Oscar Trotta: "La mayoría de los gobiernos del mundo limitaron la presencialidad ante el aumento de casos"
Por Juan Cruz Guido y Martín Massad
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo está la situación en el Garrahan?
Oscar Trotta: La situación se complicó a partir del mes de febrero, con un aumento sostenido de los casos por consulta de chicos de 0 a 16 años con positividad para covid 2019. Dentro de las posibilidades, nosotros fuimos dando respuesta. Tuvimos que abrir en el mes de mayo una cuarta sala de internación para covid porque teníamos saturadas las tres salas que habíamos dispuesto en el inicio de la pandemia. El número es persistente y alto, no sólo en el Garrahan, que atiende también complejidades preexistentes en la salud, sino también, que, en la Red Pediátrica de la Ciudad de Buenos Aires, que incluye al Hospital Gutiérrez y al Hospital Elizalde, ha habido un aumento sostenido de la demanda a partir de casos covid positivo. Allí y en otros hospitales, que tienen servicios de pediatría de pacientes previamente sanos.
APU: ¿Cómo influyó la idea del gobierno de Rodríguez Larreta de hacer clases presenciales en la situación del covid con los chicos?
OT: Nosotros estimamos que tiene que ver porque hacemos una asociación cronológica. Comienzan las clases presenciales el 17 de febrero, para fines de febrero principios de marzo tenemos un aumento sostenido de casos y se mantienen hasta fines de abril principios de mayo, donde se cuadriplica el número de casos con chicos con covid en la Ciudad de Buenos Aires. Es una asociación cronológica porque la verdad es que no hay un estudio que demuestre que los chicos no se contagian en el aula y tampoco hay uno que diga que se contagian en el aula. Entonces al no haber ninguno, hay que tomar los recaudos para evitar que se propague el virus hasta tener la certeza que en ese lugar no se produce el contagio. Pero no hay certeza ni acá ni en el mundo, entonces lo que hay que hacer es más conservador, más preventivo. En este caso, la presencialidad, por la cronología y por los casos que se dan en Argentina y en el mundo, es un foco de difusión del virus. Los países centrales que han podido controlar la curva de contagios, entre las principales medidas que tomaron, y lo han publicado con evidencias en revistas científicas muy prestigiosas como The Lancet o Nature, están la restricción del transporte público y la restricción de la presencialidad escolar. Con lo cual, si otros países lo toman de esa manera, no entiendo la soberbia de una jurisdicción como la Ciudad de Buenos Aires o Córdoba de pensar que hay una forma distinta en esas jurisdicciones.
APU: A Córdoba se le complicó muchísimo y mañana empieza el confinamiento más estricto. Volvieron sobre sus pasos.
OT: Se suspendió la presencialidad en todos los niveles escolares. Es irresponsable por parte de los gobiernos locales insistir con una situación que a todas vistas requiere tomar una decisión, que toma la mayoría de los países del mundo, que es restringir la presencialidad. La mayoría de los gobiernos del mundo limitaron la presencialidad ante el aumento de casos.
APU: ¿El transporte público es un foco de contagio muy grande también?
OT: Ahí se estrecha la distancia y el contacto se hace más cercano, y el virus se transmite a través de la vía aérea, con lo cual, todo eso hace que haya mayor difusión del virus. Por eso, en Argentina se han tomado decisiones de limitar la cantidad de pasajeros y viajar con las ventanas abiertas para que circule el aire, como recomendación general, pero se restringe de cierta forma solamente a los trabajadores esenciales.
