Chile ante una opción histórica para reformar su Constitución
Por Carlos Iaquinandi Castro (*)
El Pueblo chileno concurrirá este domingo 25 a las urnas para la votación más importante de sus últimas tres décadas de historia.
En esos años transcurridos desde la caída de la dictadura de Augusto Pinochet, tendrá la posibilidad de hacer una modificación profunda de la Constitución heredada.
El Pueblo movilizado
Esta convocatoria no fue originada en el Parlamento, sino por el estallido social de octubre del año pasado, cuando miles de jóvenes ocuparon las calles inicialmente por una abusiva subida del metro.
La brutal represión disparó en pocos días el número y los objetivos de los manifestantes hasta alcanzar cientos de miles en la capital y extendiéndose luego por todo el país. Ocuparon durante meses calles y plazas, mientras la represión dejaba decenas de muertos, cientos de heridos y miles de detenidos.
Fue la presión popular en la calle la que determinó que finalmente el Parlamento, con mayoría gubernamental, llegara a un acuerdo de acceder al principal reclamo de los manifestantes: una nueva Constitución diseñada y aprobada por el Pueblo.
De lograrse, podrían derogarse aspectos lesivos para los ciudadanos y desarrollar artículos con garantías sociales, eliminar las políticas neoliberales y asegurar la justa distribución de la riqueza, potenciar la salud y la sanidad públicas, un sistema público de pensiones y otras reivindicaciones que fueron expresadas en marchas, asambleas y reuniones barriales desde octubre pasado.
Qué se vota
Se votará “Apruebo” o “Rechazo”, o la abstención. Por lo que indican las encuestas, se da por descontado que ganará la aceptación de reforma.
Pero también se votará, que si en ese caso habrá una comisión mixta integrada 50% representantes de partidos políticos y el otro 50 de elección directa, o bien la otra opción: la totalidad de los convencionales serán elegidos de forma directa. O sea, se elegirán ciudadanos propuestos por la gente, sean o no políticos profesionales.
Esta última opción es la defendida por los impulsores de las manifestaciones, que se consideran un movimiento colectivo: tiene líderes naturales, pero no una dirección concreta.
Haciendo historia
Haber logrado este referéndum desde la movilización popular es, en sí, un hecho histórico. Lo será más si el pueblo lo aprueba. Y lo que significará un cambio radical será que el Pueblo decida que quiere elegir sus convencionales entre la gente, y no solo entre políticos.
De hecho, ya constituye un acontecimiento que tendrá repercusión en toda América Latina, ya impactada por el resultado de las elecciones celebradas el domingo pasado en Bolivia, con el regreso al gobierno del Movimiento al Socialismo, desplazado hace un año por un golpe cívico-militar.
(*) Por el Servicio de Prensa Alternativo (Serpal)
Foto: Telesur.