Juan Marino: “Hay una esperanza con Cristina y con la militancia rompiendo la proscripción”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11 a 13 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Juan Marino, diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, a raíz del plenario impulsado por el kirchnerismo en Villa Dominico el pasado 11 de marzo. La proscripción sobre Cristina, las diferencias con el gobierno de Alberto Fernández y el análisis de la región.
Agencia Paco Urondo: Mucha gente lo identifica con la izquierda pero está dentro del Frente de Todos (FDT). ¿Es una contradicción?
Juan Marino: No, de hecho es más la izquierda que está dentro del FDT que la que está fuera. Si lo medís en términos de cantidad de diputados y diputadas, están Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva, de la CCC, los tres compañeros del Frente Patria Grande, estoy yo. Incluso en relación a organizaciones sociales se podrían sumar Natalia Souto y Leo Grosso. También se da en términos de militancia y movilización nacional.
APU: ¿Y si se reduce al trotskismo?
JM: No, desde el punto de vista tendencial el Partido Piquetero viene creciendo y el Frente de Izquierda está en crisis. Nosotros tenemos muchos vínculos con organizaciones a nivel internacional. Fui a Perú y me reuní con compañeros de Izquierda Socialista. Tenemos relación con el Partido de la Causa Operaria (Obrera) en Brasil. Son relaciones que establecemos porque entendemos la necesidad de formar una internacional revolucionaria.
APU: ¿Cuál es la situación en Perú?
JM: Nos encontramos con las consecuencias de una masacre. Como parte de la Misión de Derechos Humanos viajé hasta Juliaca, al sur. En una importante movilización que hubo mataron a 18 personas con balas de plomo. Entrevistamos a 15 de las 18 familias de las víctimas, que nos relataron todo lo que pasó. Algunos fueron asesinados mientras los tenían al lado. Nos mostramos todas las necropsias y decían que eran todas balas de plomo tiradas por la Policía Nacional de Perú.
APU: ¿La vicepresidenta tiene tanto poder o son otros sectores los que están gobernando Perú?
JM: Gobiernan las fuerzas armadas y la policía, de facto. Dina Boluarte es la cara de ese régimen militar-policial que establecieron a partir del golpe de Estado con el apoyo del fujimorismo y de Validimiro Montesinos, que son los dos sectores que operan en conjunto para ponerlo en pie y hacerse de los recursos naturales. Este año empezaban a vencer los contratos-ley que armó Alberto Fujimori en 1993 por treinta años de explotación y Pedro Castillo había dicho que lo iba a discutir. Ahí decidieron voltearlo y establecer este régimen para garantizarse dichos recursos. Es un régimen golpista de represión constante con una cantidad de muertes, según distintas cifras ya que no hay fidedignas, que alcanzan a contabilizar 75 personas asesinadas.
APU: ¿Qué escenario imagina en relación a los gobiernos venideros de la región? ¿Se terminó esa ola progresista de inicios de siglo?
JM: Hay una disputa. Por un lado, resultados electorales muy promisorios, como Gustavo Petro en Colombia, histórico por ser de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, que además toma decisiones soberanas como la nacionalización del litio, el triunfo del MAS en Bolivia es heroico por haber luchado un año contra el golpe y derrotarlo también electoralmente para restablecer la democracia con un gobierno de izquierda que demuestra resultados a nivel regional. Para mostrar la viabilidad de la izquierda Bolivia es un ejemplo clarísimo.
Por otro, Bolsonaro sacó el 49 por ciento en el ballotage en Brasil, que después hubo una toma de los tres poderes, el golpe de Estado en Perú, una derecha con peso electoral en Argentina, con uno de sectores de ultra derecha también experimentando un desarrollo, como es Javier Milei. Hay una disputa y, por lo tanto, la militancia popular a nivel latinoamericana se tiene que reunir y discutir para encararla en conjunto, caracterizarla y que el riesgo existe y eso lo tenemos que frenar.
APU: Con respecto al plenario del sábado pasado, ¿la proscripción sobre Cristina tiene que ver con esta disputa?
JM: Uno de los valores que hay que destacar del plenario es el documento, la base de la discusión en las quince comisiones de militantes, que partía de caracterizar a quien tenemos en frente y contra qué tenemos en frente. Partidos reaccionarios coordinados con la mafia mediática y judicial que vienen a imponer una brutal revancha de clase para defender interés económicos concentrados de la mano del FMI.
