Fuertes cuestionamientos a los medios privados en Venezuela
En ULAN I “Algunos comunicadores pretenden ser inmunes” a los preceptos internacionales sobre derechos humanos (DD.HH.), expresó el escritor venezolano Luis Britto García en un artículo titulado Enemigos número uno del público, publicado en el diario Últimas Noticias.
Tras sostener que “ciertos medios de comunicación ejercen una dictadura mediática”, Britto García subrayó el interés de estos grupos económicos por “desempeñar por sí solos los tres poderes clásicos del Estado”.
“Quieren decidir qué leyes valen y cuáles no, inventan decisiones del gobierno o niegan las que éste toma, condenan sin defensa ni apelación y encima pretenden ejercer estos poderes absolutos sin consulta democrática ni responsabilidad”.
El escritor recordó la más reciente disputa de los medios internacionales contra el presidente de Ecuador, Rafael Correa, por la condena a tres años de cárcel y una multa por 30 millones de dólares al ex jefe de opinión del diario El Universo, Emilio Pacheco, y a los hermanos Carlos, César y Nicolás Pérez, directivos del rotativo.
El 6 de febrero de este año, Pacheco publicó un artículo titulado No a las mentiras, en el que se acusaba, sin fundamento, al mandatario ecuatoriano de “haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente” durante el intento de golpe de Estado del 30 de septiembre de 2010.
“La inefable Comisión Interamericana de Derechos Humanos de Washington, que nada hizo ante el golpe de Estado, instó al mandatario a suspender la condena”, recapituló Britto García para luego preguntarse: “¿Hasta cuándo pretenderá Washington invalidar a nuestros tribunales nacionales?”.
Por su parte, el periodista José Vicente Rangel advirtió que “ahora que Venezuela avanza en la senda de un delicado y difícil proceso electoral”, el rol de los medios de comunicación será determinante para que los comicios se desarrollen en paz o en violencia.
No obstante, Rangel consideró que hasta ahora las empresas de comunicación han dado muestras suficientes de que persiste su actitud desestabilizadora, por lo que instó a los venezolanos a estar alertas porque “ignorar el fenómeno y no evaluar el daño que le pueden ocasionar al país” sería “suicida, una incalificable demostración de irresponsabilidad”.
“Un medio dedicado a atizar el odio desplegando informaciones falsas alterando la verdad puede derivar en un factor que desencadene una crucial confrontación en la sociedad venezolana”, señaló el periodista, tras recordar el papel que jugaron las empresas de la comunicación para tratar de legitimar el golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y el paro y sabotaje petrolero de 2002-2003.
El comunicador destacó que en esos dos episodios, los medios fueron los catalizadores para que “el país estuviera al borde de una guerra civil y hay motivos suficientes para señalar que esa actitud persiste”.
Indicó que ese comportamiento está alentado por factores en el exterior y propiciado por los dueños de esos medios, en su empeño “de traspasar los límites y sustituir la función que cumplen las organizaciones y políticas de la democracia”.