Recuperar lo subversivo, por José Cornejo
El jueves 17 de mayo la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata invitó a La Paco Urondo a exponer sobre “agencias de noticias en el escenario contemporáneo latinoamericano”.
A modo de introducción, señalé el ejemplo del golpe en Venezuela en 2001 y el silenciamiento cómplice de los medios del capital concentrado. Esto puede verse en el documental La revolución no será televisada. El gobierno venezolano tomó nota y a partir de entonces nace Telesur. Ocurrió en 2010 que la policía ecuatoriana secuestró al presidente Rafael Correa. Justamente, fue Telesur quien denunció primero el putsch provocando el fracaso del golpe de Estado.
Esto demuestra que los regímenes populares de América Latina han comprendido lo fundamental de la batalla mediática. Construir herramientas comunicacionales para aportar una visión opuesta a los medios del capital concentrado.
Sin embargo, desarrollar una comunicación de contra-operaciones adolece de estar detrás de la iniciativa enemiga. La prensa del capital concentrado opera, la prensa de los gobiernos populares responden. Al ir detrás de los medios de los poderosos, se reproduce su agenda y se subcontrata empresarios que a regañadientes defienden los valores del campo popular latinoamericano. En Argentina, un ejemplo es el aventurero Daniel Hadad. Financiado por un gobierno popular, es un detractor de experiencias equivalentes en Venezuela, Bolivia o Ecuador.
¿Se trata de brindar una versión antagónica a los golpes de Estado o de destruir el extendido sentido común que admite como posible el derrocamiento de un gobierno constitucional? Para problematizar ese sentido común latinoamericano, para discutir el sentido común que hace aceptable la pobreza, la inequidad, la desindustrialización y los golpes de Estado hay que llevar la discusión al plano celular de la semiótica: las palabras.
¿Palabras más, palabras menos?
En el homenaje a la derrota del ALCA realizado en Mar del Plata el año pasado, el sociólogo Horacio González reflexionó sobre el origen y la evolución de las palabras, en particular “democracia”.
- Tuvo que viajar mucho esa palabra desde Grecia hasta esta reunión, y del siglo V AC hasta este mediodía. Tenemos que pensar qué significaba democracia en la Atenas de los esclavos y de las mujeres que no eran sujetos de derecho. Y pensar qué significa hoy.
Si no se pueden disputar las palabras, no hay herramienta comunicacional que pueda disputar con los medios del capital concentrado. Si “Patria” o “Malvinas” siguieran capturadas por sectores reaccionarios, estaríamos más lejos de consolidar soberanía. ¿Qué posibilidades reales de recuperar las Islas existen si no pudiéramos formular la demanda?
En este sentido, es sintomático el presente del término “subvertir”. La definición que propone la Real Académica Española, insospechada de progresista, es “trastornar, revolver, destruir, especialmente en lo moral”. Sin embargo, fue la dictadura quien capturó el término e impuso otra definición de “subversivo”. Una de las posibles, según cita el muy moderado Nunca Más: “marxismo-leninismo, apátridas , materialistas y ateos , enemigos de los valores occidentales y cristianos”. Es decir: su país puede ser justo o injusto, pero si se lo quiere modificar, usted deviene un subversivo. Y si usted es un subversivo entonces usted odia a su Patria y todos sus valores.
El país residual de la dictadura fue muy injusto. La democracia posterior, impedida de subvertir ese orden, fue cómplice muda (sin palabras) de esa injusticia. Para los medios del capital concentrado no fue difícil disciplinar a un Pueblo que no tenía palabras para denunciar la injusticia. El sentido común resultante solo tuvo que legitimar la mordaza.
Si los procesos populares del nuevo milenio continúan avanzando van a tener que recuperar las palabras. La gente sin casa usurpa tierras. La usurpación es subversiva. Los presos torturados y obligados a delinquir se amotinan. Son subversivos. La resistencia de los tercerizados, las armas de los campesinos en la frontera sojera , el aborto… hasta cobrarle más impuestos a la patronal agropecuaria es subversivo. Lo único que tienen que hacer los medios del capital concentrado es enunciarlo. Subversivo (apátrida, sin valores) esto, subversivo aquello.
Se piensa en palabras. Se comunica con palabras. Se cambia la realidad con palabras. Vamos por ellas.