Esa caracterización es importante porque quieren, después de muchos años, finalmente destruir conquistas que se lograron con años y años de lucha del movimiento obrero y popular. Lo dicen abiertamente. Quieren reforma laboral, previsional, tributaria regresiva, recortar políticas sociales. Vienen a imponer una ofensiva en toda la línea.
APU: ¿Lo dicen porque están empoderados?
JM: Se sienten así. Cuentan con una impunidad que les garantiza esta mafia mediática y judicial a partir de la cual consideran que tienen la elección ganada y que, con ese blindaje, van a llevar adelante sus objetivos. Consideran que pueden colocar a Cristina fuera del juego electoral de manera muy sencilla, que pueden hacer lo que quieran y después no pagan ningún costo en materia judicial.
De hecho a Mauricio Macri lo absolvieron de todas las causas y la que es por el endeudamiento criminal con el Fondo Monetario Internacional no avanzó. Espió a los familiares del ARA San Juan y lo absolvieron. Se sienten impunes, por eso la importante de que la militancia se reúna y diga “de eso lado tenemos eso, ¿cómo confrontamos? ¿Con qué contamos para ello?”
APU: ¿Con qué contamos?
JM: En primer lugar, con Cristina. La militancia que se reunió en Avellaneda tuvo el valor de reconocer que el movimiento nacional que existe en Argentina, que se expresa a través de sus sindicatos y organizaciones sociales, piqueteras, de derechos humanos, de jubilados y jubiladas, de medios de comunicación de base, de todo tipo de organización popular, tiene su liderazgo, una referencia, una conducción y hoy es Cristina.
Es en quien depositan toda su expectativa, apoyo y confianza todos estos sectores mayoritarios del movimiento nacional contra la derecha. Por eso Cristina 2023, por eso romper la proscripción. Por eso si queremos derrotar a la derecha tiene que ser con Cristina y para eso hay que romper la proscripción. Eso implica que, judicialmente, quede claro que es inocente y la absuelvan para terminar con esta farsa que es la “causa vialidad”, pero también significa que políticamente todos los que estamos en frente al bando de la derecha reconozcamos su liderazgo y conducción.
APU: A nivel provincia de Buenos Aires el poder político estaba en su conjunto.
JM: Coincido, y por eso creo que hay una oportunidad importante para lograr ese objetivo que es que, a partir de este sábado, empecemos a hacer las mesas “Cristina 2023” en distritos y por sectores y los plenarios en las provincias. Ya se está discutiendo en algunas. Hay posibilidades de romper la proscripción en ese sentido. Cristina misma dijo que no era candidata porque no quiere ser un peso para su fuerza política en la campaña electoral. Si toda su fuerza le dice que no es ningún peso y que es con ella, que es al revés, que es la esperanza, cambian un poco las condiciones.
APU: En Perú y en el bolsonarismo hay un fuerte componente policial-militar. ¿En Argentina se ve o no?
JM: No, me parece que tiene que ver con una lucha extraordinaria que dimos en Argentina para la caída de la dictadura y posterior a la misma, donde las fuerzas armadas dejaron de tener un peso en la política interna del país. Estuve hace poco en uno de los congresos de la Confederación Nacional de Veteranos de Malvinas, por eso presentamos tres proyectos de ley para consagrar derechos para los mismos, entre ellos la restitución de la doble jubilación, que era una conquista y un resarcimiento, vetada por Macri.
El congreso se hizo en la Cámara de Diputados de la Nación y vino el jefe del estado mayor conjunto de las fuerzas armadas. Tenía una orientación clara en relación a defender la soberanía nacional y ordenar la política militar en torno a tal objetivo, rechazando su injerencia en política interna y en materia de seguridad interior. Ahí se logró una conquista muy importante, que se verifica en la política que expresa hoy la conducción de la fuerza.
APU: El sujeto de transformación que estamos discutiendo es el de la militancia y no el de la clase trabajadora. ¿Por qué se define de esa manera?
JM: Era necesario para la militancia tener un espacio de discusión y reunión, o veníamos planteando hace bastante tiempo. Que la militancia sea protagonista en el sentido de pensar también cómo se construye un liderazgo, un movimiento. Es con la militancia al frente y con un diálogo directo con la misma y con el pueblo discutiendo en conjunto los problemas.
