la Alemania previa al nazismo. Todo sostenido por documentos históricos de aquellos años.

Judith Butler, en su libro “El género en disputa”, se pregunta: “¿Tiene el sexo una historia? ¿Tiene cada sexo una historia distinta, o varias historias? ¿Existe una historia de cómo se determinó la dualidad del sexo, una genealogía que presente las opciones binarias como una construcción variable? ¿Acaso los hechos aparentemente naturales del sexo tienen lugar discursivamente mediante diferentes discursos científicos supeditados a otros intereses políticos y sociales? ¿Podemos hacer referencia a un sexo "dado" o a un género "dado" sin aclarar primero cómo se dan uno y otro y a través de qué medios?". Señala, a su vez, que sexo y género están mediados por construcciones culturales y discursos de poder. En este sentido, la idea de una identidad fija es puesta en crisis, y la performatividad del género se presenta como un acto repetitivo que reproduce y desafía normas establecidas.

Ahora bien, pensar que el mundo es ideal es un pensamiento mágico. Sin educación, es muy complejo comprender el mundo del otro. Por eso, si en años más cercanos se lograron avances en cuanto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, en cuanto a la ciudadanía LGBTIQ+, a la salud de personas travestis y trans, hay que tener mucho cuidado con que no se vean amenazados o cuestionados. Dice Simone de Beauvoir: “No olviden jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las luchas feministas vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debemos permanecer vigilantes toda la vida”.

Los jóvenes, por definición, son curiosos. Si no tienen a mano información o si nadie les acerca ni les educa sobre que existen otros mundos posibles, otras maneras de vincularse, de crecer, de querer, de amar, de verse, difícilmente puedan encontrar caminos para ser más libres. Además, es preciso que sepan que, en contextos de crisis, las masculinidades tienden a ser más expresivas, ya sea como respuesta al miedo, la incertidumbre o la necesidad de redefinir su rol social. 

Este fenómeno puede ser una oportunidad para abrir diálogos más profundos sobre el género y la identidad, y para cuestionar los modelos tradicionales que han limitado históricamente la sensibilidad y la emocionalidad masculina. El presente nos exige no sólo recordar sino también reconocer los signos de la historia en el ahora. Los discursos de odio mutan, pero la opresión sigue en forma de persecución. Lo que se juega en esta disputa no es sólo el pasado, sino nuestro futuro. El futuro de las nuevas generaciones.

*Por decisión de la autora la nota contiene lenguaje inclusivo.

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