Fraude, manipulación y militancia
Por Alberto Nadra (Partido SI, Solidaridad + Igualdad, FPV)
Hay en el Frente para la Victoria (FpV) quienes creen que todo está resuelto y que las elecciones presidenciales de octubre están ganadas.
Los hay quienes anteponen impecables análisis “de clase”, o secundarias, (al menos hoy) cuentas pendientes, para no acompañar la decisión de impulsar a Daniel Scioli/Carlos Zannini en la fórmula presidencial, avalada por más de 8.7 millones de votos.
A mi criterio, ambas posturas ponen en serio riesgo un triunfo del FpV en octubre, y de esa manera comprometen no solo los las conquistas obtenidas, sino la posibilidad de lograr mejores condiciones para poder sostener con fuerza propia su defensa y profundización.
Ambas nos llevan al inmovilismo cuando es tiempo de disputar voto por voto, con argumentos y convicción.
Son sus beneficiarios los adversarios, entre balbuceos y provocaciones, y los enemigos, con certeza y contundencia, quienes trabajan sobre el electorado que se denomina independiente, y el mismo FpV.
Sobre algunos “referentes” del FpV, borrachos de triunfalismo, no necesitan dedicar mucho esfuerzo: simplemente le hacen eco a los que agitan el mito de la invencibilidad del pejotismo, suficiente para mantenerlos quietos. De paso, con el mismo argumento se ahuyentan votantes hartos de tanta soberbia, generalmente asociada a las peores, o aún nefastas, gestiones.
Para los que dudan, o incluso argumentan restarle votos al FpV, cuando la tarea de la hora es enfrentar al neoconservadurismo expreso, los medios opositores tienen diariamente su dosis de estímulo.
Los argumentos pueden ser parcialmente ciertos, o no; ese no es el tema de esta nota. Sí, que el objetivo es profundizar las dudas, desmovilizar.
Se puede decir, por ejemplo, que Scioli se entrevista con tal o cual personaje; que en su entorno figuran otros de dudosos antecedentes liberales; que su definiciones son insatisfactorias para el “kirchnerismo duro”; que poco a poco va “desplazando a La Cámpora”, que el PJ tradicional y sus gobernadores, se han convertido en sus voceros…
Hacia el electorado “independiente” la batería es más amplia y constante. Pionera fueron “la valija” de dólares de un renegado venezolano, y la – ya clásica—y “cada vez más complicada situación de Boudou”, luego la nunca probada “ruta del dinero K”, el “asesinato” de Nisman, y otra casusa sin destino, Hotesur, mientras callan que tenemos al primer candidato a presidente de la historia que compite procesado por la Justicia: coimas, sobreprecios, contrabando, asociación ilícita, escuchas ilegales. Mentira e impunidad absoluta.
En estos días cargan contra la intachable fiscal Cristina Caamaño, a quien acusan del absurdo de “espiar opositores” mediante su “manejo de las escuchas telefónicas”. Ninguna escucha puede aprobar la funcionaria sin una orden judicial, emitida por el juez competente, y con los fundamentos correspondientes. ¿Eso dice la ley? No importa, denunciemos, ensuciemos, y luego lloremos por la “grieta” que desune a quienes jamás estuvieron unidos.
En este cuadro, ¿cuáles son las principales líneas de acción para desgastar al Gobierno y el FpV durante septiembre, mientras preparan nuevas piezas de artillería para lanzar sobre el electorado durante recta final de octubre?
En forma esquemática, pues cada ítem agrupa variedad de “información” para instalar, actualizado y reforzando su objetivo, podemos citar:
a) Convertir en tendencia que pueda mantenerse hasta octubre el daño que provocó/a la fuerte campaña el tratamiento distorsionado de las inundaciones bonaerenses, que pueden repetirse; y la irresponsable y peligrosa denuncia de fraude en Tucumán, mientras se prepara un escenario similar para el 20 de septiembre en el Chaco (últimas, e influyentes, elecciones a gobernador antes de las presidenciales), pese a que el triunfo del FpV en las PASO fue abrumador, con casi el 60% de los votos emitidos.
b) Denigrar todos los espacios de racionalidad ofrecidos por el Frente para tratar mejoras y modificaciones al sistema de electoral, presentándolos como “trabas” para la expresión de las minorías, y una vía libre para el “fraude”, que al parecer solo se produciría, ahora, por primera vez en 30 años de democracia, y 12 de gobierno de Néstor y Cristina. No importa si es malintencionado y ridículo, que se agitan reclamos de imposible implementación en menos de dos meses, ni que son temas de tremenda seriedad que pueden comprometer, aquí si, la transparencia de los comicios, tomadas a las apuradas. Tampoco que la más económica implique un costo de unos 500 millones de dólares, ni que algunas de las “propuestas” ya han sido ensayadas y abandonadas en los principales países del mundo: el voto electrónico, por ejemplo, fue declarado inconstitucional en Alemania. ESTO ES PARTE DEL VERDADERO FRAUDE, de la gran mentira y manipulación de la ciudadanía.
c) Ningunear a Scioli (“chirolita” de Cristina, “prisionero” de Zannini, “rehén” de La Cámpora) o, la inversa, posicionarlo como fino estratega (candidato de las corporaciones y la devaluación, con la inteligencia y firmeza necesarias para maniatar a Zannini y anular y desplazar, a la organización juvenil que expresa más fielmente las posiciones de CFK).
d) En la determinante provincia de Buenos Aires, la táctica es acumular por la vía de restar importancia al peso de Scioli, como cualquier presidencial, que necesariamente arrastrará las categorías inferiores, sobre todo a Gobernador. Apuestan a la creación de una nueva “esperanza blanca”, que sirva para arañar el pase a la segunda vuelta. Por eso nos venden todos los días la “sorpresa” y el “impactante crecimiento” de María Eugenia Vidal. En realidad, el “huracán Vidal”, PASÒ sin consecuencias en agosto. Es más, quedó 115 mil votos por debajo de Mauricio Macri. No hay que subestimar ninguna acción, pero suponer que los votantes del FpV cortarán boleta para no votar Aníbal Fernández para gobernador, y encima votarán por la candidata del PRO es directamente absurdo, aunque es lo que están “vendiendo”, sin decirlo, claro, recientes encuestas por encargo.
Este complejo cuadro, esquemáticamente presentado, muestra a los ideólogos de la restauración conservadora con un objetivo claro. Insistimos: inmovilizar y desmoralizar a la militancia y al pueblo que el 25 de octubre quiere consolidar el actual rumbo.
Por eso conquistar la alegría del triunfo requiere de la previa alegría y convicción en la militancia. Alegría consciente, sin ingenuidades, que también implica acumular fuerzas para los nuevos tiempos.
Como decía don Arturo Jauretche, con la convicción de que “Los pueblos deprimidos no vencen/ Por eso venimos a combatir por el país alegremente/ Nada grande se puede hacer con la tristeza”.