Es, de alguna manera, poner en valor la militancia contra otro tipo de métodos de construcción, como las candidaturas autoproclamadas improvisadas o las operaciones en off. Se construye con militancia, yendo al barrio, al trabajo, a los lugares de estudio. Hay que militar para enfrentar a la derecha. Ese fue el valor del plenario. No destacar a un sector social en particular sino que, vengamos de dónde vengamos, si somos militantes nos juntamos.
APU: Te tocó coordinar una de las comisiones. ¿Qué escuchaste?
JM: Todas las comisiones llenas, participando a pleno. Eran quince comisiones. Se discutieron muchas cosas. Nosotros presentamos un documento, hicimos un informe de apertura con el mismo y después los compañeros y compañeras hicieron sus intervenciones. La mayoría coincidía en la necesidad de que salgamos a luchar para romper la proscripción. Había muchas ganas de continuar con la dinámica de los plenarios, mucha expectativa con la movilización del 24 de marzo.
Mucho entusiasmo de la militancia y también una crítica de por qué no se había hecho antes. Sobre esa base el compromiso de que ahora ya lo hicimos entonces hay que seguir. Después muchos planteaban que dejemos en claro cuáles han sido las diferencias incluso con nuestro propio gobierno y con Alberto Fernández en particular. Dejar en claro que proponemos algo distinto a lo del FMI.
Alberto y, en su momento, Martín Guzmán nos dijeron en su momento que con el acuerdo iba a haber crecimiento, estabilidad y una mejora en las condiciones generales del país. Fue todo lo contrario. Fracasó, hay que rediscutirlo, pero además el acuerdo nos llevó a una crisis muy fuerte, con el adicional de la renuncia del ministro en medio de un discurso de Cristina y desatando una corrida con la cual podría haber caído el gobierno. Eso es producto, en gran parte, del acuerdo con el Fondo y hay que dejarlo en claro. Muchos dijimos que no coincidíamos.
APU: ¿Qué otros consensos hubo?
JM: También la discusión en torno a la necesidad de un aumento de suma fija para los salarios de los trabajadores registrados. A fines de abril del año pasado algunos gremios –el Frente Sindical por el Modelo Nacional, la Corriente Federal y ambas CTA- ya lo habían dejado en claro. Significa que, además de la paritaria, el gobierno establece un monto para que el salario aumente. Con los datos de la Canasta Básica Alimentaria y con un salario promedio, en ese entonces se podían comprar dos canastas y media. Pasó lo que pasó, en febrero perdimos media canasta y no hubo ningún aumento.
Alberto decía que con la paritaria solamente se iba recuperar pero no. Se perdió y mucho el poder adquisitivo. Nosotros estamos construyendo algo distinto a lo que fueron estos años. Luego se abre toda una serie de discusiones en torno al debate programático que hay que tener acerca de cómo sacar al país de la crisis en la que está. Hay un punto de quiebre muy grande en las caracterizaciones sobre Argentina, como parte de un análisis internacional.
Dentro de nuestro propio gobierno uno puede ubicar a Guzmán como el principal ideólogo como la tesis contraria a la nuestra. Hablaba de FMI bueno, que en 2021 terminaba la pandemia y se iniciaba un ciclo de crecimiento que iba a derramar automáticamente sobre los sectores más postergados. En contra, quienes caracterizamos que estamos en un contexto de crisis internacional muy grande y grave.
APU: ¿Cómo definirías ese contexto?
JM: El capitalismo está en una situación crítica, no hay un contexto que augure que por su propio desarrollo vamos a estar en mejores condiciones, con crisis bancaria y además tenes la guerra, con cada vez episodios más graves en una clara escalada. Si lo combinas con la crisis climática, que en nuestro país está generando una sequía tremenda, hay diagnósticos muy distintos.
Si reconoces que estamos en una crisis, se lo decís a tu pueblo y no le mentís. Es muy grave que no tomes políticas para que tu pueblo esté mejor pero más es tomarle el pelo. Reconocer la crisis y a partir de ahí discutir qué medidas hay que tomar con todos los recursos que nosotros tenemos que podrían ayudarnos a llevar mejor toda esta situación.
APU: Estamos mal. ¿Hay una esperanza?
JM: Sí, con Cristina, en el 2023, con la militancia rompiendo la proscripción, podemos enfrentar a la derecha y discutiendo una política soberana distinta a la del Fondo Monetario Internacional.