UBA: sobre la exclusión de la materia Marxismo e Historia Argentina en Ciencia Política
Por Tomás Crespo* y Juan Manuel Facorro **
El pasado martes 31 de octubre la Junta de la Carrera de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA tuvo su primera sesión con la composición que la misma adquirió tras los comicios que se llevaron adelante en esa casa de estudios hace dos años atrás.
En el orden del día dispuesto –al margen de algunas cuestiones de menor relevancia- se destacaba la aprobación de la grilla de materias optativas que los estudiantes podrán cursar a lo largo del año 2018.
En el proceso electoral acaecido en el mes de septiembre de este año, surgieron numerosos rumores que hacían mención al modo en que se otorgarías las materias para el próximo ciclo lectivo. Sin embargo, como miembros de la comunidad académica de Sociales -la que transitamos y habitamos desde hace tantos años- elegimos creer que primaría en la dirección de la Carrera el espíritu de camaradería y compañerismo que, al margen de las coyunturas electorales, ve en el adversario político un otro necesario en la tarea colectiva que implica la construcción de conocimiento.
Pero no fue así. Pese a que la materia Marxismo e Historia Argentina a cargo del profesor Pablo López Fiorito figuraba en la planilla que circuló el día previo a la votación, al llegar a la sesión de la Junta advertimos que la misma había sido excluida de la oferta que se ponía a consideración. La misma suerte corrieron las propuestas de los profesores Fabián Lavallén Ranea y Pablo Javier Salinas, con quienes nos solidarizamos plenamente.
Los motivos por los que esto sucedió pueden ser varios y de distinta índole. Sin pretender ser exhaustivos en la enumeración, podríamos mencionar entre los plausibles: mero cálculo electoral (para que el espacio que conduce la carrera de Ciencia Política pueda contar con un voto más en el claustro docente); revancha política (debido a la posición asumida tanto por el titular de la materia como por muchos de sus integrantes a favor de la Lista 10, opositora a la que finalmente resultó triunfante); o hasta la propia temática de la materia.
Sin embargo, ninguna de esas razones –algunas más nobles que otras- resulta plausible. Lo que ocurrió es mucho más grave. La alianza electoral CAMBIEMOS –a través de la Unión Cívica Radical- no sólo conduce los destinos del país, sino también los de la carrera de Ciencia Política de la UBA. Y al igual que sus pares en el Estado nacional, bajo un manto institucionalista y pretendidamente democrático ejercen en realidad un gobierno profundamente autoritario y excluyente.
No hay en la decisión de excluirnos otra motivación que demostrarle a la comunidad de Sociales y de Ciencia Política que no importa cuán legitimada esté una asignatura entre los estudiantes, cuán original sea su propuesta educativa y cuál sea el posicionamiento adoptado por sus integrantes en la política interna de la Facultad. Lo que debe quedar claro es que el espacio gobernante aspira a quedarse con todo lo que esté a su alcance y no dudará en marginar a quien sea necesario con ese objetivo. Hoy nos tocó a nosotros y mañana será el turno de otros compañeros y compañeras.
Mientras tanto, el armado que fuimos construyendo al calor de la Universidad continuará trabajando a pesar de no contar con un lugar institucional y seguiremos dando las peleas que haya que dar para tenerlo de vuelta.
Claro que esa batalla no será llevada adelante sólo por el profesor titular o por el cuerpo docente. Durante 5 años presentamos nuestra materia en la carrera de Ciencia Política y somos plenamente conscientes de que si no hubiéramos contado con la ayuda inestimable de los compañeros y compañeras del Frente de Graduados y demás organizaciones de estudiantes, no hubiéramos logrado nada. Se trata entonces de una lucha colectiva, que es el único modo en que concebimos el accionar político en cualquiera de sus formas.
Creemos en lo que hacemos y sabemos que nuestra labor aporta en cantidad y calidad a los contenidos que la Facultad brinda. No cejaremos en nuestros objetivos, sino que seguimos construyendo con el fin de que la Universidad pueda acompañar a nuestro pueblo en este momento tan complejo para el país y ser parte junto a él del proceso que supere la actual restauración liberal-conservadora.
Finalmente queremos convocar a todos los compañeros y compañeras que integran las distintas fuerzas de la izquierda y del movimiento nacional y popular a que nos acompañen tanto para lograr que se mantenga la asignatura como para mejorar el programa y los contenidos de la misma.
Por lo pronto, no es una buena señal lo que ha sucedido. Concretamente, se dio de baja una asignatura cuyo titular había sido candidato tanto en Ciencia Política (como profesor) y Sociología (como graduado) en las listas opositoras al oficialismo en mbas carreras, sumado al hecho de haber manifestado su apoyo a la Lista 10 en lo atinente al gobierno de la Facultad, que finalmente fue derrotada por el espacio que encabeza la decana electa.
Y si bien las consideraciones estrictamente académicas siempre deben ser tenidas en cuenta, lo ocurrido no deja de despertar cierta suspicacia.
Nuestra materia fue pensada para desentramar los muros evitables que en la realidad latinoamericana se han construido entre la izquierda y el movimiento nacional y que impidieron el establecimiento de cualquier dialogo fraterno, tan necesario para ambas tradiciones teórico-políticas.
Nosotros hemos demostrado, cuatrimestre tras cuatrimestre, que ese puente no solo es posible sino imprescindible y fecundo.
Esperamos que las autoridades de la Carrera y de la Facultad también puedan advertir lo necesario de este debate.
* Graduado de Ciencias de la Comunicación, docente de la Cátedra Marxismo e Historia Argentina.
** Graduado de Ciencia Política, docente de la Cátedra Marxismo e Historia Argentina.