“El golpe de Estado en Bolivia fue facineroso y cívico policial”
Por Santiago Asorey
El director de la Señal Medios, Gabriel Fernández, dialogó con AGENCIA PACO URONDO y analizó el golpe de Estado a Evo Morales en Bolivia. Además, el comunicador popular relfexionó sobre las implicancias del golpe en la región, el rol de Estados Unidos, el futuro de la Argentina y el análisis en torno a la forma en que se insrumentó el golpe el Bolivia.
APU: ¿Qué características tuvo este golpe de estado en Bolivia?
GF: El golpe de Estado en Bolivia tuvo rasgos sorpresivos y diferenciados. Nos tenemos que atener a la denuncia de Evo Morales en su video de dimisión. Dijo lo que pensaba con la información que tenía. Podemos calificar el golpe de Estado, a raíz de la denuncia de Evo Morales, como facineroso cívico policial. Lo cual llama la atención profundamente. Veníamos de una elección, más allá del conteo de los votos, donde la masa de votos a favor de Evo Morales persiste. En ningún caso menor al 45 %. Superior al resto de las fuerzas políticas. Venimos de más de una década de Gobierno del Movimiento al Socialismo, es decir control del Estado de los resortes de las fuerzas de seguridad. Hace un año Evo se sintió lo suficientemente fuerte en el ámbito castrense como para convocar a la realización de las fuerzas armadas antiimperialistas. Hubo desfiles, uniformes, grados militares, cuadros y escuelas de formación constituidos. Es decir no hace tanto Evo parecía tener el control de las fuerzas armadas.
En la elección el sector nacional y popular boliviano volvió a tener el respaldo de la población y sin embargo en los comicios se dio una situación curiosa. Nos enteramos que los conteos estaban en manos de una empresa privada. Entendimos y cuestionamos al macrismo por poner al Smarmatic, pero no entendemos porque los conteos estaban en manos de una empresa privada en Bolivia.
APU: La empresa operó en contra del Gobierno…
GF: Esta empresa Vía Ciencia le generó un verdadero problema porque pese a que Evo había ganado por el 10 %, dijo que la diferencia no excedía el 6%. Allí se inició el debate en relación a la segunda vuelta electoral. Los sectores opositores se fueron agrandando en términos de difusión y con un grado de violencia creciente y lograron su objetivo ayer. No es fácil comprender el conjunto del proceso, pero no parece ser un golpe de Estado tradicional porque Evo no exigió que las fuerzas cívicas militares de carácter facineroso y fascista depongan la actitud y sostuvo que para garantizar la seguridad interna debía renunciar.
Obviamente, esto no es implica responsabilizar a Evo por la situación. A nuestro entender el Gobierno de Evo Morales fue el mejor el Gobierno de la historia de Bolivia. Lo que señalamos es que el golpe ha sido una sucesión de hechos verdaderamente complicados e inusuales.
Allí se observa una diferencia con el proceso político venezolano que también viene sufriendo una serie de ataques civicomilitares muy violentos con respaldo externo y allí el presidente Nicolás Maduro decidió ponerse al hombro la seguridad del Estado y no renunciar para garantizar la paz interior, sino garantizarla a través de las herramientas policiales y populares con las que cuenta.
Existió un golpe de Estado en Bolivia, hay que ratificar esto y no hay duda de esto. No vamos a salir a cuestionar a Evo Morales en su acción gubernamental. Pero si necesitamos plantear interrogantes para aprender sobre lo sucedido.
APU: ¿Lo dice pensando de cara al escenario argentino con el nuevo gobierno?
GB: Así es. Vote al Frente de Todos, y quiero que ese Gobierno cuando le toque batallar contra la oligarquía se ponga firme y no resigne su poder en aras de la pacificación.
APU: ¿Qué escenario abre para la región el golpe en Bolivia?
GF: Bolivia era una bandera. Era el proceso más extenso. El que más profundidad parecía haber alcanzado y tenía los mejores índices económicos y sociales. Por lo tanto era una referencia para la región. Además, Evo Morales mostró una inteligencia que le permitió una serie de acuerdos muy importantes con muchas naciones del mundo.
Uno de ellos fue el acuerdo con China por el litio. También los vínculos fueron muy positivos con la Argentina nacional y popular y se presumía que iban a ser muy sólidos con el Frente de Todos. Por lo tanto, es un problema para el continente. Sin embargo, la presencia de un Gobierno nacional y popular en la Argentina desnivela todas las variables. Eso también explica el apuro de arremeter contra Venezuela y Bolivia.
La idea es que no arriben al 2020 con Gobiernos que se puedan entrelazar con el proyecto industrial e integrador argentino. Argentina cuando se mueve conmociona a todo el continente. La caída de Evo Morales es muy importante, sin embargo creo que a mediados del año que viene vamos a tener un horizonte más auspicioso para la región.
APU: ¿Qué evaluación se realiza sobre la gestión económica de Evo Morales durante sus mandatos?
GF: La gestión económica del MAS es su punto más fuerte. El desarrollo económico a tasas chinas es envidiable aun para aquellos que siguen un perfil conceptual semejante. Ha logrado desde el puntapié inicial protagonizado por el ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada la recuperación de su riqueza natural que era lo esencial. Bolivia comprendió que si no se hacía dueño de los hidrocarburos, cada vez que los explotaba se empobrecía un poco más. Lo único que se hacía era beneficiar a las corporaciones trasnacionales. Además, en los últimos tiempos se venía diversificando a la producción de elementos con valor agregado. La presentación del auto realizado íntegramente en Bolivia es un ejemplo de desarrollo.
APU: ¿Vislumbra un escenario de intervención intensa de las embajada de Estados Unidos en Bolivia?
GF: Aquí tenemos una dificultad. Nosotros nos negamos a las frases hechas. Las aseveraciones hay que probarlas. Así como es ostensible la presencia de Estados Unidos y la OTAN en detrimento del Gobierno bolivariano en Venezuela, no lo es en Bolivia. No digo que no lo sea. Parto de la denuncia de Evo Morales que señaló como responsables del golpe a los dos dirigentes más nombrados en estas horas. Que parecen haber adquirido un poder sorprendente. Lograron movilizar franjas cívicas, a la policía e inmovilizaron a las fuerzas armadas. Camacho y Mesa fueron puestos por el discurso presidencial como los dos responsables centrales. No hubo menciones a la situación internacional que no sea la polémica con la OEA que se venía desplazándose hace rato.
El Gobierno de Evo ratificó que decía la verdad sobre el triunfo en primera vuelta mientras que la OEA objetó el triunfo. Pero no hizo ninguna mención a Estados Unidos. Y nos tenemos que atener a lo que dijo Evo. Sin embargo, yo creo y supongo que algunos sectores norteamericanos han operado financieramente para promover el golpe de Estado, pero como tengo un gran respeto a la inteligencia de Evo quiero escuchar lo que él dice más allá de las declaraciones genéricas que se han realizado. Evo responsabilizó a Camacho y a Mesa.
Como en octubre de 2003, Carlos de Mesa, el golpista cómplice del prófugo Gonzalo Sánchez de Lozada, inaugura su golpe de Estado con represión para causar muertos y heridos en La Paz y El Alto. La comunidad internacional es testigo de este atentado contra la vida y la CPE
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 11 de noviembre de 2019