CABA: un presupuesto de ajuste en la ciudad de la desigualdad, por Javier Andrade
Por Javier Andrade*
Hoy comenzó a tratarse el presupuesto 2022 enviado por Rodríguez Larreta con una estimación de gastos por más de 964.000 millones de pesos. Un presupuesto que sigue siendo, por lejos, el más alto del país, después del nacional y de la Provincia de Buenos Aires. Pero no por alto deja de ser desigual.
Larreta envía un presupuesto con una estimación de inflación del 33% y un crecimiento de CABA del 4%. Lo cual significa que respecto al 2021, en términos reales, es un presupuesto ajustado, puesto que no supera el estimativo de inflación, ya que los gastos aumentan un 27,9%, por tanto se gastarán 39 mil millones de pesos menos (-3.9%) para inversión social y productiva. Si tomamos los gastos del presupuesto en términos reales desde el 2016 a 2022, el ajuste en la política presupuestaria es constante en el gobierno de Larreta. Los gastos son 27% menores a los presupuestados en el 2015. O sea que, Larreta es aún más ajustador que el mismísimo Macri como Jefe de gobierno.
Las políticas efectivas de un gobierno se ven cuando se analizan las prioridades en la asignación de recursos. En tal sentido, en la ciudad del PRO vemos que las partidas para salud y educación descienden desde que llegaron al gobierno a finales del 2007. Sólo una pandemia pudo hacer que el presupuesto en ambas partidas aumente levemente, sin embargo, jamás alcanzo los niveles previos al macrismo: la importancia de la educación es meramente un slogan electoral.
Sin dudas, el modelo desarrollado por el macrismo fue profundizado con la llegada de Rodríguez Larreta. Y ello se evidencia con la participación de las áreas más sensibles en el total del gasto desde 2016 al 2022. Mientras caen las barras en educación, cultura, salud y desarrollo humano y hábitat, vemos que suben en servicios de deuda pública, gastos en seguridad y en los gastos de Jefatura de Gabinete, donde casualmente se encuentra el área de difusión y propaganda, nave insignia del modelo larretista en la ciudad.
Aquí la pregunta que surge es ¿Quién financia un presupuesto de ajuste? Y la respuesta paradójica de Larreta es: el bolsillo de cada ciudadana y ciudadano. Pues aunque durante la campaña electoral se rasgaron las vestiduras afirmando que deben “bajarse los impuestos“, el presupuesto de Larreta los aumenta fuertemente. Tal vez por ello fue presentado después del domingo, aún sabiendo que la Constitución de la ciudad pone como fecha límite el 30 de septiembre de cada año.
De esta manera, vemos que aumentan el Impuesto Inmobiliario y ABL (38%), Ingresos Brutos y sellos (41%), patentes (40%), la VTV (51%), peajes (45%), estacionamiento (50%) y, por si fuera poco, se mantiene el impuesto creado el año pasado a las tarjetas de crédito (1,2%), gravando el consumo en momentos donde la realidad amerita de políticas que lo reactiven. Y como súmmum, a contramano de las constantes y mediáticas críticas al gobierno nacional, vemos que la coparticipación aumenta un 54,1% respecto el 2021, siendo el segundo recurso más importante de la ciudad superando los 106 mil millones de pesos.
Como coletazo final, Larreta envía junto al presupuesto un endeudamiento de hasta 500 millones de dólares sin precisar ningún destino. Lo que nos hace intuir que no será para fines sociales ni para crédito de PyMEs o comercios incentivando el consumo o para promoción de industrias locales y desarrollos productivos. El modelo de endeudamiento de la ciudad, establecido por el ya tristemente célebre endeudador serial Mauricio Macri, es continuado por Larreta transformándose en el corazón de la gestión macrista en el distrito. No sólo aumentaron el stock de la deuda sino que aumentaron los intereses que se pagan por ella sistemáticamente desde el 2007 a la fecha.
*Vicepresidente del bloque de legisladores porteños del Frente de Todos