Macri y el desprecio por los que menos tienen
Por Martín Massad
Desde que Mauricio Macri asumió la presidencia en diciembre de 2015 todas las medidas que ha tomado fueron a favor de los ricos y en detrimento de los más necesitados. A la quita de retenciones a los productores de soja que exportan el commodity sin pagar tributo al igual que las empresas mineras que explotan nuestro suelo sin dejar un centavo se opone la quita de remedios gratuitos para los ancianos por parte del PAMI. A la baja de impuestos a los autos de alta gama se opone una suba sustancial de los servicios que no discrimina hogares ricos de pobres.
Las pruebas de los recortes presupuestarios y los aumentos de los servicios están a la vista de cualquiera que quiera ver. La inflación es evidente y se hace todavía más sensible cuando se trata de la canasta alimentaria. Muchos chicos han bajado el consumo o directamente dejaron de consumir leche. Cada vez son más frecuentes las comidas comunitarias en las calles de la ciudad de Buenos Aires y en el resto del país.
El cierre de muchas pymes y comercios que no pueden jaquear los costos diarios para mantener sus puertas abiertas y sus negocios funcionando es la consecuencia de una política que prefiere la especulación financiera a la productividad. Es la política que tiene como eje un país agroexportador y de servicios financieros que deja afuera a los trabajadores e incluye y premia a los ciclistas que pedalean en Lebacs y dólares blanqueados de dudosa procedencia.
A todo esto nos tiene acostumbrados el “mejor equipo de los últimos cincuenta años”. Pero acostumbrarse a los malo no es bueno por eso el gobierno cada día hace algo peor. En estos días los damnificados por las políticas del macrismo fueron los discapacitados. Ciento setenta mil personas dejaron de cobrar sus pensiones sin siquiera estudiar cada caso y exponiendo aberraciones como la de Guillermo Bandino, funcionario del ministerio de desarrollo quien afirmó: “una persona con Síndrome de Down no es sujeto de derecho de esta pensión”. Además agregó que “los apoyo en buscar trabajo” en un país con cada vez más mano de obra desocupada.
Si hay algo que ha caracterizado al gobierno neoliberal de Macri es su capacidad de blandir excusas ante cualquier intento de desaprobación de sus medidas. Entonces entra en acción la frase “mala mía” o “te la debo” cuando de no saber se trata. Así la ministra Stanley se “comprometió a releer la quita de pensiones” después que la diputada socialista Gabriela Troiano la interrogara sobre el asunto. Una muestra más del recorto y después tal vez enmiendo.
Algo más que buenos amigos.
Los medios de comunicación oficialistas que son la mayoría de los medios comerciales se ocupan de re afirmar el discurso dominante. Las notas publicadas resultan desopilantes al extremo de dudar si de periodismo se trata.
La última cruzada es del diario La Nación con una nota que cuenta la vida de Mariana Páez, de 48 años, quien tiene Síndrome de Down. Los argumentos que expone el matutino son de un tratamiento asombroso cuando pone en igualdad de condiciones a todas las personas discapacitadas. Como si todas las patologías fueran iguales y las condiciones socio económicas respondieran al patrón de la historia de vida de Mariana.
Nadie puede desacreditar a una persona que a pesar de alguna dificultad pueda realizar una vida “normal”. Trabajar, tener vida social, cuidar de su casa, etc, pero las condiciones no son dadas para todos iguales. La incapacidad de ponerse en el lugar del otro es una de las mayores incapacidades que ilustran al gobierno que todos los días demuestra más su desprecio por los que menos tiene.