YPF y el rol del Estado, por Hernán Palermo
Por Hernán Palermo I Pero estos intentos de desprestigiar al Estado no eran nuevos en Argentina. Por el contrario, se remontaban ya desde 1907, momento en el que se descubre el primer pozo de petróleo. En aquella época los agoreros del establishment decían que se descubrió petróleo de casualidad, que en verdad estaban buscando agua. Y el mito quedó consolidado: “estaban buscando agua y encontraron petróleo”. Se confirma así la ineficiencia del Estado en un hecho casi burlesco. Sin embargo, a pesar de los relatos que designan a este descubrimiento como un hecho casual, el descubrimiento del petróleo en Argentina remite a una tarea científico-técnica dirigida por el ingeniero Hermitte, con el objetivo de realizar las primeras exploraciones de petróleo
En las privatizaciones, la ineficiencia y el carácter deficitario de las empresas fueron elementos centrales en la construcción del consenso. De nuevo los agoreros establishment vociferaban que el Estado era ineficiente y deficitario. Entre tanto, el capital privado se lo asociaba a la competencia, la eficiencia y la rentabilidad. Entre los agoreros del establishment estaba el Ingeniero José Estensoro, interventor de YPF durante los años 1990 y 1995. Estenssoro era un reconocido empresario privado del sector petrolero, con claras ideas liberales y una formación académica adquirida en los Estados Unidos. El proyecto del IngenieroEstenssoro se concreta con la implementación del Plan de Transformación Global. Este plan impuesto por decreto (2.778/90) dio el inicio para la enajenación de las acciones de YPF y abrió las puertas al desembarco del capital privado. Asimismo, el “Plan de Transformación Global” terminaba por asestar el último golpe al modelo de petrolera del Estado, habilitando una nueva forma de explotación del petróleo regido por las reglas del derecho privado. La implementación del “Plan de Transformación Global” realizó una sistematización de aquellas áreas que eran estratégicas. Si un área era estratégica y rentable quedaba en propiedad de YPF Sociedad Anónima. En cambio, si un área era clasificada como estratégica pero no rentable, se decidía la asociación o venta. Si en todo caso, el área no era rentable, ni estratégica, se resolvía su venta o cierre. En este sentido el Laboratorio de Florencio Varela de YPF, dedicado a la investigación y el más moderno en su época quedaba cerrado.
Asimismo, de 1990 a 1994, durante la gestión de Estenssoro se despidieron compulsivamente casi 36.000 trabajadores. El grueso de trabajadores despedidos fue entre 1991 y 1992, con cerca de 25 mil despidos. Estos despidos fueron a través de estrategias que buscaron desmoralizar, fracturar los espíritus de los trabajadores, presionando para firmar los llamados despidos voluntarios, que en palabras de los propios trabajadores significaron “despidos en cubierto y obligatorios”.
En 1999 aparece Repsol, concretando la adquisición del 83.24% de las acciones de YPF SA. De esta manera logra posicionarse en la empresa con mayor concentración económica en el sector petrolero y propietario de las mayores reservas probadas de petróleo en Argentina.
La pregunta que cabe hacernos, es: a veinte años de la privatización de YPF, ¿donde quedaron los cantos de sirena acerca de la eficiencia del capital privado? El resultado de la privatización de YPF es la reducción drástica del horizonte de reservas comprobadas; la Argentina se vio obligada a importar petróleo; en el plano laboral los trabajadores de YPF tuvieron un retroceso profundo en derechos históricamente adquiridos que se refleja en cada uno de los convenios colectivos negociados desde 1990 a la actualidad; y en aquellas regiones donde se desarrollo YPF estatal, la privatización relegó a esos territorios a un proceso de degradación y erosión al punto de la desaparición.
Este paso dado por la presidenta Cristina Kirchner significa un proceso de restitución histórica en varios sentidos. En primer lugar, por que vuelve al control del Estado un recurso estratégico como el petróleo; y en segundo, sitúa a la Argentina en sintonía con un contexto Latinoamericano en el que todos los países productores de petróleo tienen su empresa estatal. Ahora bien, se debe seguir en este camino de restitución histórica, devolviendo a los trabajadores de YPF los derechos perdidos y recuperando el rol social que históricamente tuvo la empresa.
Hernán M. Palermo, es Investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del CONICET. Docente en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional Arturo Jauretche.