Rosario: “En los barrios se pide por Cristina”
Por Juan Pablo Darioli
Desde Rosario
Hace tiempo que la ciudad más importante de la provincia de Santa Fe no llega a los medios nacionales por una buena noticia y hace algunos días no fue la excepción: según datos del INDEC, Rosario y Mar del Plata encabezaron el ranking de la desocupación para el cuarto trimestre del 2018. La Encuesta Permanente de Hogares que realiza el organismo nacional arrojó un 12,8% para el Gran Rosario, que comparado con el 7,9% del trimestre anterior se vuelve más preocupante. Por eso, en las venideras elecciones locales, además de abordar la temática de seguridad y servicios básicos, la lista del justicialismo para concejales y concejalas “Llegó la hora” apuesta fuerte al discurso de la producción, el trabajo y el desarrollo con inclusión social. Joel Natali es profesor de historia, delegado gremial y militante del peronismo rosarino e integra la lista en el tercer lugar luego de Eduardo Toniolli (Secretario General del Partido Justicialista de Rosario) y Silvana Teisa, (delegada de la UOM en una empresa metalúrgica).
“En los barrios se pide por Cristina, se vuelve a pedir por comida, por cosas muy básicas que pensamos que estaban saldadas porque había un modelo que apostaba a la producción y al trabajo. Hoy eso no está más y nos piden que nos unamos. Sáquenlos, nos dicen”, cuenta a modo de balance de los recorridos de campaña. A Joel le dicen “piojo” desde muy chico, tanto que ya casi es su primer nombre. “Nacido y criado en Rosario”, le gusta decir, “más puntualmente en el barrio de Pichincha. Cuando nací en el 88, el barrio todavía tenía las huellas de la Rosario industrial de los ´50, ´60. Después del neoliberalismo en los ´90 y treinta años de gestión del socialismo, la industria local quedó atrás”. La historia de su familia está ligada al devenir de la pequeña y mediana empresa rosarina, con una fábrica de electrodomésticos que comenzó en los ´60 y culminó con la crisis de final de siglo como muchas otras en todo el territorio nacional.
- ¿Desde dónde parten para para desarrollar su propuesta política?
- El 2015 fue un año bisagra para los espacios que militamos los gobiernos de Néstor y de Cristina porque significó el cierre de nuestro proyecto de inclusión de una forma muy desgastante. Algunos se volvieron a la casa, pero nosotros decidimos reformular los mecanismos de organización y en ese sentido, con el "Macri No" en el ballotaje, como experiencia previa, pudimos junto con compañeras y compañeros del Ateneo John William Cooke, del Qué Te Pasa y más espacios de la ciudad formar una propuesta con lógica movimentista. Acercarnos y debatir con otros grupos con inserción barrial, sindical, cultural, de la diversidad, de la salud, cuál es la ciudad que queremos y poner a este centro cultural como un espacio físico donde se acumule todo eso. Releyendo “La comunidad organizada” nos reencontramos con ese espíritu comunitario del peronismo, que nos ha permitido ensanchar la base de militancia con propuestas concretas para la ciudad. Y ahí sí tener un aporte para un futuro proyecto nacional, con fortaleza en las ciudades importantes del país, muy necesario para lo que viene.
- ¿Y cómo sirve todo esto para enfrentar la realidad que vive el país?
- Lo que vino a hacer Macri y su alianza conservadora estaba planificado, no hay nada que estaba fuera de sus cálculos. El poder financiero, el poder de las corporaciones multinacionales, mediáticas, judiciales son el apoyo de todo esto. Entonces nosotros queremos hacernos fuertes desde Rosario, como te decía, para aportarle algo a un proyecto nacional que revierta la situación de hambre, desempleo y crisis que generaron estos tipos.
Particularmente acá, hay un agotamiento claro en los gobiernos provincial y municipal que no pueden hacer frente a los problemas más grandes que tenemos: seguridad, empleo, infraestructura. Y con el recorrido que venimos haciendo pudimos confluir con movimientos sociales, sindicatos, instituciones barriales para presentar una lista de pre-candidatos a Concejales. La encabeza Eduardo Toniolli que es Secretario General del Partido Justicialista de Rosario, del Movimiento Evita, segunda va Silvana Teisa, delegada de la UOM en una empresa metalúrgica y terceros vamos nosotros, en representación de todos los agrupamientos que tienen al Qué Te Pasa como referencia política y cultural. En definitiva somos todas Organizaciones Libres del Pueblo.
- ¿Cuáles son las expectativas?
- Son grandes. Junto con la idea de unidad que se está gestando a nivel nacional, más la interna a nivel provincial que nos pone en un nivel competitivo muy importante, con posibilidades de ganar la gobernación, y en la ciudad con un candidato único de todo el espacio nacional y popular, que es Roberto Sukerman, creemos que le volvemos a ofrecer a la sociedad una opción para mejorar su calidad de vida. Logramos que todas las listas de concejales acumulen hacia arriba para que Sukerman sea Intendente.
La batalla cultural
Joel también es el coordinado del Club Social y Cultural “Qué Te Pasa” donde al mismo tiempo conviven grupos de teatro, de ajedrez, reuniones políticas y una sala de producción audiovisual sin percatarse los unos de los otros pero generando un clima creativo muy palpable.
- En estos años fueron muchos los espacios culturales que fueron cerrando porque no han tenido el impulso de un estado presente que impulse la cultura. Nuestro aporte es pensar la cultura no sólo como las artes sino también desde la identidad, pensar lo que somos, desde dónde producimos. Apostamos a la cultura del encuentro, a la cultura de la discusión, la charla. Entonces nos propusimos abrir un lugar físico donde los y las artistas tengan lugar para sus exposiciones pero también donde circule la palabra, la formación y el debate. Es una opción claramente diferenciada a las grandes usinas, a los que piensan a la cultura como una mercancía y también quienes piensan que el rol del estado es poner un gran escenario con una banda convocante cada tanto.
- ¿Qué obstáculos se encuentra esta visión de la cultura?
- La reacción del socialismo ante los que nos intentamos organizar es de ataque, sobre todo los que intentamos mezclar cultura con política. Hay un ensañamiento con los lugares que son participativos. Nosotros somos más blanco de ataques que las franquicias multinacionales o locales comerciales que se adueñan del espacio público de manera repentina y molestan a los vecinos. Muchos espacios como nosotros no se pueden sostener porque el nivel de exigencia y los ataque que sufren desde la gestión los obliga a cerrar. Hace mucho que estamos peleando por un cambio en la ordenanza que nos regula, queremos que nos encuentren una figura legal para poder funcionar con comodidad y brindar estos lugares a la comunidad donde estamos.