Todos los que estamos en salud, creemos y deseamos que falte poco, que estemos en la fase de control de esta pandemia. Si bien no se va a eliminar el virus ni mucho menos, por lo menos, controlar los aspectos que hacen a la dinámica social, económica, emocional, psicológica de la gente. Eliminar esas variables que nos permitan volver de a poco a la normalidad, que va a estar condicionada por supuesto. Pero también tenemos que Argentina ha manejado la pandemia de forma muy buena desde el inicio. Primero expandiendo el sistema. Teníamos 8.400 camas al inicio de la pandemia y en octubre del año pasado pasamos a 11.400. El aumento de los respiradores, el gobierno le compró toda la producción de todo el año a la fábrica cordobesa que los produce. La capacitación de recursos humanos, que no estaban formados en el manejo de pacientes críticos, y fueron formados. Todo eso hizo el gobierno nacional hasta la llegada de la vacuna en diciembre con todo lo que es la negociación de la vacuna, más allá, de que algunos sectores utilicen algún argumento que es falaz en todo su contenido. La Argentina ha manejado bien el tema pandemia y bien el tema vacuna.
Y hoy, nos encontramos con una situación que la verdad es para enorgullecerse. No entiendo cómo parte de la sociedad y del poder político no lo ve de esa manera. Nosotros tenemos la posibilidad de producir localmente la vacuna a través de la transferencia tecnológica, gracias a que tenemos una capacidad instalada de laboratorios nacionales que es muy importante. La historia de los laboratorios nacionales empieza en 1930 y con la segunda guerra mundial se expande la posibilidad de producir medicamentos en Argentina. Ahí, el primer gobierno de Perón empieza a darle empuje a toda la industria nacional, entre ellas, la farmacéutica. En el año 47 conforma lo que fue EMESTA, la empresa de medicamentos del Estado Argentino, y comienza una gran competencia de producción de medicamentos con gran calidad. Ese empuje inicial hizo que la industria farmacéutica se desarrolle y sea una de las principales en América Latina. Está Brasil y está Argentina. Y sobre esa base de desarrollo estructural de hace 70 años atrás, tenemos la posibilidad con la transferencia tecnológica de los países centrales, de poder producir la vacuna en Argentina que es muy importante. Esto fue hecho en el marco del consejo nacional de posguerra, quizá pensando esa historia del peronismo en los años 40, habría que evaluar si no es necesario constituir en Argentina un consejo nacional de pospandemia, porque también vamos a tener que idear una nueva economía, una nueva relación interjurisdiccional, con la sociedad, con el capitalismo.
APU: A eso se le suma la buena noticia del laboratorio Richmond que va a producir en Argentina la vacuna Sputnik y que Argentina podría ser para fin de este año el octavo productor de vacunas.
OT: No solamente Richmond, hay un montón de países interesados en transferir tecnología para que Argentina produzca vacunas. En el Garrahan me visitó una delegación de científicos israelíes para transferir tecnología sobre la vacuna BriLife, que la tienen en fase 3 en Israel, y ya están para empezar a aplicarla a la población. Astrazeneca también, hay un montón de posibilidades y eso alienta que tengamos un futuro más promisorio.
APU: Un informe internacional señala que Brasil, a partir de la variante Manaos, es un poco el epicentro del colapso sanitario que se generó en la región. ¿En el Garrahan vio que esta variante afectara a los más jóvenes?
OT: No tenemos determinada qué tipo de variante es la que afecta a los más jóvenes. No tenemos definido qué variante es, en ese aspecto no podemos aportar información sobre la variante. Lo que es cierto es que todos los países de la región se vieron afectados a partir de la nueva cepa de Manaos, y es lo que hizo, justamente, que países que estaban privilegiadamente sin casos, los aumentaran exponencialmente. De todas maneras, a no ser que aparezca una cepa muy virulenta y que las vacunas no den respuesta, el resto de las variantes están dentro de la protección que ofrecen las vacunas que Argentina está aplicando. Con lo cual, con esta dinámica en la velocidad de aplicación de vacunas que se está experimentando, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, hay mucha expectativa en el entorno médico y científico, de que, en agosto o septiembre, estemos bastante más tranquilos que lo que estamos hoy, al enfrentar esta segunda ola.