El sindicalismo también se suma a la discusión en torno al PJ
Solicitada de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte
Sin trabajadores no hay movimiento nacional
En 1973 el General Juan Domingo Perón convocaba a la normalización del Partido Justicialista. “Ha llegado la hora de institucionalizar el Partido Justicialista y eso deberá hacer de abajo hacia arriba y no como muchos vivos pretenden que sea, de arriba hacia abajo”.
Hoy se eligió el camino opuesto, normalización por arriba, de espaldas a los afiliados, en silencio ante una elección nacional perdida que convierte al partido en un “rejunte de voluntades”, sin plan ni timón y a contramano de lo establecido por el estatuto.
Mientras algunos dirigentes debaten cómo refundar el Peronismo o conformar una comisión normalizadora integrada por todos los sectores, otros barajan nombres de dirigentes capaces de elaborar consenso para evitar nuevas fracturas.
Necesitamos una nueva y verdadera refundación del Partido Justicialista, que deberá incluir una activa participación del Movimiento Obrero Organizado, un sector estratégico de la vida nacional con estructura, territorio y dirigentes relevantes.
Si el Partido sobrevivió a asonadas militares y el fraude ideológico, ha sido por el rol de las organizaciones gremiales, ya que un Peronismo dividido y desarticulado siempre es presa fácil del gobierno de turno que maneja ingentes recursos presupuestarios, y que “busca” un presidente partidario dócil.
Sólo con internas y la participación activa de millones de afiliados y sin internas abiertas con otros sectores políticos, se podrá resolver y concretar una nueva conducción alejada de los “mariscales de la derrota”.
Porque nunca es triste la verdad, es imperioso reconocer que se perdió por la ausencia de los trabajadores organizados y la división del aparto político partidario, un Peronismo sin rebeldía vacío de sindicatos y trabajadores es apenas una tropa conducida, pero nunca será protagonista, como propuso el General Perón al institucionalizar el poder de voto y movilización de los sindicatos.
Por ello alentó su participación orgánica dentro de las estructuras del Movimiento Nacional Justicialista y el Partido: con el 33% de los cargos electivos, los espacios de conducción y decisión, otorgándole derechos y protagonismo político y social.
Al reafirmar nuestra lealtad con las banderas del Peronismo reivindicamos las palabras del General Perón: “Seamos unidos, porque estando nosotros unidos, somos invencibles, que la política no divida a los sindicatos ni ponga a unos contra otros, porque el interés de todos es la causa gremial de los trabajadores por sobre todas las cosas. Quiero que llegue a cada uno de los compañeros de los tres millones de kilómetros cuadrados de nuestra Patria, la persuasión absoluta de que el gobierno de los trabajadores que tengo el honor de encabezar , ha de seguir impermutable, paso a paso el cumplimiento de todo su plan. Pueden tener la seguridad de que no hemos de descansar un minuto y que, con la ayuda de ustedes, que son los encargados de crear la grandeza y la riqueza de la Patria, organizaremos una perfecta justicia distributiva para que el Pueblo sea cada vez más feliz y nuestra Patria más grande y poderosa”.
Sólo así la voz orgánica de los trabajadores será escuchada y valorada, la riqueza social distributiva y la Patria refundada. Sólo la participación directa de los trabajadores en todos los ámbitos partidarios, sostendrá al Peronismo como herramienta de cambio y transformación, regulador de políticas y políticos, garantía de equilibrio y consensos.