Indio Solari: "El 1% más rico del planeta acumula más del 87% de la riqueza"
Por Indio Solari
El grado de locura corriente desde el comienzo del siglo nos está llevando a abandonar las maneras de nuestro país y lo está destruyendo.
La brutalidad demencial que recorren varias capitales del mundo es de una magnitud que difícilmente nos permita continuar sostenido por la pequeña porción de extra genética de conocimiento que descansa en bibliotecas y archivos digitales, bah!... (la cultura inabarcable).
Es otra pandemia la que está recorriendo por derecha el mundo todo, con algunas pocas excepciones. Esto que está sucediendo en medio de la peste me hace recordar a el, pretendidamente inocente, video “El Puticlub”. En él, un grupo de bebedores entrenados se trenzan en una refriega y casi al final de la acción, los pendencieros son sepultados con material Coreano por un navío volador, es decir por un ejemplar de armas de dominio. Sabemos de su existencia pero no su potencial destructor y así también que aquellos grupos poderosos tiene voluntad de usarlos y borrar definitivamente a sus opositores en campo de dominio.
¿Por qué no? ¡Ya las han usado!
Por otra parte, todas las comunidades del mundo se están mirando el ombligo en la creencia de, que los que los medios olvidan ya fue solucionado. Que mágicamente se cerró el agujero de Ozono, que la catastrófica quemazón de la mayor parte del Amazonas movió la aguja muy poco en los medios en razón de su falta de gravedad.
Que los experimentos y prácticas de Lawrence Livermore son bienhechoras para la humanidad cuando es el Laboratrio que actúa en la investigación para armas bacteriológicas letales.
Recuerdo cuando apenas comenzada el HIV, durante un largo rato, la noticia nos hablaba del posible origen, que era un emergente de la cópula entre un aborigen y un ejemplar de mono verde.
Algo que quizás debiera ser observado es el trabajo que se está llevando a cabo en Ginebra, donde intentan replicar el Big Bang, el choque de núcleos lanzados a velocidad cercana a la de la Luz, puede (de fallar su custodia) hacer que nuestro cascote y varios del sistema, en el mejor de los casos, vayan a parar a una increíble y desconocida dimensión o la tan temida nada.
Todas las tecnologías traen con ellas sus tragedias, alguna vez los protocolos se cumplan a desgano y sucede Chernobil y esa no es la tragedia de los trenes ni del pararrayos.
Las enervantes diferencias entre las clases dominantes y el suelo de la angustia de la pobreza no pueden significar ni explicarse solamente como un “resultado histórico-filosófico-religioso” porque en ellas confluyen muchísimas variables de mucha complejidad y esto las hace inabarcables.
Algo más se suma a la peligrosa ecuación. La Justicia juega como una venganza civilizada. Siempre actúa favorablemente al grupo social que durante la confección de las leyes fuerzan a privilegiar a sus bucaneros amigos. Todo esto no se ha podido evitar y así las fortunas tiránicas tienen acceso a los bienes desde lugares privilegiados. De ésta manera amplían su poder económico siempre a costo del resto de la sociedad. Esto permite que el 1% más rico del planeta, acumule más del 87% de la riqueza.
Así las cosas, se hace muy difícil ser pobre y no sentir envidia y rabia.
Además lo establecido sigue poniendo trabas a lo novedoso y eso siempre daña el futuro.